Barça

Así se desinfectó la herida entre Ter Stegen y el Barça

El portero alemán trabaja con el objetivo de volver a jugar en noviembre

BarcelonaMientras Joan Garcia empieza a causar sensación entre la culerada a base de paros salvadores y un atrevido y envidiable juego de pies, Marc-André ter Stegen transmite al fin paz después de la tormenta. Ha pasado su peor verano desde que aterrizó en Catalunya en el 2014, y el primer capitán del Barça se entretiene estos días colgando reeles en el Instagram en el que muestra sus dotes como barista. También utiliza su perfil público para retransmitir cómo se está recuperando de la operación a la que se sometió a principios de agosto para corregir los dolores lumbares que le hacían la coz desde finales de la pasada temporada, cuando quiso forzar para reaparecer en el tramo decisivo de la Liga y disputar la final four de la Nations League con Alemania.

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"La evaluación biomecánica analiza los patrones de movimiento de tu cuerpo para medir la fuerza, el balance y la eficiencia", divulga desde el gimnasio donde se deja retratar unos músculos bien trabajados y una sonrisa que contrasta con la altísima tensión vivida semanas atrás con el club con el que tiene contrato hasta el 2028. La herida se debe probar a la que causó el burofax de Leo Messi en los estertores del mandato presidencial de Josep Maria Bartomeu. El astro argentino y el exmandatario nunca reconstruyeron su vínculo después de ese episodio oscuro. En cambio, Ter Stegen y Joan Laporta sí se encontraron la noche del viernes previo al trofeo Joan Gamper para acercar posiciones en beneficio de la entidad. La reunión informal acabó con el brazalete de capitán restituido, un expediente disciplinario archivado y, dos días después, con el alemán oficiando el discurso de bienvenida de la temporada ante la afición. Posteriormente, el Barça pudo inscribir a Joan Garcia porque adujo una baja de cuatro meses de Ter Stegen.

Este desenlace parecía impensable sólo dos días antes, el 6 de agosto, cuando el portero utilizó su correo electrónico personal para recordar a todos los implicados en la polémica los derechos en los que se amparaba para no firmar el consentimiento que la Liga requiere a los clubs que quieren obtener fair play financiero a través de lesiones. El intrincado mensaje, elaborado con el apoyo de asesores legales, llegó a los buzones de varios departamentos del Barça, incluido el jurídico, e hizo que Laporta pasara al ataque. Así, al día siguiente, 7 de agosto, el club ejecutó las medidas disciplinarias con las que había amenazado a Ter Stegen días antes y le retiró "temporalmente" la capitanía, lo que dejó al futbolista muy afectado pese a tener el apoyo de gran parte del vestuario. En esas horas de alta tensión, Ter Stegen escuchó el consejo de varias personas y acabó firmando el consentimiento. El día 8 se vio con Laporta y el 10 fue el Gamper. A cambio, arrancó un compromiso: recibir el alta en el momento en que se recupere, incluso si acorta el plazo de cuatro meses establecido en el informe entregado en la Liga.

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Centrado en volver a jugar en tres meses

De hecho, en el comunicado sin consensuar que destapó la caja de los truenos, Ter Stegen había vaticinado que estaría un máximo de tres meses fuera de los terrenos de juego, lo que se interpretó en el Barça como una jugada sucia para impedir que Joan Garcia fuera inscrito. La lectura que hace el alemán es muy distinta. "Le duele haberse visto en la diana a través de filtraciones en la prensa, por lo que decidió ir a la suya", asegura al ARA una persona que convive con él y que ha echado de menos diálogo entre las partes. "Creo que hay mucho que mejorar en cuanto a comunicación. También por mi parte", admitió en este sentido Hansi Flick en un acto reciente en su país. Todo ello entronca con la decepción de Ter Stegen, que entiende que su derecho a competir por un puesto bajo palos ya cumplir un contrato blindado es compatible con que el Barça apueste por un portero más joven que él. "Si se enrocó tanto es porque se sintió apuñalado, no porque se fichara a Joan Garcia", resuelven desde Sant Joan Despí.

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El objetivo del capitán, que ha mantenido el 1 en el reparto oficial de los dorsales, es volver a estar disponible en noviembre, poner las cosas difíciles en Flick y aspirar a las convocatorias de Julian Nagelsmann para no perder el turno a su selección. Su baja de cuatro meses ha servido para inscribir a Joan Garcia a corto plazo, pero el Barça ya sabe que tendrá que rascar más margen salarial para asegurar el registro completo del portero de Sallent. Una batalla, en todo caso, que no le importa a Ter Stegen, que tiene unos 40 millones pendientes de cobrar por contrato y solo se plantearía salir cedido en enero si no tiene opciones de jugar en el segundo tramo de la temporada. Tras el Mundial del próximo verano, el primero sin la sombra alargada de Manuel Neuer, volverá a valorar su situación en Can Barça.