La nueva Alexia y su espina clavada
La dos veces Balón de Oro, que ha perdido protagonismo, se encontrará con el Olimpique de Lyon el 25 de mayo en la final de la Champions League
BarcelonaLa desaparición de Alexia de las alineaciones titulares de la eliminatoria ante el Chelsea ha quedado como una anécdota por dos motivos: por el buen rendimiento del equipo sin ella en Stamford Bridge y porque la jugadora de Mollet del Vallès no ha mostrado disconformidad con este rol secundario a pesar de haber ganado dos Balones de Oro recientemente y tratarse de la imagen mediática más llamativa de este Barça histórico junto a Aitana Bonmatí, quien no para de ganar protagonismo dentro y fuera del terreno de juego. Los 27 minutos en el Estadi Olímpic Lluís Companys y el tiempo añadido de la vuelta han sido todo lo que le ha ofrecido Jonatan Giráldez. Alexia lo ha aceptado sin malas caras, estuvo a punto de marcar en la última jugada de la ida y se sumó como una más a la celebración por el pase a la final de la Champions League.
También jugando de titular en el campo del Levante Las Planes, de césped artificial, entre la ida y la vuelta a la misma hora que se inauguraba la exposición de su NFT en el Moco Museum y mientras las otras grandes figuras del equipo azulgrana descansaban. La decisión de Giráldez, aunque llame la atención por la entidad del nombre que está apartando del foco, tiene argumentos sólidos. La grave lesión de rodilla que sufrió Alexia en el verano del 2022, que esta temporada ha supuesto que haya estado desde noviembre hasta marzo sin jugar a causa de nuevas complicaciones, es un peaje demasiado caro para la futbolista de 30 años. Desde ese fatídico entrenamiento en Inglaterra previo a la Eurocopa, sus condiciones físicas se han visto mermadas y todavía no ha tenido la oportunidad de disponer de la continuidad necesaria para ir volviendo a su mejor versión, la que le permitía romper líneas defensivas gracias a su desmedida potencia y llegar desde atrás para sorprender a las murallas rivales. Por eso Giráldez este curso le ha dado tantos minutos como falso 9.
Alexia, consciente de la situación, nunca ha querido forzar más de la cuenta y ha aceptado la nueva realidad por dura que sea. Su actitud respetuosa durante la eliminatoria ante el Chelsea es una continuación de la que ya mostró con la selección española durante el Mundial, cuando tampoco fue titular en partidos decisivos como la final. Pero su paso al lado no solamente se está produciendo en el terreno de juego. Alexia tampoco ha sido la protagonista en varios actos publicitarios de este curso con el Barça. El más reciente y notorio ha sido el de la presentación del avión de Vueling del equipo con las caras de las principales jugadoras azulgranas. La suya aparece en el avión, pero no estuvo presente en el acto de inauguración de la semana pasada con los medios de comunicación. Las futbolistas que asistieron fueron Aitana, Patri Guijarro, Engen y Rolfö.
El condicionante de su situación contractual
La pérdida de protagonismo fuera del terreno de juego tiene que ver con que Alexia, cuando únicamente quedan dos meses para que finalice su contrato con el Barça, todavía no haya renovado. Las negociaciones se están alargando más de lo esperado después de un punto álgido en noviembre, cuando el ARA reveló que la dos veces Balón de Oro tenía la pretensión de llegar al millón de euros anual y el club no aceptó las condiciones. La situación aún se enrareció más debido a las complicaciones de su lesión de rodilla en el partido ante el Benfica de la fase de grupos y, desde entonces, las conversaciones se han estancado en paralelo al gran interés por ficharla de los equipos estadounidenses.
El Olympique de Lyon, el rival en la final de Bilbao
Pase lo que pase con Alexia una vez finalice la temporada, antes habrá tenido la oportunidad de tomarse la revancha de una imagen que dolió al barcelonismo en mayo del 2022. Tras perder la segunda final de la Champions League ante el Olympique de Lyon en cuatro años, Alexia quedó abatida en el terreno de juego del Juventus Stadium. Pese a que el Barça había mejorado mucho desde la primera final, la del 2019, las francesas volvieron a realizar un inicio de partido inconmensurable que sentenció el título ante unas azulgranas que no tuvieron capacidad de respuesta.
Pero la vida suele dar nuevas oportunidades y los dos grandes equipos de los últimos años, el Barça y el Olympique de Lyon, vivirán una nueva final de la Champions League el 25 de mayo en San Mamés. Las francesas eliminaron ayer al París Saint-Germain en el Parque de los Príncipes haciendo bueno el 3-2 de la ida con un nuevo triunfo, 1-2. El conjunto francés es la gran espina clavada que tiene este Barça que ha revolucionado el fútbol femenino desde el punto de vista deportivo y social. Si lo logra derrotar en una final europea ya nadie podrá discutir quién manda en el continente.