Héroes a la sombra de Lamine Yamal y Raphinha: los apuntes en caliente del Barça-Benfica

BarcelonaEl Barça obtiene el billete para los cuartos de final de la Champions por la puerta grande. A continuación, unos apuntes en caliente.

Un escándalo tras otro. Dahl, Mendy, Miguel, Gayá, Perraud, Romero, Galán, Davies... La lista de buenos laterales humillados crece sin cesar. Porque lo de Lamine Yamal es tan grande que tiene 17 años y ya no sabemos qué escribir de él. A diferencia de Messi, que irrumpió más a fuego lento porque se lesionaba y había jerarquías muy marcadas en el vestuario, el extremo de Rocafonda, indiscutible, decanta eliminatorias de Champions como quien desciende a la plaza a dar unos toques. El Carpe Diem late decidido con ese prodigio, que sólo necesitó media parte para volver a poner a Montjuïc a sus pies. Coronó un recital con un golazo planetario que refuerza, por si había dudas, la poca importancia de los días que lleva sin marcar en la Liga. ¿Y qué más, Lamine?

Jugadores para competir en todas partes. Los delanteros brillan, acumulan reconocimiento y salen en las fotos, pero los equipos funcionan y aspiran a títulos cuando los defensas hacen bien su trabajo. Ante la sensible baja por sanción de Cubarsí, hay que aplaudir el buen papel de Araujo, pero sobre todo el magnífico aporte de Kounde, Balde e Iñigo Martínez. El francés fue una roca con Schjelderup, la principal amenaza del Benfica con espacios en la espalda; el barcelonés ocupó la banda con una superioridad nunca vista y el vasco gobernó la línea con el oficio y los cimientos que le han convertido en una garantía frente a cualquier escenario. Detengámonos en Iñigo y pongamos contexto: fue una apuesta de Alemán que Deco no veía clara. Qué forma de girar la tortilla.

120 millones o más. Hablando de redenciones, Raphinha es el ejemplo que se lleva la palma. Y es justo recordar que fue precisamente Deco quien intercedió, antes de ser nombrado director deportivo, para que fichara por el Barça. 27 goles acumula el brasileño, 27, cuando apenas subimos las semanas hacia la primavera. Indetectable e incansable, ha pasado de ser un extremo inconstante con Xavi a entrar en las quinielas del próximo Balón de Oro porque la receta de Flick sencillamente le va como un guante. Si el curso terminara mañana, Laporta podría venderlo por el doble de la millonada que pagó por él en plena crisis económica. Pero esto difícilmente ocurrirá. Porque encima Raphinha siente los colores y se ha erigido en un líder del vestuario.

Más mérito todavía.Los expertos alertan de que, en situaciones de duelo, la desconcentración puede jugar malas pasadas. Pero también saben que, ante la rabia y la incredulidad que provoca una muerte súbita, el ser humano puede arrancar fuerzas de lo más profundo del alma para dedicar un éxito al referente perdido. Por suerte, en esta temporada en la que el césped emana una alegría comparable a la del primer Barça de Guardiola, salió cara, lo que añade aún más mérito a la victoria ante el Benfica. Tres días después de llorar el traspaso de Carles Miñarro, Flick y los suyos mantuvieron la excelencia de que el Doc ha contribuido a instalar en un equipo que aspira a todo. Ahora esto no es ningún consuelo para sus seres queridos, pero sí un orgullo que, pase lo que pase de aquí a mayo, pueden empezar a abrazar.