¿Qué Barça nos tenemos que imaginar sin Messi?
Sin el argentino, los galones del juego ofensivo recaerán en Griezmann, futbolista con tendencia a ocupar el mismo espacio pero de naturaleza diferente
BarcelonaA pesar de que todavía quede una pequeña rendija en cuanto a la posibilidad de que haya un nuevo giro en los acontecimientos que permitan ver a Leo Messi siguiendo canalizando el juego del Barça, la imposibilidad hoy en día para inscribir el astro argentino "a causa de obstáculos económicos y estructurales (normativa de la liga española)" dibujan un escenario totalmente nuevo en el equipo. Hace más de una década que el juego del Barça se entiende alrededor de la figura del argentino. Empezó como un extremo veloz y travieso en el lado derecho a las órdenes de Frank Rijkaard, maravillando primero a Fabio Capello en el Gamper y después dejando noches memorables, haciendo perder los estribos a Del Horno en Stamford Bridge y disfrazándose de Maradona en un gol de dibujos animados contra el Getafe. Su figura no paró de agrandarse y su fútbol evolucionó hasta elevar la posición de falso nueve a la excelencia en el ciclo dorado de Pep Guardiola. Después, volvería al lado con la llegada de Luis Suárez y formando un tridente con Neymar que ganaría de nuevo el triplete, esta vez con Luis Enrique. Durante todo este tiempo Messi ha sido siempre el director de orquesta del equipo, alternando en los últimos años el lado derecho con la media punta y la delantera y cayendo, incluso, de forma circunstancial en posiciones propias de un centrocampista.
La huella de Messi describe buena parte de la historia del Barça de los últimos 15 años e imaginarse el equipo sin el argentino implica un ejercicio de fútbol ficción. Si finalmente no sigue de azulgrana, no se puede descartar la hipótesis que el Barça salga al mercado, a pesar de que la situación económica de la entidad seguirá marcando el margen de maniobra de los gestores azulgranas. Los precedentes más recientes en partido oficial del conjunto catalán sin Messi se explican a partir de liderazgos compartidos y de un trabajo más coral en la presión, una tarea de la que a menudo era exonerado el astro argentino para que reservara sus esfuerzos para su determinante aportación ofensiva. Sin el jugador rosarino, todas las miradas pasarán por Antoine Griezmann, a quien el club ratificó hace unos días después de tantear un posible regreso al Atlético mediante un canje con Saúl Ñíguez que el Barça no aceptaba sin dinero por el medio. El delantero francés, siempre cuestionado por su incompatibilidad con Messi por el hecho que desarrollan roles similares y tienen la tendencia a ocupar los mismos espacios, pasará automáticamente a tomar los galones como catalizador de la producción ofensiva del Barça.
¿Quién hará de delantero centro?
En este sentido, cuando más ha brillado el francés antes de aterrizar en Barcelona había sido teniendo un punta de referencia delante suyo que fijara los centrales del equipo rival. Un rol que en el Barça ahora mismo podrían desarrollar Memphis Depay, a pesar de que por sus orígenes como jugador de banda hacen que también sea un delantero con más tendencia a la movilidad y a caer en diferentes posiciones de ataque, o Ansu Fati, inmerso en la recta final de su recuperación y que el curso pasado, antes de lesionarse, empezó a demostrar que puede jugar como punta. En tercer lugar, está por ver en qué estado físico se encuentra Agüero y qué regularidad puede tener un jugador perseguido por las lesiones el curso pasado. Además, el ex del City fue fichado más como un gesto hacia Messi que no como una petición explícita de Ronald Koeman. Una cuarta opción, mucho más remota (sumado al hecho que el club cuenta traspasarlo), pasaría por Braithwaite.
En todo caso, aunque Griezmann asumiera el rol de director de orquesta de Messi, el francés ha destacado a lo largo de su trayectoria por ser más un futbolista de puntazos puntuales y determinantes –especialmente en el Atlético y con Francia, dejando de lado la última Eurocopa–, mientras que el argentino es un monopolizador del juego en un equipo que siempre ha trabajado con la premisa de hacerle llegar la pelota, como futbolista más decisivo y determinante. A diferencia de Messi, el excolchonero no estaba exento de las tareas defensivas, una de las facetas que más se le ha valorado, a pesar de que a la vez se le ha reclamado más incidencia de cara a portería. Griezmann ha participado en 99 partidos como azulgrana, en los que ha marcado 35 goles y ha servido 17 asistencias. Y, por su parte, Messi en las dos últimas temporadas ha participado en 91 enfrentamientos: ha visto portería en 69 ocasiones y ha repartido 41 asistencias.
Se intensifica el debate sobre el sistema
En función del esquema escogido por Koeman, una decisión que también se verá sustancialmente afectada por el adiós del argentino, el resto de piezas que conformarían el ataque pasarían por Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho, dos futbolistas que ahora mismo están lesionados: el extremo galo, a quien solo le queda un año de contrato, podría volver a principios de noviembre, mientras que el brasileño está en la recta final de su recuperación, a pesar de que su continuidad en el Barça, al menos hasta ayer, no estaba garantizada. El joven de 18 años Yusuf Demir, que ha llegado cedido del Rapid de Viena, es otra de las opciones. Álex Collado, futbolista que no es del gusto del técnico neerlandés, se encuentra fuera de la disciplina del primer equipo pendiente de cerrar su cesión en el Bruges.
Con todo, de cara al inicio de la Liga el 15 de agosto contra la Real Sociedad, el once más probable del Barça pasaría por una delantera formada por Memphis, Griezmann y, si Koeman opta por un 4-3-3, Demir (con opción que Agüero, que se estrenará en el Gamper, pueda partir de inicio, o incluso Braithwaite). Si opta por jugar con tres centrales como en el último partido contra el RB Salzburgo, la punta de ataque quedaría para Memphis y Griezmann.
Los precedentes recientes sin Messi
La temporada pasada el Barça jugó siete partidos oficiales sin Messi: dos de Champions (victorias por goleada contra el Dinamo de Kiev y el Ferencváros); tres ligueros (victorias contra el Elche y el Eibar en casa y empate en casa contra el mismo conjunto vasco); uno de Copa (la victoria contra el Cornellà), y las semifinales de la Supercopa de España contra la Real Sociedad, duelo resuelto en la tanda de penaltis a favor de los azulgranas. En estos enfrentamientos el Barça marcó 14 goles y encajó dos. La producción goleadora se la repartieron entre Braithwaite (4), Griezmann (3), Dembélé (3), De Jong (2), Dest (1) y Riqui Puig (1). Imaginarse al equipo sin el mejor jugador que ha vestido la camiseta azulgrana es un ejercicio difícil de digerir. Para buscar la actuación más destacada sin Messi de los últimos cursos se tiene que ir hasta 2018, a un partido contra el Real Madrid (5-1, en octubre de 2018) en el que Luis Suárez hizo tres goles.