Barça: ¿pan para hoy, hambre para mañana?
El club se garantiza una lluvia de millones vendiendo el 25% de los derechos televisivos, pero renuncia al menos a 41 millones de ingresos por temporada
BarcelonaLa herencia recibida y el control económico estricto de la Liga son los dos argumentos que usa el Barça para justificar la venta de patrimonio. Una acción que en el palco aseguran que es "totalmente necesaria" para equilibrar los números y poder hacer un equipo con cara y ojos para competir por todos los títulos. El club ya había vendido un 10% de los derechos televisivos de la Liga y ha cerrado la venta del 15% restante. Vender este activo implica una lluvia de millones para las arcas azulgranas, pero también supondrá dejar de ingresar mucho dinero durante las próximas temporadas.
LaLiga Impulso
El Barça declinó dos veces el acuerdo con CVC
Javier Tebas, presidente de la Liga, había presionado mucho al Barça para que el club se inscribiera en el proyecto LaLiga Impulso. O sea, para que vendiera un 10% de los derechos televisivos al fondo de inversión CVC para los próximos 50 años. El Barça, sin embargo, que ya había rehusado la oferta el verano pasado –aunque esto implicara renunciar a Messi–, volvió a cerrar la puerta a CVC y optó por negociar la venta de los derechos televisivos por su cuenta. La jugada le salió bien al club presidido por Joan Laporta. Se garantizó un acuerdo que le daba unos ingresos similares (207,5 millones en efectivo, 267 millones a nivel contable), pero por la mitad de tiempo, 25 años. Desde un punto de vista financiero, la jugada permitía equilibrar las cuentas de la temporada 2021/22 y cerrarla con beneficios. Y también permitía esquivar los porcentajes de LaLiga Impulso. Es decir, que podía destinar el dinero a hacer lo que le conviniera, sin las limitaciones (solo un 15% se podía destinar a la plantilla) de aquel proyecto que firmaron 39 de los 42 clubes de Primera y Segunda.
Tres palancas
Solo vende la televisión y descarta BLM y Barça Studios
El problema es que la deuda del Barça era mayúsculo. Por la gestión de Bartomeu, por los efectos de la pandemia y porque Laporta, con el asesoramiento de Ferran Reverter, entonces CEO del club, reformuló las cuentas: devaluando la plantilla y haciendo provisiones para los litigios que tiene pendientes el club. Por lo tanto, los números seguían en negativo y hacía falta una segunda inyección de millones. Una opción era conseguir ingresos a partir de la venta de futbolistas, pero a la espera de si se puede completar la venta de Frenkie de Jong, el resto de las salidas están dejando pocos millones en la caja. Así, había que explorar otras vías. Que son, como bautizó en su día Laporta, las "palancas": los derechos televisivos, BLM y Barça Studios. De estas, se activa de manera inminente la de la televisión y queda descartada este año BLM. En cambio, la de Barça Studios, a pesar de que la idea inicial es no vendérsela, aparece como un comodín que podría activarse a última hora.
El 15% de la televisión
El Barça ingresa 310 millones para fichar y liquidar deuda
La venta del 15% de los derechos de la Liga tendría que seguir el mismo patrón que la venta del 10% inicial, a pesar de que el Barça solo ha confirmado la duración del acuerdo, pero no la cantidad. Así, oficiosamente, a nivel de tesorería tendrían que entrar 310 millones en las arcas del club. Y a nivel contable (para el balance de cuentas) suponer 400 millones de plusvalía. El fondo Sixth Street también compra por 25 años y el club volvería a hacer una ampliación de capital de más de 80 millones en la tercera compañía que es propietaria de los derechos. A corto plazo, pues, el Barça recibe un dinero que destinará principalmente a reducir deuda y a fichar futbolistas. La deuda corresponde, sobre todo, a los famosos diferimientos que hizo con los jugadores, puesto que, durante la pandemia, y a raíz de la bajada de ingresos, el club se había quedado sin tesorería para poder afrontar algunos de los salarios millonarios de los futbolistas. El Barça pactó, en algunos casos, una rebaja salarial. Pero en otros, un diferimiento para abonar estas cantidades pendientes más adelante. Dinero que está en el capítulo de la deuda y que la entidad pagará en los próximos meses.
41 millones menos
El Barça dejará de ingresar el 25% de los derechos de la Liga
Vender un 25% de los derechos televisivos supone una lluvia de millones a corto plazo, pero estos ingresos no son gratuitos. Básicamente porque el club ingresará ahora, y de golpe, el dinero que habría ido ganando a largo plazo con la venta de estos derechos audiovisuales. El ejemplo se explica mejor con los números en la mano. El Barça ingresó esta última temporada 165 millones correspondientes en los derechos audiovisuales de la Liga –sin contar Copa y Champions, que van aparte–. En el futuro, durante las próximas 25 temporadas, al Barça le seguirá correspondiendo este dinero. Ahora bien, como ya se habrá vendido un 25% en Sixth Street, dejará de recibir este porcentaje. Por lo tanto, de los 165 millones, 41,25 irán al fondo de inversión y los 123,75 restantes a las arcas azulgranas. En el supuesto de que los derechos de televisión mantengan el mismo valor, representará que en 25 años el Barça habrá acabado abonando a Sixth Street alrededor de 1.030 millones de euros. En cambio, el fondo tan solo habrá pagado por avanzado unos 520 millones, casi la mitad. Desde el club admiten que el diferencial es muy alto, pero recuerdan que hay un factor de riesgo que asume Sixth Street: la previsión es que los derechos se mantengan o suban, pero si bajan el fondo de inversión se quedará sin los beneficios que contaba tener.
Los deberes del futuro
Equilibrar la masa salarial y reactivar ingresos prepandémicos
Más allá de las "palancas" económicas, en los despachos nobles del Camp Nou reconocían que había que recortar el gasto para poder hacer frente no solo a los fichajes del presente, sino también a las incertidumbres del futuro. Que el Barça deje de ingresar 41 millones en los próximos ejercicios implica que, si no se hacen los deberes, el próximo verano volverán los problemas para inscribir a jugadores y entonces ya no quedarán activos –o quedarán menos– para poder vender. Mateu Alemany y Jordi Cruyff, las dos caras visibles del área de fútbol, insistían en la importancia de recortar la masa salarial. Esto quiere decir establecer una nueva escalera salarial que se ajuste más a la que tienen los grandes clubes europeos –el Barça era, de largo, quien mejor pagaba a los jugadores– y, también, moderarse en el precio de los fichajes para evitar amortizaciones excesivas. Una vez ajustado el gasto, y para compensar el dinero que se dejará de recibir de la televisión, el Barça se ha marcado el objetivo para este curso 2022/23 de recuperar algunos de los ingresos prepandémicos que habían caído por culpa del covid. Esto quiere decir, sobre todo, el estadio –se facturaban unos 300 millones entre los días de partido, palcos, museo y restauración– y también el marketing. De hecho, este último concepto es clave. Tal como explicó el ARA, remontar los ingresos por la venta de camisetas –que corresponden a BLM– permitiría revalorizar esta empresa si finalmente el Barça lo tiene que vender en el futuro para equilibrar ingresos.
La incertidumbre del Espai Barça
El club facturará mucho menos mientras esté en Montjuic
Vendida la televisión y con la incertidumbre de si será necesario vender también un porcentaje de Barça Studios, en el club no descartan que la próxima temporada (2023/24) se tenga que vender otro activo, el de BLM. El motivo es la construcción del nuevo Camp Nou. En un futuro, este estadio generará nuevos ingresos, pero mientras tanto el Barça tendrá que hacer un año de penitencia en Montjuic. Por lo tanto, renunciará forzosamente a parte de los 300 millones a los que puede aspirar a ganar de ticketing este año. Teniendo en cuenta que el club tendrá una previsión de gastos elevada –sin contar posibles fichajes–, es bastante probable que se tenga que recurrir a este activo para cuadrar los números. Por eso, hace falta que BLM valga el máximo posible y es clave aprovechar este curso 22/23, y el impacto de fichajes como el de Lewandowski, para hacer subir al máximo el valor de la empresa. Por otro lado, y una vez se hayan acabado las obras, valoradas en 1.500 millones, el club tendrá un estadio de primera línea mundial y aumentará notablemente la facturación. Pero, claro, tendrá que volver el préstamo al fondo que pague las obras –posiblemente, Goldman Sachs–. Es decir, un centenar de millones por año. En el Barça, sin embargo, aseguran haber hecho los números y dicen que, a pesar de este pago, los beneficios del nuevo estadio serán bastante superiores para que la operación salga por anticipado.