El Barça se despide del Estadi Olímpic con una celebración que durará meses
El equipo de Flick hace fiesta grande tras perder con el Villarreal (2-3) en un partido en el que Lewandowski dice adiós al Pichichi
BarcelonaBarcelona es una fiesta si eres del Barça, aunque el Villarreal se llevó los tres puntos hacia la Plana y celebró de paso que jugará la Champions. Catalunya se emociona con un equipo que no quiere perder ni las costilladas los días que tienes resaca. Pero es imposible competir igual cuando ya eres campeón y cuando la semana ha sido larga, con un derbi exigente y un desfile antológico. Tras sacar media ciudad a las calles, el Barça celebró el título de Liga con una nueva fiesta en el Olímpic Lluís Companys que empezó tras caer con el Villarreal en un partido en el que el único que acabó con cara de pocos amigos fue Lewandowski, que ya sabe que este año no será el máximo goleador de la Liga. No se puede tener todo en esta vida. Ésta apenas es la primera derrota en la Liga este año 2025. Un éxito sin grietas, en el que nadie puede dudar del juego de un equipo excitante.
Pese a perder, el Barça pudo despedirse del Olímpic de la mejor manera, con Ter Stegen levantando la copa de la Liga, entregada por el presidente de la Federación, Rafael Louzán. La despedida del estadio que hizo soñar a millones de personas en verano de 1992 y que se ha convertido en la cuna de una nueva hornada de héroes barcelonistas que han ilusionado a su afición como hacía tiempo que no se recordaba. Si todo va bien la próxima temporada el Barça volverá a Les Corts, allí donde el corazón del barcelonismo lleva décadas latiendo, para iniciar un nuevo curso. El primero bajo el liderazgo de Flick se cerrará con un excelente, después de ganar la Liga, la Copa y la Supercopa de España. Parece fácil cuando se escribe pero no lo es. No era fácil tener las tres copas en el césped el mismo día que el femenino ya había hecho fiesta con sus trofeos. Los jugadores hicieron un círculo alrededor de las copas, mientras Lamine bailaba con la mascota Cat y sonaban ritmos urbanos. "La conexión entre jugadores y aficionados es magnífica. Y la forma de jugar ayuda a conectar aún más. Estoy muy contento", decía Flick.
La afición se ha emocionado con este equipo. Y por eso acompañó en el último partido a casa a sus jugadores. Tanto aquellos que han demostrado una fidelidad a prueba de bombas renovando el abono a Montjuïc, como los que quizás sólo asistirán una vez a un partido del Barça. Tanto los jóvenes que no pueden pagarse una entrada y suben montaña arriba para recibir al equipo, antes de bajar a bares del Poble Sec o Sants, como aquellos que lo miran a un palco VIP. Flick ha conseguido unir al barcelonismo, afición con tendencia al debate interno, en torno a un equipo maravilloso que refuerza el relato de Laporta, el presidente con más olfato futbolístico de la historia del club. Laporta, como Flick y Lamine, es un gran creador de estados de ánimo.
Y el estado anímico del barcelonés es muy alto, ahora mismo. Tanto, que costará irse de vacaciones, conscientes de que tocará esperar meses hasta ver de nuevo en acción a un equipo con tal hambre que Flick sorprendió sacando a un equipo muy titular. Nada de rotaciones. El técnico alemán quería ganar el partido porque seguramente es de esos que se marchan cabreados en la cama cuando pierden una partida de cartas. El Barça pasó por el pasillo de honor hecho por los visitantes con Ter Stegen, que volvía a la portería. Pero el portero alemán recibiría un gol de Ayoze ya a los cuatro minutos de juego. Si las piernas les pesaban y tenían resaca, solo pueden decirlo los jugadores, que reaccionaron rápidamente liderados por un Lamine que se ha convertido en un hipnotizador. Los defensas saben que saliendo de la derecha irá hacia el medio para chutar con la izquierda. Lo saben, le vigilan y no pueden detenerlo. Su gol del empate fue precioso, y su firma también aparecía en el 2-1, obra de uno de los jugadores que más han celebrado esta Liga, Fermín. El gol del andaluz permitía marcharse al descanso por delante en el marcador.
Pero una jugada en la que no se tiró bien el fuera de juego permitiría que Santi Comesaña empatara con un delicioso toque de balón. El Barça, que hizo un montón de cambios para dar minutos a Héctor Fort y Pau Víctor, buscaría conectar con un Lewandowski muy perdido y sin suerte. De hecho, de Sevilla llegaba la noticia del gol de Mbappé que dejaba sentenciada la lucha por el premio Pichichi. El Barça sólo le ha dejado al Madrid esto, las migajas. No pueden celebrar nada más en el Santiago Bernabéu. La fiesta de campeón estaba en Montjuïc, aunque el Villarreal hiciese el 2-3 gracias al canadiense Buchanan cuando algunos jugadores ya sufrían por mantener un ritmo alto. La derrota en teoría no debería hacer daño, pero la cara de Flick decía lo contrario. Y la lucha de Lamine y Fermín también. Este equipo nunca quiere perder, ni siquiera en un partido como éste. Buena señal. Es imposible no hacer volar palomas y pensar que este equipo no se hará harto de ganar cosas, viendo cómo compiten, con Lamine buscando como un loco empatar hasta el último segundo. Barcelona es una ciudad feliz si eres del Barça. Una fiesta que no parece acabar, como si fuera una invitación a brindar y bailar como lo hicieron Lamine y Marc Casadó por todo el estadio, volando banderas, con la misma carcajada de los jóvenes en los bailes de verano. Ellos se han convertido en el presente de un Barça con gran futuro.
- FC Barcelona: Ter Stegen, Eric Garcia (Héctor Fort, 74'), Pau Cubarsí, Iñigo Martínez, Gerard Martín (Balde, 46'); Pedri (De Jong, 46'), Gavi (Dani Olmo, 85'); Lamine Yamal, Fermín, Raphinha y Lewandowski (Pau Víctor, 74'). Entrenador: Hansi Flick.
- Villarreal: Luiz Junior, Pablo Navarro (Kambwala, 64'), Foyth, Logan Costa, Sergi Cardona; Nicolas Pépé (Gerard Moreno, 77'), Parejo (Pape Gueye, 58'), Comesaña; Yéremy Pino (Buchanan, 64'), Baena y Ayoze (Thierno Barry, 46'). Entrenador: Marcelino García Toral.
- Goles: 0-1 Ayoze (4'), 1-1 Lamine (38'), 2-1 Fermín (46'), 2-2 Santi Comesaña (50') y 2-3 Buchanan (80').
- Árbitro: José Luis Munuera Montero (Comité Andaluz) y Javier Alberola Rojas (Comité Castellanomanchego) en el VAR.
- Tarjetas amarillas: Eric Garcia (43') y Dani Olmo (87').
- Tarjetas rojas: Ninguna.
- Estadio: Olímpico Lluís Companys, 49.558 espectadores.