Barça

La gran decisión de Sergio Busquets

El capitán del Barça tiene casi decidido marcharse a final de temporada, pero Xavi teme por su relevo

Sergio Busquets, en una rueda de prensa previa a un partido de Champions.
4 min

BarcelonaCon los contratos vigentes en la mano, Sergio Busquets y el primer equipo del Barça se encaminan hacia los últimos seis meses de vínculo profesional y emocional. No hay, hoy por hoy, ningún contacto formal para que el centrocampista de Badia del Vallès renueve su compromiso más allá del próximo 30 de junio. Y tampoco existe la voluntad del futbolista para que esto pase.

"El escenario más probable es que se marche este verano. Le apetece un cambio de aires, acabar lo que le queda y despedirse del club", apuntan al ARA desde su entorno, donde se declaran sorprendidos ante las informaciones que hablan de una eventual ampliación hasta el 31 de diciembre del 2023 o directamente hasta junio del 2024. Porque, en todo caso, lo que sí ha valorado el capitán culé después de la decepción vivida en el Mundial es marcharse antes, durante este mercado de invierno, al Inter de Miami, que empieza la liga en febrero. Aun así, lo ha acabado descartando para no marear a su familia (tiene dos hijos pequeños) y porque Xavi Hernández, técnico y amigo, lo considera imprescindible para el segundo tramo del curso.

A diferencia de Joan Laporta o Mateu Alemany, que habrían visto la salida prematura de Busquets como una oportunidad para generar un poco de fair play financiero, Xavi celebra la permanencia del jugador en la plantilla a corto plazo porque cree que es el jugador más capacitado para ocupar el medio centro en su sistema de juego. Lo prefiere por delante de Frenkie de Jong, como bien certifican las cifras de participación de uno y otro en esta demarcación, y por eso pide el fichaje de Martín Zubimendi, que cumple a la perfección el perfil de pívot posicional que tanto gusta a los técnicos azulgranas.

Ahora bien, como la perla de la Real Sociedad cuesta 60 millones de euros y los problemas económicos del club azulgrana lo convierten en un objetivo demasiado ambicioso, Xavi empieza a olerse que Busquets no tendrá el relevo deseado. Por eso, optimista como es, el entrenador intentará convencerlo para que posponga sus planes norteamericanos un poco más. Como mínimo hasta que la dirección deportiva le ofrezca una alternativa mejor que Rúben Neves, propuesta de Jorge Mendes que hace meses que orbita sobre los despachos de Sant Joan Despí. Una opción que el entrenador no acaba de ver adaptable a lo que él espera de un medio centro.

Pero los planes de Xavi chocan con dos complicaciones muy claras. La primera, ya expuesta en el primer párrafo, es la voluntad de Busquets, que planea desde hace mucho tiempo dar un paso al lado profesionalmente y tiene ganas de ver mundo y de disfrutar del fútbol de otro modo. Soplará 35 velas en julio y, del mismo modo que ha puesto punto final a su etapa en la selección española después de la Copa del Mundo de Catar, tiene previsto acabar contrato con el Barça después de 15 temporadas en el primer equipo. Con algún título más en la mochila, si puede ser. La otra vicisitud vinculada a una posible continuidad más allá del 30 de junio es la necesidad de abrir una negociación no solo para intentar espaciar los pagos atrasados de su contrato millonario, sino para fijar los honorarios de los meses de contrato que tendría a partir de la finalización del acuerdo vigente.

Desde el entorno del futbolista aseguran que este tiempo extra "no sería gratis" aunque sirviera para atrasar parte del sueldo y los diferimentos que se arrastran desde la actualización de condiciones del verano del 2021. La suma en cuestión ronda los 50 millones. Una hipotética renovación, por lo tanto, no solo tendría poco impacto en cuanto a límite salarial, sino que obligaría a registrar a Busquets como una incorporación, con un contrato de nuevo cuño, como pasó hace unos meses con Sergi Roberto y Ousmane Dembélé.

Frenkie de Jong

Relacionado con el más que probable adiós de Busi a finales de curso —y con las dificultades para elevar el techo salarial con fichajes de primer nivel— está el cambio de discurso del Barça con Frenkie de Jong. Coincidiendo con el último mercado estival, el club catalán buscó la manera de desprenderse de la elevada ficha del neerlandés, hasta el punto que encontró en el Manchester United un comprador dispuesto a pagar más de 80 millones por él. Con todo, el jugador resistió las presiones y se quedó en Barcelona sin aceptar ninguna rebaja de condiciones, molesto por el trato recibido.

Meses después, De Jong es leído en el seno de la junta directiva como un futbolista estratégico para el futuro. "No lo he querido vender nunca porque es uno de los puntales que tenemos, un gran talento. Es muy joven y está llamado a ser uno de los líderes del equipo", manifestó hace unos días Laporta en una entrevista a Barça TV, buscando la complicidad con un futbolista que tiene un contrato millonario hasta el 2026. Xavi también valora al ex del Ajax como un activo importante, pero insiste en el diagnóstico: es demasiado móvil para jugar de pívot posicional. ¿Cambiará de opinión el entrenador de ahora hasta finales de temporada?

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