Liga de Campeones

El Barça vive una pesadilla en Milán (1-0)

El Inter y el VAR sacan de quicio al equipo de Xavi, que no puede fallar más si quiere seguir en la competición

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Çalhanoglu, celebrando su gol contra el Inter

Enviado especial a Milán (Italia)Justo cuando parecía que la tranquilidad había vuelto por fin a Can Barça, el equipo de Xavi está contra las cuerdas en la Champions. Un golpe duro en Milán, en un partido frustrante en el que nada salió de cara, deja al Barça condenado a no fallar en los próximos partidos si no quiere caer por segundo año consecutivo en la fase de grupos. Sería un golpe demasiado bestia, no solo en el ámbito anímico o deportivo. También en el ámbito económico. Así es la Champions, nadie te regala nada. Si te relajas o sales a jugar confiado, te dan dos bofetadas. Y si el árbitro no ayuda, todavía más complicado. El partido del Giuseppe Meazza tenía que servir para ratificar las buenas sensaciones de un equipo que, en cambio, acabó indignado con los errores arbitrales. La decisión de no pitar un penalti contra el Inter en los últimos minutos es un gran misterio sin respuesta.

Así es la vida. Destruir siempre ha sido más fácil que construir. Necesitas décadas para levantar una catedral que puede caer en pocas horas, y hacen falta un montón de toques de pelota para hacer caer muros defensivos. El nuevo Barça de Xavi revivió en Milán sensaciones del pasado, de esos duelos contra el Inter de Mourinho. El proprio entrenador se había encontrado más de una vez como jugador atrapado en una telaraña, incapaz de encontrar rendijas por donde atacar a rivales enrocados. Ahora le ha tocado vivirlo en la banda. El Inter es un especialista en el arte de hacerte perder los papeles. Uno de esos equipos que parece dominado, rodeado, pero en realidad espera su momento, pacientemente. Uno de esos guiones vistos mil veces, vaya. El Barça, frustrado porque no podía convertir tanta posesión en remates, se entregaba a su jugador más caótico, Dembélé. Mala señal. El Inter, listo como un hurón, mordía a la contra cada vez que podía.

El fútbol es tan travieso que el nombre de Simone Inzaghi, técnico local, fue silbado por buena parte de la afición cuando empezó el partido. Minutos después, lo aplaudían. El Barça, elegante ahora que viste de líder en la Liga, hacía días que pensaba en este partido consciente de su importancia, pero entre las bajas por lesión y la falta de ideas, acabó capturado por la red de un Inter que ya estuvo a punto de avanzarse en el marcador cuando Eric Garcia cometió un penalti por manos más grande que el Duomo de Milán. Por suerte, el VAR detectó un fuera de juego anterior que indultó al central de Martorell, testigo justo antes del descanso del gol lombardo, obra del turco Çalhanoglu con un chut seco desde la frontal. El Barça llegaba tarde, se replegaba mal, no tapaba las contras y Sergi Roberto y Marcos Alonso sufrían demasiado en las bandas.

Christensen, lesionado

Y mira que el inicio del partido había sido alentador, escondiendo la pelota al Inter en un rondo gigante donde faltaba la guinda: encontrar a Lewandowski. El Inter entendió que la mejor manera de defender al polaco es parar a los otros jugadores y evitar que la pelota le llegue. Pedri vivía rodeado de tres rivales, y solo Dembélé parecía escapar de la vigilancia italiana, pero cada vez que hacía una acción brillante echaba agua al vino fallando en la última decisión. El francés sigue siendo un hombre de extremos, capaz de excitar y desesperar en la misma jugada. El Barça vio cómo, poco a poco, la frustración se apoderaba de su cuerpo, de su mente. Cayó en la trampa milanesa. Y para acabarlo de rematar, Christensen se lesionó. El danés, que estaba jugando a un nivel muy alto, no pudo acabar el partido y cedió su espacio a un Gerard Piqué que puede encontrarse, casi sin saber cómo, jugando el clásico en el Santiago Bernabéu.

Xavi movió al equipo, pero no quiso tirar de las orejas a Dembélé. Lo que hizo es cambiarlo de banda sacrificando a un Raphinha intrascendente sobre el césped. Y el cambio de banda mejoró un poco a Dembélé. Una centrada suya, de hecho, acabó en el gol de Pedri que parecía alejar la niebla del Camp Nou, pero el VAR, delator, vio unas manos involuntarias de Ansu Fati, que hacía pocos minutos que estaba en el césped para reavivar el ataque. Al Barça no le salía nada bien. No era el día. De hecho, el propio VAR no quiso ver unas manos de Dumfries en el último minuto que parecían todavía más claras. El Barça acabó enfadado con el VAR, el árbitro, el rival y él mismo. El grave error arbitral no explica solo un partido demasiado flojo de un equipo que ha vuelto con mala cara de la parada de selecciones.

El Barça acabó atacando una y otra vez a la defensa de un Inter que ya ni pretendía salir a la contra. Su prioridad era perder tiempo, hacer perder los papeles a un equipo que cayó en la trampa, con rifirrafes con Gavi y Sergi Roberto. Al equipo de Xavi le faltaron luz y calma. Añoró a algunos lesionados, pero también le faltó poder dar vida a un Robert Lewandowski que después de quedarse sin marcar en el campo de Bayern, tampoco pudo ser el salvador en Milán. La segunda derrota consecutiva fuera de casa deja al Barça sin margen de maniobra. Le tocará dar saltos al vacío, ahora sin red de seguridad. No podrá fallar contra los interistas en el Camp Nou, y ni así podrá respirar tranquilo. El Bayern será el juez de un grupo que tenía que servir para elevar los ánimos de los barcelonistas y, en cambio, se ha convertido en un calvario. Habrá que sufrir para ver la luz. Y evitar una eliminación que sería dramática, en todos los sentidos.

  • Inter de Milán: Onana; Skriniar, De Vrij (Acerbi, 75’), Bastoni; Darmian (Gosens, 75’), Barella, Çalhanoglu (Asllani, 87'), Mkhitaryan, Di Marco (Dumfries, 75’); Correa (Dzeko, 56’) y Lautaro Martínez.
  • FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Christensen (Piqué, 58’), Eric Garcia, Marcos Alonso (Baldo, 63’); Busquets, Pedri, Gavi (Kessie, 84'); Raphinha (Ansu Fati, 63’), Lewandowski y Dembélé.
  • Goles: 1-0 Çalhanoglu (45')
  • Árbitro: Slavko Vincic (Eslovenia)
  • Tarjetas amarillas: Barella (23’), Busquets (60'), Xavi Hernández (68'), Çalhanoglu (69’), Lautaro (75’), Gavi (75’), Simone Inzaghi (82'), Bastoni (88') y Onana (93'').
  • Tarjetas rojas: ninguna
  • Estadio: Giuseppe Meazza (62.000 espectadores)
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