Barça

Los 72 meses de penitencia del barcelonismo

Ter Stegen, único superviviente de un equipo que en 2019 disputó las últimas semifinales europeas y que se ha reconstruido de arriba abajo

BarcelonaEste mayo se cumplirán seis años de una de las noches más tristes de la reciente historia del Barça. El equipo estaba al borde de la final de la Champions y defendía tres goles en el campo del Liverpool. Pero se les fundieron los plomos. El conjunto redremontó con un 4 a 0 que se puede resumir con el gol de Origi, que remataba solo un saque de esquina servido por Alexander-Arnold mientras toda la defensa azulgrana miraba las musarañas. Ter Stegen no pudo hacer nada. El guardameta es el único superviviente del vestuario azulgrana. Ese día le acompañaban en el once Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Arturo Vidal, Busquets, Rakitic, Coutinho, Messi y Suárez. En el banquillo estaban Cillessen, Semedo, Arthur, Malcom, Umtiti, Vermaelen y Aleñá. Los otros integrantes del primer equipo que no viajaron eran Todibo, Murillo, Rafinha Alcántara, Dembélé y Kevin-Prince Boateng.

En el avión de vuelta, la junta, entonces presidida por Josep Maria Bartomeu, empezó a hablar de fin de ciclo y de la necesidad de renovar profunda y urgentemente la plantilla. Pero era en el 2019. Aunque hacía tiempo que se había dejado de reinar en Europa, todavía se ganaban ligas con autoridad y solía derrotarse al Madrid a los clásicos. Con el único asterisco de Messi, que es el futbolista del que nadie quería prescindir, han hecho falta seis años, una pandemia, una crisis económica de dimensiones cósmicas, un cambio de presidente, tres cambios de entrenador y varios conflictos con las vacas sagradas. Ha costado realizar la limpieza necesaria, acertar con los fichajes después de muchos intentos frustrados, distinguir el grano de la paja en la Masia y, finalmente, tener un equipo capaz de volver a plantarse en unas semifinales europeas.

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La revolución que no fue capaz de hacer Bartomeu

En 2019 quedó claro que la revolución de verdad iría por largo. Aquel verano solo se hicieron algunos retoques, en parte porque Bartomeu se topó con la oposición de un vestuario que había acumulado demasiado poder –y que, por ejemplo, consiguió que Ernesto Valverde siguiera en el banquillo–. El otro elige, el dinero. Las fichas eran tan elevadas que nadie podía ofrecer a los descartados lo mismo que cobraban en Barcelona. Por eso Coutinho no pudo ser traspasado, sino cedido al Bayern. Los otros que se marcharon no eran titulares: Malcom, Cillessen, Rafinha, Todibo, Vermaelen, Murillo y Aleñá.

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En 2020, con la pandemia y después del 2 a 8 contra el Bayern en los cuartos de final de la Champions, la revolución también se hizo a medias. Coutinho volvía a un vestuario del que se marchaban a precio regalado los titulares Arturo Vidal, Rakitic y Suárez. Los seguían Semedo y Arthur. Unos meses después, ahogada por la moción de censura, la junta de Bartomeu dimitía en bloque y Joan Laporta cogía las riendas de la entidad. Prometía grandes cambios que también fueron llegando con cuentagotas.

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Una lista de fichajes del Barça que hace caer de espaldas

Laporta se alió con Mateu Alemany, que como director deportivo del Barça tenía como gran objetivo echar a los descartados. "Presi, yo no soy lo más indicado para hacer un nuevo Dream Team, pero sí para limpiar en el vestuario", le dijo en una de las reuniones iniciales. Así fueron pasando Emmerson, Junior Firpo, Griezmann, Trincão o Pjanic, futbolistas contratados por Bartomeu a partir del 2019 que nunca acabaron de cuajar. Al mismo tiempo, buscaba fórmulas imaginativas para quitarse de encima a Umtiti y Lenglet, que se irían en el 2022, un año después de que se marchara Messi por la puerta trasera, ya que la asfixia económica y las presiones de los auditores impedían que el de Rosario se retirara al club de su vida. Aún quedaban salarios inasumibles y la operación salida se completaría durante las siguientes temporadas. Piqué decidió colgar las botas a finales del 2022, y Jordi Alba y Busquets acababan contrato en verano del 2023, año en el que se logró vender Dembélé al PSG. Quedaba el último veterano, Sergi Roberto, que acababa contrato y no recibía ninguna oferta de renovación en el verano del 2024.

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La lista de los últimos fichajes de Bartomeu hace caer de espaldas, ya que solo De Jong, Pedri y Araujo –estos dos últimos, contratados inicialmente para el filial–. Pero los primeros años de Laporta tampoco son para echar cohetes, ya que el gran grueso de apuestas a coste cero, o gratis o cedidos –Memphis, Kessie, Marcos Alonso, Gündogan, Aubameyang, Cancelo o João Félix– se han acabado marchando sin pena ni gloria. Han funcionado, con mayor o menor acierto, los jugadores por los que se han pagado dinero a través de las palancas, activadas a pesar de las reticencias en el área económica. Pero Laporta es Laporta y todo el mundo que trabaja con él explica que no se le puede contradecir. Deportivamente, el tiempo le ha dado la razón. Económicamente, habrá que esperar unos años para ver sus consecuencias a medio y largo plazo.

¿Qué habría pasado con La Masia si la caja fuerte del Barça hubiera estado bien llena?

Sea de una u otra manera, el equipo gana y eso es lo que valora realmente el socio barcelonista. low cost como Íñigo; y futbolistas que vuelven a su país de nacimiento tras marcharse para buscarse las algarrobas como Olmo y Eric. Pero el futuro pasa por jugadores de nueva generación recién subidos de la cantera: Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Fermín, Gavi, Balde, Casadó, Gerard Martín, Héctor Fort o Marc Bernal. Es imposible saber si se hubiera confiado tanto en la Masía si el Barça hubiera tenido el bolsillo lleno y hubiera podido gastarse millonadas en estrellas mundiales. El caso es que Koeman y Xavi les abrieron la puerta del primer equipo y Hansi Flick les ha acabado de pulir.

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Es otro Barça, capaz de volver a enganchar a la gente, de hacerse respetar en Europa y de ganar tres clásicos seguidos ante el Real Madrid: 0-4 en el Bernabéu, 2-5 en la final de la Supercopa y 3-2 en la de la Copa. Tiene dos títulos en el zurrón, cuatro puntos de margen en la Liga a falta de cinco jornadas y espera al Inter en las semifinales de Champions. La penitencia ha terminado, 72 meses después.