Barça

Los daños colaterales que sufre el Barça cuando le pitan los partidos árbitros de segunda fila

La actuación de Cordero Vega en la derrota azulgrana ante Las Palmas fue previsible y deficiente

BarcelonaLas designaciones arbitrales suelen ser habas contadas. La importancia del partido determina si le silbará un colegiado de prestigio o uno de perfil más bajo. Habitualmente no existen giros de guión inesperados. El Comité de Árbitros (CTA) tiene la firme convicción de que su principal función es amortiguar la polémica. En este sentido, valora la atención mediática que recibe cada enfrentamiento para escoger al árbitro más adecuado para no añadir gasolina al fuego.

Los dirigentes arbitrales tienen un tacto especial a la hora de designar los partidos del Barça, del Real Madrid y también del Atlético de Madrid, aunque los colchoneros están un poco por debajo de los dos grandes equipos de la Liga . Los internacionales silban a los equipos grandes de manera más frecuente. Pero la Liga es larga y con 38 jornadas hay tiempo para que todos los colegiados acaben cruzándose con todos los equipos.

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La plantilla arbitral se compone de veinte árbitros, la mitad de los cuales son internacionales. Esta división tiene una importancia capital porque los poseedores de la escarapela de la FIFA tienen garantizada la continuidad en la élite y los diez restantes se juegan las algarrobas para escapar de las dos plazas de descenso. Una feroz competencia que tiene consecuencias directas en las actuaciones de los árbitros menos valorados.

El objetivo principal de un árbitro: no salir a la portada

Por norma general, los árbitros de segunda fila sólo silban una vez Barça y Madrid y en partidos teóricamente fáciles, de los que no deben presentar demasiadas complicaciones. Sin embargo, los colegiados asumen el partido con una cuota de presión altísima. Saben que se juegan gran parte de sus aspiraciones.

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Son conscientes de que una mala actuación les puede condenar y encaran el reto con un objetivo claro: huir de la polémica. Todas las decisiones que toman durante los 90 minutos están condicionadas por la voluntad de pasar inadvertidos y cuando tienen alternativa, escogen siempre el camino menos punible. En la práctica, esto se traduce de la siguiente manera: intentan ahorrarse tarjetas para acabar el partido sin expulsiones y sólo decretan penalti las acciones que no generan ninguna duda por no meterse de pies en el cubo.

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En la práctica, ¿en qué se traduce? Los equipos que juegan contra el Barça pueden adaptarse a esta circunstancia y jugar al límite del reglamento, sabiendo que difícilmente se quedarán con diez jugadores y podrán cortar el juego sin recibir el castigo correspondiente. BK_SLT_LNA~ Cordero Vega, segunda oportunidad en la élite después de un descenso en Segunda

El árbitro del Barça - Las Palmas fue Adrián Cordero Vega, que protagonizó un arbitraje muy deficiente, pero previsible. El cántabro aterrizó en Montjuïc con la lección aprendida y, dejando de lado un posible penalti sobre Cubarsí, absolvió a los visitantes Viti, Sandro y Mármol de recibir la amonestación. El balance final fue de 0 tarjetas mostradas.

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La trayectoria de Cordero Vega es poco común: debutó en Primera División con 34 años (2018-19) y después de cuatro temporadas, el CTA decidió descenderle. En su primera etapa en la máxima categoría, pecó de valentía en determinadas situaciones y su perfil no convenció a los dirigentes, que le enviaron de vuelta al segundo escalón. Su carrera parecía sentenciada, pero para sorpresa de todos la estancia en Segunda División sólo duró dos años. Con 40, ha vuelto a la élite. La intención del Comité es aprovechar su experiencia en su último lustro en activo y que pase a formar parte del equipo de VAR una vez se retire de los terrenos de juego.