Liga de Campeones

El Barça de fútbol sala toca el cielo en Riga y levanta la cuarta Champions (4-0)

El equipo azulgrana hace una final impecable y destrona al vigente campeón, el Sporting Club de Portugal

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Ferrao ha marcado el tercer gol del Barça de fútbol sala

BarcelonaEl Barça de fútbol sala ha tocado el cielo en Riga. El conjunto azulgrana ha ganado (4-0) al Sporting Club de Portugal, el campeón de las últimas dos ediciones de la Liga de Campeones y, precisamente, verdugo de los catalanes en 2021. Después de una final muy completa, sin fisuras en defensa y con el talento ofensivo para marcar hasta cuatro goles, los jugadores de Jesús Velasco han levantado la cuarta Champions de la historia de la sección. El título llega diez años más tarde de la consecución del primer título continental del equipo.

Después de superar a uno de los favoritos en las semifinales con una remontada llena de talento y fe contra el Benfica (4-5), el Barça se las tenía que ver en la final con otro hueso duro de roer. En un partido con mucho ritmo desde el principio, el primer aviso ha llegado de parte de Merlim, que ha hecho lucir al portero catalán Dídac Plana cuando no se habían ni disputado cinco minutos. Los azulgranas no se han dejado intimidar, con Adolfo probando un remate escorado como respuesta del conjunto de Jesús Velasco. A diferencia de las semifinales, el Barça ha salido mucho más enchufado al partido y ha dificultado las aproximaciones del potente conjunto portugués, explotando la herramienta del contraataque.

Los primeros minutos de la final han transcurrido con el juego defensivo imponiéndose, limitando las acciones ofensivas de los dos conjuntos. Las oportunidades se han resumido en las acciones puntuales de talento de los jugadores. Como un chute lejano de Sergio Lozano que ha desviado la defensa portuguesa después de una gran acción individual de Pito avanzando metros con una conducción poderosa. A medida que avanzaban los minutos, el equipo catalán ha ido ganando peso en el partido, serio en tareas defensivas y más fuerte en ataque. No se valía despistarse, porque en cualquier desajuste el Sporting no tardaba en amenazar velozmente la portería azulgrana.

Lozano abre la lata

La igualdad encima de la pista ha sido máxima, con el conjunto portugués, que defendía el título, siendo quien más se aproximaba a imponer su relato, sin poder hacer daño a un Barça que sabe sufrir y morder. Pero las ocasiones no han sido claras y el marcador ha continuado con el 0-0 inicial. La oportunidad más clara de los azulgranas hasta entonces la había tenido Matheus a seis minutos del descanso, pero el remate ha picado en el palo. Continuaba la pesadilla de los de Velasco con los palos, donde ya enviaron un montón de lanzamientos en las semifinales contra el Benfica. Del infortunio con el palo de Matheus al éxtasis con el gol de Lozano, que ha abierto la lata con una vaselina tan veloz como delicada poco después.

La séptima diana en el campeonato del capitán azulgrana ha sido la recompensa al buen partido que hacía el Barça. El gol ha supuesto una inyección de optimismo para los azulgranas, que han empezado a enlazar ocasiones hasta que Pito, con un cacao, ha firmado el segundo antes del descanso. Como en la final del año pasado, el Barça ha empezado mordiendo. Y, en la reanudación, ha continuado: en menos de un minuto, Ferrao solo ha necesitado dos toques de calidad para controlar la pelota y enviarla al fondo de la red después de un pase largo de Ortiz.

El tercer gol ha acabado de impulsar a los de Velasco, que han continuado sumando ocasiones y mimando el cuarto gol. El Sporting no ha tardado en activar al portero jugador, pero el Barça era superior en todas las facetas y no ha cedido espacio en ningún momento. Un gol de Dídac, a menos de dos minutos para el final, ha cerrado la goleada y ha abierto la fiesta del nuevo campeón de la Champions.

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