Rugby

Las otras invencibles del Barça

La sección femenina de rugby culé suma un 100% de victorias en los últimos tres años y mira con optimismo al futuro con un equipo joven de jugadoras hechas en casa

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El Barça femenino después de proclamarse campeonas de Cataluña el pasado sábado

BarcelonaLa sección de rugby del Barça no es una sección cualquiera: es la segunda más antigua del club, fundada en 1924, y la favorita del fundador Joan Gamper, quien además del fútbol era un gran apasionado del deporte de la pelota ovalada. La sección de rugby, a pesar de ser amateur, cuenta con un gran palmarés, puesto que los azulgrana han sido campeones ligueros, Copa del Rey o de la Supercopa de España, entre otras, pero hasta hace muy pocos años todavía no contaban con un equipo sénior femenino que acogiera a las muchas jugadoras que este club tenía –y todavía tiene– en sus equipos base. De hecho no fue hasta 2016 que la Asociación de Veteranos de Rugby del Fútbol Club Barcelona (AVRFCB), una entidad que ejerce como filial del Barça, decidió apostar por crear un equipo sénior femenino para dar continuidad a muchas jugadoras de los equipos base mixtos que había en el club.

Los primeros partidos de la sección se contaron por derrotas, a veces de más de cien puntos, pero esto no desanimó a las chicas, que apenas empezaban con un equipo nuevo y muy joven. Este es el caso de Clàudia Peña, Martina Márquez y la capitana, Alba Capell, chicas de entre dieciocho y diecinueve años que llevan jugando juntas desde que tenían cinco años. “Durante los primeros partidos éramos pocas chicas y nos costaba mucho ganar”, apunta Clàudia, una de las joyas de este equipo. “Todo cambió en 2019 con la llegada de Aroa y el nuevo staff técnico”, afirma. Y es que desde que Aroa González, posiblemente la mejor jugadora catalana de todos los tiempos -con nueve campeonatos de España de clubes y tres participaciones en Mundiales con la selección española–, se hizo cargo del equipo, la evolución cambió radicalmente. De repente la sección entró en un espiral de crecimiento que lo ha llevado a subir tres categorías en tres años y plantarse en la promoción por el ascenso a División de Honor B, que se jugará contra el equipo vitoriano de Gaztedi, a partir de la próxima semana.

La importancia de Aroa González

Con la llegada de la nueva entrenadora “el equipo cambió de mentalidad y pasó del infrarugby a ser ganador en cuestión de pocas semanas”, afirma Martina, otra de las jóvenes con más talento del Barça y que ya ha sido convocada para jugar con la selección española absoluta. Sin embargo, este cambio radical no es ningún secreto: “No hay nada más que el trabajo duro y el sacrificio: mis jugadoras cambian el turno en el trabajo para venir a entrenar o jugar partidos”, explica Aroa, entrenadora y trabajadora de Seat. “Mis chicas ahora ven que el trabajo y los sacrificios están dando fruto, y que el esfuerzo vale la pena”, asegura la técnica nacida en l'Hospitalet de Llobregat. Durante estos últimos tres años las chicas del Barça han jugado 32 partidos y los han ganado todos, con 279 ensayos a favor y 25 en contra, y en todos estos partidos han dominado a las rivales con un juego eléctrico y plástico, que se ha ganado el respeto y admiración de propios y extraños. Tal como dice Aroa González, “pasamos de ser Cenicienta con quien todo el mundo quería jugar al auténtico Goliat del rugby catalán”, que ve en la fortaleza de un grupo joven y amateur una de las claves del éxito. “Entre ellas se llaman hermanas y se quieren muchísimo, es un grupo muy especial de 26 chicas jóvenes con algunas veteranas con experiencia que han hecho un equipo de verdad y que personalmente a mí me emocionan cuando las veo luchar, sufrir y disfrutar juntas”. Un grupo que ni siquiera cambió la dinámica durante el confinamiento, cuando las jugadoras y el cuerpo técnico se reunían por plataformas digitales para entrenar cada una en su casa y verse las caras.

 Clàudia Peña antes de hacer un golpe de castigo.

Alba Gorro, a pesar de tener solo 18 años, es la capitana del Barça de rugby femenino y ya ha debutado en la selección española absoluta, igual que sus compañeras Martina (19) y Clàudia (17), “las tres joyas de la corona del Barça”, en palabras de su entrenadora. A pesar de ser muy joven, Alba tiene los pies en la tierra y después de haber ganado la División de Honor Catalana con una temporada espectacular, se muestra muy prudente para la promoción de ascenso a División de Honor B, la categoría de plata del rugby estatal. “Allí veremos nuestro nivel real, puesto que somos un equipo con ganas e ilusión, pero sin experiencia contra rivales de nivel más alto”, asegura la capitana del Barça, que coincide con su entrenadora al apuntar que “habrá que aumentar los entrenamientos y la carga de trabajo para ser más competitivas”. Toda una declaración de intenciones de un grupo de chicas que tiene que mover cielo y tierra para compaginar la vida laboral con su deporte favorito, y que a menudo tienen que sacrificar horas de ocio o de atención a las personas de su entorno.

"Soñar es gratis, el trabajo no lo es"

“Soñar es gratis, el trabajo no lo es”, sentencia Aroa González, la exitosa entrenadora de este equipo con mucho potencial, pero con jugadoras de diferentes habilidades y nivel. La buena tarea y la progresión del Barça femenino no han pasado desapercibidas para sus rivales, como por ejemplo el BUC. Marc Sentís, entrenador del sénior femenino del BUC y que ha acabado en tercera posición en la División de Honor B española, elogia a sus rivales destacando “su calidad y juventud, un equipo trabajador con mucha proyección que es el gran candidato para el ascenso a nuestra categoría y que seguro que tiene argumentos para hacerlo bien el próximo año en la división de plata si acaba subiendo”.

Solo el tiempo dirá si el equipo de rugby femenino del Barça se acaba consolidando en la élite, como todo apunta. Sin embargo, de momento, la sección vive un momento muy dulce, con un equipo femenino con un gran potencial y con un patrón de juego ordenado y atractivo, resultado de la capacidad de trabajo y sacrificio de un grupo de chicas que ya son referente para toda una generación de futuras jugadoras. Y es que el rugby es el deporte de equipo que más ha crecido los últimos cinco años en nuestro país, especialmente en cuanto a fichas federativas femeninas, y parece tener el futuro asegurado gracias al trabajo de las categorías base. En este sentido, todo el mundo parece estar de acuerdo y jugadoras, entrenadoras, responsables de la sección de rugby del Barça o de cualquier otro club coinciden en apuntar que la formación de futuras jugadoras es la clave para mantener el crecimiento de este deporte.

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