Celebrar títulos en vez de cautelares: los apuntes en caliente del Athletic-Barça
Los de Hansi Flick obtienen el billete para la final de la Supercopa en plena tormenta
BarcelonaEl Barça es finalista de la Supercopa de España después de unos días de tormenta calmados. Gobernados por Pedri y Lamine Yamal, los de Hansi Flick se impusieron con claridad en el Athletic Club. A continuación, cinco apuntes en caliente.
El mejor jugador de la Liga. El Barça no necesitó su mejor versión para imponerse a un Athletic Club irreconocible. Blandos en la presión y sin demasiadas ideas en ataque, los vascos fueron una presa muy fácil para los azulgranas, que obtuvieron el billete para la final del domingo con un poquito de método y tres pizcas de la magia del mejor jugador de la Liga por delante del indultado Vinícius o del carísimo Mbappé. Sí, Lamine Yamal es la diferencia del Barça, la amenaza definitiva para que los culés puedan soñar con cosas grandes esta temporada. Aclamado por el público saudí, paseó suficiencia contra un rival superado y sentenció el duelo en una acción patrocinada por Iñigo Martínez. Genio.
Palancas y cautelares. Mientras el barcelonismo respira provisionalmente con Dani Olmo y Pau Víctor, el laportismo saca pecho y evita la más mínima brizna de autocrítica en relación al serial de estos primeros compases del 2025. Ya lo avanzábamos hace unos días: se aplaudiría el escapismo sin reparar en la imprudencia previa ni en el fondo de las cosas. Llegados a este punto, es divertido ver a grandes defensores del cruyffismo –del juego y del proceso por delante del resultadismo– celebrando una pírrica medida cautelar con una butifarra y abrazos a raudales. Pero, la verdad, no nos sorprende demasiado. Quienes hoy se felicitan por una medida de gracia también lo hicieron con palancas fantasma, comisiones extrañas o créditos draconianos. El entusiasmo, para los títulos, por favor.
Gavio I de Arabia. Los médicos y los fisios del Barça pueden estar contentos. Bendijeron el alta del andaluz tras una larga lesión, pero le recomendaron calma hasta el 2025 para recuperar el protagonismo previo al estropicio. Ha cambiado el año y Gavi, beneficiado por la problemática de Olmo, fue titular en la Supercopa, un torneo en el que ha brillado anteriormente. Si en la final de hace dos años contra el Madrid se consolidó con una actuación descomunal, en la semifinal de este año ante el Athletic ha dado un paso decisivo para recuperar el mejor nivel. Ubicado en los tres cuartos, es útil en la presión y puede afilar su olfato. Magnífica noticia para Flick verle marcar goles, repartir asistencias y competir con su gen característico.
Una falta con consecuencias. Aparte de la cautelar concedida por el gobierno español, un detalle más marcó los minutos previos al partido: la suplencia sobrevenida de Iñaki Peña. Explicó la periodista Helena Condis que el alicantino iba a ser titular en la semifinal de la Supercopa, pero que tarde en el entrenamiento de activación y por ello Flick le castigó en beneficio de Szczęsny, que ya ha jugado los dos partidos del 2025. El entrenador alemán no soporta la impuntualidad –Kounde o Lamine Yamal han sufrido la obsesión en otros momentos del curso– y actuó en consecuencia. Cuidado ahora no le coja el gusto a la solvencia del polaco fumador bajo los palos.
Ha dejado de ser noticia. Peña se quedó con un palmo de nariz a causa de un descuido. Por el contrario, el barcelonismo ha dejado de sorprender ante las muestras de decadencia de Ansu Fati. El dueño de uno de los cinco salarios más altos de la plantilla del Barça se quedó en la grada porque no todos los jugadores cabían en el banquillo. Incluso Toni Fernández, un barbamec de 16 años, le pasó por delante. Flick, como Xavi o De Zerbi anteriormente, tampoco ve al delantero hispanoguineano preparado para los grandes eventos. Con Ansu, el problema no es la herencia de Bartomeu ni el nuevo contrato que firmó con Laporta, sino la pésima gestión de las lesiones musculares que sufrió tras el calvario con la rodilla.