Barça

Los 20.000 culés que pagarán la fiesta en el nuevo Camp Nou

El Barça, que ya tiene la licencia de primera ocupación, se ve obligado a priorizar las entradas individuales en los abonos

17/10/2025

BarcelonaPese a que en el Barça ya lo esperaban, recibir la licencia de primera ocupación (LPO) del Camp Nou fue motivo de alegría y celebración en los despachos. "La primera siempre es la más complicada", admitían fuentes cercanas a la directiva. Con la fase 1ª confirmada, podría abrirse la zona de tribuna y del gol sur, equivalente a un aforo de 27.000 aficionados. Pero, como ya explicó el club hace unos días, prefieren esperar a tener terminada la fase 1b para poder abrir también el lateral y así aumentar su capacidad hasta las 45.000 localidades. Por el momento, en los despachos dicen que las obras ya están y que han entregado parte de la documentación. Ahora bien, la burocracia es lenta. Por tanto, los partidos contra el Girona, el Olympiakos y el Elche estarán en Montjuïc. Más adelante, ya se verá.

La pugna entre el Barça y el Ayuntamiento por la LPO se ha alargado mucho más de lo que querían ambas partes. Desde el consistorio se excusaban en que había discrepancias en la documentación y que los Bomberos seguían encontrando deficiencias en materia de seguridad. En el club, en cambio, sostenían que el estadio estaba por jugar y que los retrasos eran cosa de una burocracia que consideraban excesiva. Sea como fuere, esto ya es parte del pasado: la reapertura del Camp Nou no pudo ser en septiembre. Llegados a este punto, el Barça se ha visto obligado a cambiar de estrategia comercial. Goldman Sachs llama a la puerta para recuperar la inversión hecha en el préstamo del estadio. Así que hay que ganar el máximo dinero posible y, opinan en el club, no hay más remedio que apelar a los turistas que tienen el bolsillo lleno para compensar lo que se deja de ganar mientras el Camp Nou no está del todo operativo.

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Los socios se han quejado en la OAB por los precios de los abonos

En el club admiten que es una decisión impopular y reconocen que la Oficina de Atención al Barcelonista (OAB) se ha llenado de llamadas con quejas. La semana pasada el Barça ponía a la venta los abonos, que eran notablemente más caros respecto a los del último año en Montjuïc –un aumento de hasta el 34%, según la zona–, con el condicionante de que cinco partidos quedan excluidos. Por tanto, el incremento es aún superior.

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Hace un año, cuando el Barça puso a la venta los abonos de la segunda mitad de la temporada contando que se jugaría en el Camp Nou –una promesa falsa y, por tanto, nunca se llegaron a cobrar los importes–, había 45.000 abonos disponibles. Pero entonces se hablaba de una reapertura con 62.000 espectadores. Esta vez ya se sabe que el retorno será con 45.000 localidades, y no existe ninguna garantía de que se pueda alcanzar las 62.000 –el equivalente a la fase 1c– a corto plazo. Por tanto, el tope de abonos se recortaba drásticamente hasta los 24.800, dando prioridad de compra a los que habían apoyado al equipo en Montjuïc. Después, el resto de abonados que estaban en excedencia.

Esto supone unas 20.000 entradas para la venta. El club ofrece descuentos a los socios que no tienen el pase, pero eso no evita que los tiques sean caros. En el partido contra el Elche, los socios pagan entre 69 (al gol) y 209 euros (en tribuna), según las cifras consultadas en la web del club. En cambio, los no socios pagan de 129 a 289. En el Barça aseguran que siempre hay socios que compran entradas, pero admiten que un porcentaje muy elevado corresponde a los turistas, que están dispuestos a gastar cantidades muy elevadas para conseguir las mejores localidades. También son los que compran algunos productos vip, que dan derecho a comida canapesa, y que en ese mismo enfrentamiento contra el Elche están a la venta por precios que van de los 500 a los 1.000 euros.

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La oposición carga contra la directiva de Joan Laporta

En una semana marcada por la asamblea ya las puertas de las elecciones del verano de 2026, la oposición ha utilizado la polémica con los abonos para lanzarse sobre la directiva de Joan Laporta. Les acusan de priorizar el dinero antes que el balón y dicen –apelando al partido contra el PSG y recordando que no existe la grada de animación– que el ambiente se ha resentido. En el club mantienen la calma, responden recordando que esta decisión es puntual y justifican, con cifras en mano, que la mayoría de los asistentes a los partidos de Montjuïc son locales: un 70% son abonados, socios o catalanes, y un 30% son extranjeros. Ahora bien, en el área de ticketing añaden que este 30% gastan un 45% más de media, sea porque cogen localidades mejores o porque aprovechan para comprar camisetas y todo tipo de merchandising culé.

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Sin embargo, en el Barça saben que el debate popular está perdido y por tanto se centran en los beneficios económicos. La estancia en Montjuïc supone dejar de ingresar en torno a 100 millones por temporada, teniendo en cuenta lo que se ingresaba en concepto de estadio antes de reformar el Camp Nou, entre otras cosas porque un 80% de los abonados tomaron la excedencia. En el primer año, en el 2023/24, la facturación pasó de los 229 millones a los 126. La pasada temporada cambió la política de ventas y la cifra remontó. Ayudó, también, el buen rumbo deportivo del equipo. Se habían proyectado 154 millones de ingresos y acabaron siendo 175. Para este año, la previsión es aumentar hasta los 225. El dato es muy ambicioso, pero al club confían hacerlo posible cuando se vuelva definitivamente al estadio, por el reclamo que esto supondrá. Eso sí, serán los guiris quienes pagarán la fiesta.