Barça

Un debate final sin ases en la manga

Laporta arrastra a Font y Freixa al cuerpo a cuerpo en el último acto de campaña

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Los candidatos esta mañana a las sesiones de fotos en el Camp Nou con  los medios de comunicación de Barcelona.

BarcelonaNo hubo sorpresas en el último debate entre los candidatos a la presidencia del Barça. Ninguna carta escondida ni promesa que no se hubiera oído a lo largo de una campaña que se ha alargado siete semanas por la pandemia. Con un Joan Laporta incisivo, seguro y penetrante, el ex presidente fue quien más intervino y acabó arrastrando a sus rivales hacia el cuerpo a cuerpo. Un intercambio de reproches en el que finalmente cayeron Víctor Font y Toni Freixa, a pesar de que habían estado haciendo esfuerzos para mantener las formas y no salirse del guion.

El debate de Tv3 y Catalunya Ràdio había generado expectación. Creada, sobre todo, a través de un Víctor Font que lo veía como la última oportunidad para convencer “los 35.000 indecisos” que tiene detectados y a quién pidió el voto, ya en la primera intervención. Laporta, confiado porque lidera las principales encuestas, optó primero por una táctica defensiva, hablando con optimismo del futuro y avalando su gestión como ex presidente. Mientras que Freixa navegó entre dos aguas, apoyándose en su etapa de directivo (2010-15) cuando atacaba Laporta y viendo “motivos por la esperanza” cuando interpone su modelo al de Font.

En el fondo, los candidatos repitieron los mensajes que ya habían ido diciendo en las últimas semanas. El debate tuvo un punto de previsible porque no se oyeron propuestas nuevas y la tensión vino cuando Laporta interrumpió a Font y a Freixa, defendiéndose de los ataques, con un tono muy contundente, como cuando les acusó de hacer “trilerismo” para desmontar sus argumentos. El ex presidente, sin embargo, calmó los ánimos en el tramo final, cuando se habló del Espai Barça.

El hecho diferencial del debate llegó cuando los candidatos podían hacer una pregunta a los rivales. Laporta les pidió si podría contar con su apoyo, Freixa respondió que sí, y Font, que también se mostró “evidentemente” predispuesto, respondió con ingenio que “esto no pasará” porque no será el presidente escogido. Freixa, que en el apartado económico cargó nuevamente contra Laporta por la situación en la que había dejado el club el 2010, quería saber si el ex presidente firmaría contratos con la empresa Mediapro, y él dijo que lo haría “con quién hiciera falta”. Mientras que Font, cansado de que Laporta le reprochara que no tenía experiencia para comandar el club, le preguntaba al ex presidente qué experiencia tenía en 2003. Una pregunta que respondió saliendo por la tangente, diciendo que tenía “determinación”.

La parte deportiva

La parte deportiva fue de las más tensas. Font habló de organigrama y llegó a exhibir una hoja donde -a pesar de que no se podían apreciar nombres- aseguraba tener “hecha la planificación para la temporada próxima”. Laporta esquivó decir nombres propios, en la línea de la campaña, pero aseguró que había “contactado con los principales representantes” y que estaba en disposición de construir un buen equipo para el futuro. Y Freixa insistió en la seguridad de traer “tres jugadores diferenciales” para completar la plantilla la próxima temporada. Un Freixa, además, que presumió de Lluís Carreras y destacó que era el único que había presentado un secretario deportivo que lo acompañara a lo largo de estas semanas.

En cambio, pocas novedades con Messi, figura que genera consenso porque todos los aspirantes quieren que siga, pero con diferentes puntos de vista sobre cómo abordar su renovación. Laporta aseguraba que con él había más posibilidades de que continuara y Font respondía que esto dependía de la “credibilidad” del proyecto, y que a su entender tenía más “alguien con ascendencia como Xavi que no un ex presidente”. Un punto que se encontró con la respuesta corta de Laporta, que le espetó: “Qué poco que lo conoces”.

Tampoco hubo novedades en el Espai Barça, que sirvió para cerrar el debate. Font mantenía su propuesta de hacer una auditoría y de empezar las obras en la primavera, compaginando los partidos en el estadio con la remodelación. Un modelo similar al de Toni Freixa. Y Laporta, como ya había anunciado en campaña, se desmarcó diciendo que tendrían que ser los socios los que decidieran si se harían las obras al mismo tiempo que se jugaran partidos en el estadio, o se iría a jugar afuera.

El debate se habría podido descontrolar pero al final la sangre no llegó al río, en parte por la intervención del moderador, el periodista Francesc Garriga, que se apoyaba en unos pequeños relojes que contaban el tiempo. Al final, Laporta acabó hablando solo un minuto más que los otros.

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