El derbi

El Barça de Xavi se estrena entusiasmando en un derbi como los de antes (1-0)

El nuevo técnico apuesta por los jóvenes y un estilo ofensivo para derrotar a un Español que se quedó muy cerca de puntuar en el Camp Nou

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Los jugadores del Barça, celebrando el gol de Memphis en el derbi

BarcelonaEn esta vida, todos necesitamos creer. Creer que las cosas no irán siempre mal, que estamos en buenas manos. Y el Barça se ha entregado a Xavi Hernández, dándole las llaves de casa, el coche y la segunda residencia -los afortunados que la tienen- al técnico de Terrassa. Y el debut de un nuevo entrenador que no deja de ser una cara conocida fue bastante alentador. Una puesta en escena valiente, atrevida, con los gestos justos para enchufar a un estadio muy necesitado de alegrías. Para empezar, triunfo en el derbi contra un Español que no puso las cosas fáciles a los azulgranas (1-0). Para el barcelonismo, sin embargo, fue una de aquellas primeras citas en las que vuelves a casa soñando ya en la próxima. Con esa sonrisa en el rostro de quien se está enamorando, de quien siente que esta vez sí, será la buena.

Xavi volvía a casa. Y volvía el derbi, después de un año en el purgatorio de Segunda de un Español con las ideas muy claras. Los blanquiazules son así. Cada vez que tocan fondo, vuelven más fuertes, con la piel más dura. Y parando el ritmo del Barça y defendiendo con las líneas juntas, consiguieron por instantes bloquear los ataques de un Barça lleno de jovencitos. En la vuelta del derbi barcelonés, lo mejor fue ver a dos equipos lleno de jugadores que se han formado en la Ciutat Esportiva Joan Gamper o Dani Jarque. Jugadores que sienten los colores y que en dos ocasiones estuvieron a un paso de perder los papeles, encarándose con rifirrafes subidos de tono. Fue un derbi como los de antes, emocionante, eléctrico, polémico. El espíritu de resistencia del Espanyol, sin embargo, no fue lo suficientemente fuerte como para parar a un Barça que quiere correr libre, alejándose de este pasado terrible de las últimas temporadas. Los dos clubes, de hecho, tienen en común estar construyendo un futuro mejor, después de unos años complicados. El Espanyol se marchó molesto con el árbitro y tirándose del pelo consciente de que había perdido una buena oportunidad para puntuar en el Camp Nou.

Un rifirrafe entre los jugadores del Barça y el Espanyol

Xavi hizo del debut una declaración de intenciones. Como si fuera un discurso para empezar una legislatura, hizo jugar a ocho futbolistas formados en La Masia. Dos de ellos, de 17 añitos. Y uno de ellos, Ilias, debutante en partido oficial en el primer equipo. El joven de Els Hostalets de Pierola demostró tener carácter con dos o tres acciones, pero en el descanso Xavi le dio descanso apostando por otro joven descarado, Abde. Otro punto del programa de Xavi es este: si hay que hacer cambios en el descanso, los hará. No le temblará el pulso. Haciendo de Piqué el encargado de transmitir los mensajes que le enviaba desde la banda, Xavi salió con un 4-3-3 de manual, abriendo el campo con Gavi e Ilias, creando los espacios en los que los dos neerlandeses, Memphis y De Jong, parecieron sentirse más cómodos que con su compatriota Koeman. Un Barça trabajado, pero todavía en fase de crecimiento. Las revoluciones requieren de cierto tiempo para triunfar. Y Xavi trabaja con un montón de jugadores importantes lesionados, para empezar. El fútbol total de Xavi se enredó por instantes en la telaraña de un Español que defendía con cinco defensas. Y que pinchaba, travieso, cuando podía salir a la contra gracias a la clarividencia de Darder y el talento de un RDT que tuvo dos ocasiones para estropearle la fiesta a Xavi. En el descanso, de hecho, la mejor ocasión del partido había sido suya, en un chut desviado por poco por la defensa azulgrana.

Un Español orgulloso

El dominio, sin embargo, era de un Barça que encontró el gol en un momento clave, el inicio de la segunda parte. Ideal para no ponerse nervioso mirando el reloj. Gavi, cada vez más maduro, ofreció un pase en el espacio delicioso a Memphis, que cayó ante Cabrera en un penalti de ese que no pondrá nunca de acuerdo a los aficionados de los dos equipos. El neerlandés fue el encargar de marcar el primer gol de la era de Xavi, haciendo estallar un estadio que necesita animarse con el discurso del nuevo entrenador. El discurso del Espanyol también quedaba claro cuál era. Protestar al árbitro, que le perdonó a un Abde muy enchufado la segunda amarilla, y caer con la cabeza alta, con cuatro ocasiones de RDT y Dimata que pusieron el miedo en el cuerpo al Camp Nou. El guion, sin embargo, estaba destinado a ser un final feliz para Xavi, que en los últimos minutos intentó sumar a la causa a Coutinho y Riqui Puig. Le tocó acabar sufriendo, apretando los dientes. Como si las ocasiones del Espanyol fueran un aviso a aquellos que pensaban que todo sería coser y cantar. Xavi, sin embargo, demostró que, además de tener discurso, parecer tener suerte.

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