Barça

¿Por qué el Barça de Flick ya no corre como antes?

El equipo azulgrana ha perdido atrevimiento con y sin balón, y no para de sumar lesionados

Lamine Yamal, pensativo en el clásico.
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Barcelona"Ahora es cuando más hay que aguantar el estirón. Si ahora no son capaces de resistir, la temporada habrá terminado". Así de contundente es el pronóstico que hace para el ARA, después del clásico de este domingo (2-1), una voz muy cercana al vestuario del Barça. Al igual que muchos culés, esa persona ve que el equipo de Hansi Flick ha perdido parte de los atributos que le hacían volar hace sólo unos meses. Con todo, vislumbra esperanza y propone un plan de reacción en dos capítulos. El primero, como se indica en la cita que abre este texto, implica transitar el mal momento con un impacto mínimo en los resultados. Y el segundo, que quiere más tiempo, depende de recuperar las esencias a base de entrenamientos de calidad que sirvan también para poner freno al alud de lesiones que lleva de cabeza desde el primero hasta el último miembro del cuerpo técnico azulgrana.

Lejos de suponer un punto de inflexión, la actuación del Barça en el Bernabéu confirmó los malos síntomas exhibidos contra Sevilla, Girona y Olympiacos. En lugar de replicar el atrevimiento que sirvió para aplastar al Madrid en los cuatro clásicos de la pasada campaña, los de Flick arriesgaron poco en ataque para evitar los contragolpes del rival. En vez de activar a Lamine Yamal en los primeros minutos, que era cuando menos podía notar los efectos de la pubalgia, el colectivo priorizó las entregas seguras para minimizar las pérdidas. Tampoco Marcus Rashford y Ferran Torres ofrecieron demasiadas soluciones en el espacio. La receta de Flick no sólo no sometió al Madrid, sino que fue perdiendo gas a medida que pasaba el tiempo y los de Xabi Alonso empezaron a retratar al otro mayor downgrade del Barça en este inicio de curso: la presión.

A partir del minuto 15, la voracidad para tomar balones en campo contrario, una de las fortalezas de este Barça, se desdibujó. En consecuencia, el Madrid hizo sangre de los espacios mal ocupados y de negados esfuerzos como el de Rashford antes del 1-0 de Kylian Mbappé, que recibió en el espacio de un Jude Bellingham marcado solo con la mirada por su compatriota. En este tramo del enfrentamiento, los blancos descosieron a los azulgranas con una gran facilidad. De Jong y Pedri, abandonados en tierra de nadie, se hartan de correr para tapar sin éxito agujeros derivados de la falta de presión de los delanteros. Aun así, el canario robó el balón que acabó en el 1-1, obra de Fermín. Con 37 presiones hechas, fue con mucha diferencia el mejor azulgrana en defensa. Pero al final, cansado y desesperado en busca de un empate que su equipo tuvo a su alcance en una mala segunda parte del Madrid, acabó expulsado.

Soluciones necesarias para recuperar el tono

El cuerpo técnico del Barça ha tomado nota de la tercera derrota en cinco partidos y pone el foco en la preparación física para que puedan devolver a escena el atrevimiento con balón y la voracidad sin ella. Más allá de los problemas médicos y extradeportivos de Lamine Yamal, que es la mejor individualidad del equipo, Flick está preocupado porque sus futbolistas no pueden aplicar la misma intensidad que el pasado ejercicio, que se saldó con los tres títulos estatales y una semifinal de Champions perdida en la prórroga (4-3). Tras la goleada en Sevilla (4-1), el alemán pidió soluciones a los preparadores físicos ya los recuperadores, que reconocieron que había que mejorar y al mismo tiempo recordaron las limitaciones para trabajar en condiciones en una gira asiática marcada por el calor, la humedad, los largos desplazamientos internos y los problemas de convivencia en el vestuario.

Más al detalle, en Sant Joan Despí hay voces que observan que si el Barça ha dejado de correr como corría es porque en elstaff aún no se ha encontrado la fórmula para equilibrar el impacto físico provocado por la dureza del fin de la pasada temporada con la necesidad de volver a llenar el depósito de los jugadores en el inicio de este curso. A diferencia del verano de 2024, en el que se aplicó la máxima exigencia física en pretemporada con la llegada de Flick, las cargas ordenadas en verano de 2025 no han sido las mismas. Los entrenamientos de fuerza comandados por el especialista Julio Tous, que hace un año llegaron a provocar algún mareo por sobreesfuerzo en la plantilla, han perdido intensidad. Los ejercicios con gomas de activación muscular y pelotas suizas han ganado terreno en las rutinas con pesas. Sin embargo, la estrategia ni ha servido para compatibilizar la resaca del curso pasado con las obligaciones del presente ejercicio ni tampoco para evitar lesiones y recaídas como las de Raphinha, cuya baja en la delantera es comparable a la de Iñigo Martínez en la defensa.

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