Europa se vuelve a rendir a Alexia Putellas
La capitana del Barça, galardonada por segunda temporada consecutiva como la mejor futbolista del continente
BarcelonaEuropa se vuelve a rendir a los pies de Alexia Putellas. La capitana del Barça recibe por segundo año consecutivo el galardón como mejor jugadora del continente en la gran gala de la UEFA celebrada en Estambul. Por primera vez en la historia, una futbolista repite como ganadora y no es una coincidencia que el trofeo tenga grabado el nombre de la de Mollet de Vallès. Alexia ha sido, desde que el fútbol femenino ha empezado a romper prejuicios, la cara visible de todo el movimiento. Ella ha encabezado la revolución dentro y fuera del césped. A pesar de la dolorosa derrota en la final de la Champions, la capitana culé marcó 11 goles, hecho que la convirtió en la máxima realizadora del torneo.
Ser la líder de la expansión del fútbol femenino no es para nada fútil. La carga emocional vinculada a un sueño que ni siquiera se había imaginado como posible es difícil de gestionar. Entender que se han traspasado los límites de lo que era verosímil y que la niña que iba al Camp Nou con un pañuelo del Club Super 3 ahora es un icono mundial no es fácil. "Un gran poder comporta una gran responsabilidad", dijo el 32.º presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt. Pocas citas son más oportunas para el momento que está viviendo el emblema culé. Alexia se ha convertido en mucho más que una deportista, una futbolista o una persona. El aura de excepcionalidad que la rodea y que alienta a otras muchas chicas, niñas y mujeres a seguirla la llena de orgullo a la vez que pone sobre ella un foco enorme.
"Mi papel [en el crecimiento del fútbol femenino] es el mismo que el del equipo. Agradezco a todas mis compañeras, staff y trabajadores tanto del Barça como de la selección, porque ellos me ayudan a mejorar cada día. No hago otra cosa que no sea hacerlo lo mejor que sé e intentar que la gente se emocione. Tengo muchas ganas de poder volver a hacerlo", ha confesado Alexia mientras recogía el premio sobre el escenario. Emocionada y agradecida, ha querido dejar claro que ella, a pesar de ser la cara visible del cambio, ha recogido un premio que es la recompensa al trabajo conjunto. "Los dos partidos en el Camp Nou fueron muy especiales. Cumplí un sueño que todos los culés y ahora todas las culés pueden tener que es jugar en un Camp Nou lleno", ha añadido.
Su historia de amor con la pelota empezó cuando apenas levantaba un palmo de tierra: primero desde la grada, después sobre el césped. Con el autobús de la peña azulgrana de Mollet, la pequeña Alexia iba a ver a sus ídolos al templo azulgrana. En aquellos desplazamientos descubrió su amor por el fútbol y por los colores que ahora la tienen como insignia. Bajaba las escaleras del Camp Nou para sentarse en su asiento, con los ojos como platos observando y absorbiendo todo aquello que tenía delante. Estaba fascinada, como no podía ser de otro modo. Este amor inocente y puro hacia unos colores solo lo sienten los más pequeños, aquellos que entienden que la pelota es el centro del espectáculo. Disfrutar y pasarlo bien, celebrar goles con las manos arriba y quedar boquiabierta con sus referentes. Ellos no sabían que cada una de sus acciones iban formando a la gran futbolista que hoy en día es Alexia Putellas.
Una vida enganchada a la pelota
Esta pequeña enamorada del fútbol fue creciendo, quemando etapas formativas, hasta llegar al primer equipo del Barça, el club de su vida. De aquella niña que siempre se apuntaba a los partidos a la plaza del Ayuntamiento y que llevaba la voz cantante en el patio de la escuela, todavía quedan muchas cosas. La valentía de hacerse suya la pelota, de atreverse contra todo el mundo y contra todo, todavía está muy presente en la centrocampista, ya sea en un partido en el Johan Cruyff como en una final de Champions. La resiliencia ha sido la piedra angular de todas aquellas valientes que decidieron enfrentarse a un mundo reservado para los hombres con un balón en los pies. Ahora, a pesar de ser la representante mundial de este cambio, Alexia está librando su particular batalla.
Alexia hace meses que no pisa el verde vestida de corto y con las botas puestas. La lesión que tiene mortificado el deporte femenino, la rotura del ligamento cruzado, la golpeó horas antes de que España hiciera su anhelado debut en la Eurocopa. El golpe fue bestial. Después de unos días de reposo pasó por quirófano y, desde entonces, la capitana ha focalizado todas sus fuerzas en volver tan pronto como pueda, pero sin asumir riesgos innecesarios. "Está superbién. Tiene muy buenas sensaciones en todo", afirman desde el entorno a la jugadora. El tiempo de recuperación es largo, unos diez meses, como avanzó el ARA en el momento de la lesión, pero hay que ir con pies de plomo para poder volver con garantías. "Estoy muy contenta de conseguir por segundo año consecutivo este premio sobre todo en estos momentos donde no puedo hacer lo que más me gusta. El año que viene será complicado, pero estoy deseando volver a jugar y entrenar. Estoy recuperándome día a día", ha explicado con el trofeo en las manos.
La mejor jugadora de Europa tendrá que apoyar a sus compañeras desde la grada como mínimo hasta aproximadamente el mes de mayo, pero no dejará de estar implicada en el día a día del equipo. Siempre presente, pendiente de cada detalle, Alexia continúa su lucha personal mientras Europa se continúa rindiendo a su talento y espera que se vuelva a calzar las botas.