Barça

Jugar a fútbol cuando la muerte llega al vestuario

El ARA habla con psicólogos y personas que se han encontrado en situaciones similares a la sufrida por el Barça este sábado con la pérdida de Carles Miñarro

La plantilla del primer equipo del Barça y el staff técnico guardan un minuto de silencio en la Ciudad Deportiva en memoria de Carles Miñarro.

BarcelonaEl fútbol suele ser impasible ante las emociones, pero este sábado vivió una excepción. Mostró su cara más amable con la comprensión y la solidaridad total de Osasuna, LaLiga y RFEF ante el dolor del Barça. Nadie tuvo ninguna duda de que la única decisión lógica era suspender el partido. De todas formas, el calendario vertiginoso provoca que este martes, solamente 72 horas después de haber perdido a un compañero de vestuario, el doctor Carles Miñarro, el equipo tenga otro compromiso. El Benfica visitará Montjuïc (18.45 h, Movistar) para disputar la vuelta de los octavos de final de la Champions League. La rueda volverá a girar.

Pero volvió a girar aún más pronto cuando el Barça tuvo que jugar un partido de Liga en Villarreal solo dos días después de la muerte de Tito Vilanova por un cáncer, en abril del 2014. Futbolistas como Sergio Busquets lloraron durante el minuto de silencio previo al enfrentamiento. También se jugó –pese a que el Barça pidió su aplazamiento y el Celtic y el árbitro estuvieron de acuerdo– un partido de cuartos de final de la Copa de la UEFA en Glasgow el día del atentado del 11-M, en el 2004, en Madrid, que dejó 193 muertos y más de 2.000 heridos.

Los jugadores, todavía muy afectados por la muerte de Miñarro, se han entrenado este domingo para empezar a preparar el partido del martes ante el Benfica. Antes de ejercitarse han guardado un minuto de silencio por el doctor, al que llamaban Doc de forma cariñosa. "Las fases del duelo [negación, rabia, tristeza, negociación y aceptación] duran más o menos en función de la persona. Una pérdida repentina despierta la incertidumbre, la sensación de que en cualquier momento puede ocurrir cualquier cosa. En este sentido, tener una rutina y saber que tienes el objetivo de competir puede aportar estabilidad", explica al ARA Dorka Molnár, psicóloga deportiva del Institut de Recerca de l'Esport de la UAB.

Hace menos de un mes, Molnár trató a un jugador y, por extensión, a un equipo de primera división de balonmano de Hungría por la muerte de un compañero en un accidente de coche. "Tener espacios para hablar del tema con los dirigentes y los técnicos ayudó; un lugar donde poder expresarse, donde compartir los sentimientos. Una especie de terapia grupal con gente del club te recuerda que no estás solo", dice sobre su reciente experiencia en un caso parecido al que ahora sufre el Barça.

Incredulidad y rabia

"Hay mucha gente joven, en la actual plantilla del Barça. Alguno de los jugadores quizá sea la primera vez que vive una muerte cercana", asegura a este diario Jaume Martí, psicólogo deportivo que dirige Psicosport Barcelona. ¿Son suficientes 72 horas de margen para afrontar en condiciones un partido después de una muerte súbita? "La duración de las fases del duelo depende mucho de la persona, pero el martes muchos de ellos seguramente todavía estarán en las de incredulidad y rabia. Notarán el vacío. El doctor no estará ahí. Esto puede generar dos cosas: desconcentración o que la incredulidad y la rabia se conviertan en energía para dedicarle el triunfo", subraya Martí.

Además, el psicólogo dice que, en casos de muerte súbita, las personas del entorno, "durante unos días, tienden a relativizar cosas de la vida". Y surgen algunas preguntas. "Puedes pensar: «Se nos ha muerto el médico. ¿Qué es esto en comparación con un partido o un gol?» Pero, cuando relativizas un partido, juegas mejor porque la angustia y los nervios quedan aparcados", expone.

El único precedente que había de un partido del Barça aplazado a causa de una tragedia es el clásico de Liga en el Camp Nou ante el Real Madrid de abril de 1968. El día antes del partido, el jugador azulgrana Julio César Benítez murió a causa de una sepsis –infección generalizada–. El clásico se aplazó 48 horas y se acabó jugando el 9 de abril. Un día antes, el 8, sus compañeros de equipo habían llevado en sus espaldas el féretro de Benítez.

Julio César Benítez defendiendo una jugada de Luis Aragonés.

La muerte súbita de Dani Jarque

El rival ciudadano del Barça, el Espanyol, también sufrió la pérdida repentina de un miembro de su primer equipo. Dani Jarque, recién nombrado primer capitán del conjunto blanquiazul, falleció el 8 de agosto del 2009 de un ataque al corazón en su habitación del hotel del barrio de Coverciano de Florencia, donde el Espanyol estaba concentrado en plena pretemporada. "El impacto fue muy grande, terrible. Yo encontré el cuerpo. En esos momentos de shock no sirve nada", explica al ARA Moisés Hurtado, compañero de equipo y amigo de Jarque. "Tampoco tuvimos apoyo psicológico en ese momento. Eran otros tiempos. Pero recuerdo que, por ser inesperado, fue incluso más duro que cuando murió mi padre, que estaba enfermo", añade.

El Espanyol no volvió a entrenar hasta el 13 de agosto, cinco días después de la muerte de Jarque, y suspendió dos partidos amistosos de pretemporada. El siguiente duelo fue el día 23 en un amistoso ante el Girona. "El fútbol profesional no tiene compasión. Estuvimos solo una semana sin entrenar. No pude moverme de la cama. Rápidamente, tuvimos que ponernos en marcha porque la Liga estaba a punto de empezar", recuerda Hurtado.

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