Un 'fichaje' que puede animar los últimos días de mercado

Por si aún había dudas, el Barça de Hansi Flick es puro rock-and-roll. Así lo demuestra el recital ofensivo que ofreció ayer en Seúl en el segundo partido de la gira asiática. Nadie evitará, ni siquiera el nuevo Madrid de Xabi Alonso, que el equipo azulgrana vuelva a ser con diferencia el conjunto más llamativo del fútbol estatal. El atrevimiento que lo caracteriza volverá a brindar la oportunidad de hacer grandes números a un delantero tan veterano como Lewandowski, al igual que pondrá bastante difícil que Joan Garcia acabe su primera Liga de culé como el portero con mejor ratio de goles encajados. Es lo que ocurre cuando se defiende tan al límite y, como ocurrió hace unos meses contra el Inter, cuando se expone a recibir siete tantos en unas semifinales de Champions.

Para recortar ese riesgo, Flick suma este año un efectivo muy interesante. Sin él, difícilmente Xavi Hernández habría ganado la Liga 22-23. Hablamos de Andreas Christensen, un central que conoce el oficio y está plenamente recuperado de los problemas físicos que le impidieron brillar la pasada temporada. El danés, que aún no tiene treinta años, es un fichaje encubierto. Quiere cumplir el año de contrato que le queda, pero puede convertirse en un animador clave de los últimos días de mercado. Si despierta el interés de algún club dispuesto a pagar un traspaso por él, llenará la caja del Barça y consolidará la continuidad de un Araujo con menos recursos que él para defender con el vértigo que propone Flick. En cambio, si el entrenador alemán lo cree, automáticamente reabrirá la puerta a la venta del uruguayo, mucho más provechosa a efectos de fair play. Palomitas en el microondas: todo el mundo sabe que hay demasiados centrales en la plantilla.