Liga de Campeones

El Barça más épico conquista a Lisboa con diez hombres (0-1)

En inferioridad todo el partido por la roja en Cubarsí, el equipo de Flick corta las alas en el Benfica con un gol de Raphinha y los paros de Szczesny

Raphinha, celebrando el 0-1 en Lisboa
06/03/2025
4 min

Enviado especial a LisboaQuien quiera romper los sueños de este Barça tendrá que esforzarse mucho. El equipo de Hansi Flick quiere llegar muy lejos a Europa. Lo más lejos posible. Hasta Baviera, si cabe. Con la lluvia atlántica dejando empapados a los jugadores y haciendo de telón de fondo del partido, el Barça supo sobrevivir a una trampa de Lisboa. En un partido en el que más de uno se habría asustado y se habría hecho pequeño, supo jugar más de setenta minutos con un hombre menos para llevarse a Barcelona un resultado de gran valor (0-1). Un triunfo de los que se disfruta, puesto que se ha sufrido. Un resultado que empieza a abrir las puertas de los cuartos de final gracias a un gol de Rapinha, el verdugo que últimamente castiga siempre al Benfica.

Si el pasado enero Benfica y Barça ya jugaron un partido alocado, de aquellos que se convierten en una oda al fútbol con el gol final del propio protagonista, Raphinha, el partido de este marzo fue igualmente bonito. Voló el águila que da vueltas al estadio de Benfica en cada partido, sonó un himno que parece un fado cantando por miles de gargantas portuguesas y los dos equipos se miraron a los ojos antes de empezar. Estaban listos para reanudar el combate justo donde lo habían dejado hacía poco más de cinco semanas. Barça y Benfica volvieron a ponerse como la segunda parte de aquel duelo accidentado, con Balde que cometía un error ya a los treinta segundos que casi cuesta un gol. Pero cuando hay caos, Szczesny parece el hombre más tranquilo de la ciudad, como si fuera un personaje entrando en la oficina con un cigarrillo entre los labios. El guardameta polaco salvó dos de salida, pero el Barça tardó poco en hacerse con el timón del encuentro. Con Olmo en lugar de Gavi, encadenaba largas posesiones que fueron alejando al equipo de Lisboa. Las ocasiones también llegaron, pero Lewandowski perdonó una clara en la que Trubin hizo tres paradas en tres segundos. Parecía que el equipo de Flick había encontrado la forma de encerrar dentro de una jaula a Benfica. Sólo lo parecía, era una trampa.

En una de esas acciones en las que los jugadores del Benfica, en un santiamén, cruzan todo el terreno de juego corrientes como espíritus, la defensa azulgrana se rompió y Cubarsí, intentando evitar el gol, cometió una falta clara: roja directa por el joven gerundense. Flick hizo entrar a Araujo por Olmo y el Barça supo gestionar la inferioridad, con una contra muy clara en la que Raphinha perdonó y no tantas ocasiones de los portugueses. Y cuando las tenían, aparecía Szczesny. El polaco seguía tranquilo mientras a su alrededor todo ardía, ya que los ultras locales llenaron el campo de humo con sus bengalas e Iñigo Martínez acabó viendo una amarilla, por la protesta de una falta recibida de Barreiro que merecía la roja. La defensa azulgrana sufría de por medio, entre tarjetas y golpes, pero aguantaba en un partido donde había de todo. Salvo goles.

Y eso que Pavlidis, toda una carcoma, tendría una clara ya de salida en la segunda parte, pero enviaría el balón al cielo. Benfica salió herido del vestuario. Crucificaba a un Barça herido. Cada ataque por las bandas eran un clavo que hería a un Barça que quedaba demasiado cerrado, acondicionado para tener arriba a un Lewandowski que no ayudaba mucho en defensa. También Lamine dejaba demasiado solo a Kounde, que hacía lo que podía con los ataques de un Benfica que tendría tres claras en cinco minutos para empezar la segunda parte. Pero toparían de nuevo con Szczesny, que vivía el partido soñado. Por eso había decidido volver al fútbol del que se había despedido, por ser protagonista en noches como éstas.

Raphinha, el héroe de Lisboa

Flick movió pieza, pero sin tocar a Lewandowski. Prefirió estirar las orejas de Lamine, que acudió al banquillo con cara de pocos amigos, y cedió su puesto a Ferran. Y el cambio funcionó, con el Barça saliendo unos metros, forzando saques de esquina, jugando con los nervios de un Benfica que se veía ganador cuando Cubarsí había sido expulsado, y ahora veía cómo el tiempo pasaba y no hacían ningún gol. Por el contrario, el gol lo haría el Barça. Lo haría Raphinha de nuevo, especialista en castigar a los portugueses, aprovechando un error en la salida de balón local para chutar desde lejos. Un disparo seco que cambiaba todo.

Benfica tropezaba de nuevo con la misma piedra. Mismo estadio, misma competición y mismo rival. Y mismo goleador. El Barça iba ganando minutos, jugando con los nervios de los locales, con Pedri poniendo luz cada vez que estiraba al equipo. Todo el equipo estaba enchufado, concentrado, atento. Un partido de sacrificio, con Araujo e Iñigo Martínez sacando centros, De Jong haciendo más metros que nunca y Ferran ayudando. Era el día para dejarse el alma y ser solidario. Incluso superaban sustos como un penalti sobre Belotti en el minuto 85, que lo era. Pero también estaba fuera de juego y, por tanto, no valía. Un partido para dejar claro que ese equipo tiene talento, pero también disciplina y capacidad de sacrificio. En Lisboa el Barça salió de la cueva del lobo con la cabeza alta y un nuevo triunfo de quienes emocionan.

  • SL Benfica: Anatoliy Trubin; Álvaro Fernández, Nicolás Otamendi, António Silva, Tomás Araújo (Samuel Dahl, 57'); Frederik Aursnes, Leandro Barreiro (Andrea Belotti, 69'), Orkun Kökcü; Kerem Aktürkoglu (Renato Sanches, 84'), Vangelis Pavlidis (Arthur Cabral, 84') y Andreas Schjelderup (Joao Rego, 69'). Entrenador: Bruno Lage.
  • Barcelona: Wojciech Szczęsny; Jules Kounde, Pau Cubarsí, Iñigo Martínez, Alejandro Balde; Frenkie De Jong (Marco Casadó, 78'), Dani Olmo (Ronald Araujo, 28'), Pedri; Lamine Yamal (Ferran Torres, 55'), Raphinha y Robert Lewandowski (Gerard Martín, 78'). Entrenador: Hansi Flick.
  • Goles: 0-1 Raphinha (61').
  • Árbitro: Felix Zwayer (Comité alemán) y Bastian Dankert (Comité alemán) en el VAR.
  • Tarjetas amarillas: Barreiro (45'), Iñigo Martínez (47'), António Silva (48'), Álvaro Fernández (73')
  • Tarjetas rojas: Pau Cubarsí (22).
  • Estadio: La Luz (Lisboa), 61.102 espectadores.
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