Barça

Así gestiona Flick las frustraciones de su Barça

Tras 50 partidos en el banquillo, el técnico ha hecho renacer a un equipo que está en disposición de ganarlo todo

Hansi Flick abrazando a Gavi durante el Dortmund-Barça.
16/04/2025
3 min

Enviado especial a DortmundA Hansi Flick no le gustó el ambiente de la sala de prensa después del partido europeo en Dortmund. El Barça no había hecho un buen partido en la vuelta de los cuartos de final, pero había logrado el objetivo, que era clasificarse para las semifinales de la Champions. La mayoría de preguntas tenían un tono negativo, o eso le pareció. Sin perder los estribos, con elegancia y dosis de paciencia, dedicó un buen rato a darle la vuelta a la situación, a hablar en positivo. Sabía perfectamente que se necesitaba autocrítica, pero él quería hacerla de puertas adentro. En el exterior, el mensaje debía ser claro: nadie hubiera imaginado estar en esa situación –semifinalista de la Champions, finalista de la Copa, líder de la Liga y campeón de la Supercopa– a mediados de abril. Cree que hay que darle valor.

Esta faceta, la de psicólogo, es de las que más agradaron al presidente Joan Laporta cuando decidió apostar por el alemán. El tiempo ha dado la razón al presidente ejecutivo azulgrana. Flick ha sabido ganarse el vestuario haciendo gala de una de sus grandes virtudes, la inteligencia emocional, que también utiliza en las salas de prensa. Tiene el respeto del grupo y ha encontrado el equilibrio entre la autoridad y la mano izquierda.

Ha sabido abuchear y castigar a los jugadores cuando han llegado tarde, acusándoles de falta de compromiso con el grupo, como Kounde. Asimismo animó a los futbolistas frustrados por una mala actuación en el campo, como hizo con Fermín o Lamine Yamal en Dortmund. Trabajó con los suplentes, como Gavi y Ferran, para que se sintieran parte del equipo pese a tener menos minutos. Ha demostrado en la cantera (Bernal, Casadó, Fort, Gerard Martín) que las puertas del primer equipo están abiertas si trabajan bien. Y ha encontrado la tecla con De Jong, una estrella que había perdido el norte y que ahora está a un paso de renovar con el Barça.

Laporta sabe que la apuesta de Flick es suya y le gusta sacar pecho en círculos íntimos. Por eso hacen de su personalidad y de su pose de hombre de club. Que sea comprensivo con las limitaciones de tesorería del Barça o que base su discurso en el fútbol y no busque disculpas cuando el resultado no es favorable. "La diferencia [con Xavi] es abismal, por cómo trata a los jugadores, cómo prepara los partidos, cómo afronta los entrenamientos...", apunta uno de los asesores del presidente.

Desde el entorno de Laporta apuntan que el dirigente cree que Flick es el mejor y más potente en las salas de prensa desde Guardiola. El técnico fichó por el Barça en mayo pero no ofreció la primera comparecencia de prensa hasta julio. Dos meses durante los cuales Laporta se encargó de tutelar al entrenador, enseñándole el funcionamiento del club y dándole consejos para sobrevivir en el entorno. E incluso le aconseja no hablar ni catalán ni castellano en público para evitar entrar en confrontaciones innecesarias. En el fondo, la traducción simultánea ejerce de filtro y ayuda a suavizar algunas situaciones potencialmente comprometidas.

"Hemos hablado con un entrenador"

Flick ha recibido la complicidad de la estructura del club, que ha trabajado para aislar al vestuario. Un hecho que considera clave para marcar la pauta en el día a día y para que todo el mundo vaya a la par. Han cambiado las rutinas de trabajo, han devuelto las multas y ha subido la exigencia en los entrenamientos. En verano, sus formas de hacer sorprendieron, y algunos las llegaron a calificar de "régimen militar". Con el paso del tiempo, quienes eran escépticos con Flick bendicen que "le haya puesto orden a un vestuario que era un desbarajuste".

"Hemos hablado con un entrenador", concluyeron Deco y Bojan, los altos cargos de la secretaría técnica del Barça, cuando se reunieron con Flick antes de ficharle. Su nombre ya había sonado en el 2021 para relevar a Koeman, pero entonces Flick se había comprometido con la selección alemana y no estaba disponible. Las primeras referencias vinieron de parte de Ralf Rangnick, actual seleccionador austríaco, a quien Laporta invitó a comer. La contratación fue coser y cantar, aprovechando que el agente de Flick es Pini Zahavi, exsocio y amigo del presidente azulgrana.

En Dortmund, Flick cumplía su partido 50 en el banquillo culé, y el balance es difícilmente mejorable. Ganó 37 duelos, empató seis y perdió siete, con 147 goles a favor y 51 en contra. La media es de 3 a 1 por encuentro. Aunque lo más importante, a los ojos de Laporta, es la capacidad para darle la vuelta anímicamente al equipo y pasar de un estado de pesimismo generalizado, en verano, al sueño de repetir hazañas como las de Guardiola o Luis Enrique, que ganaron el triplete en el año de su debut.

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