Barça

Interioridades de los días más felices de la historia reciente del Barça

Laporta tiene la sensación de haber desarticulado a la oposición con el voto favorable de la asamblea y con goleadas como la del Bayern

Joan Laporta, acompañado de Rafael Yuste, sonrientes en el palco de Montjuïc
24/10/2024
4 min

BarcelonaDos precedentes: 2009 y 2015. Dos temporadas en las que el Barça goleó al Bayern de Múnic y acabó levantando la Champions. En la bolsa anímica que es el fútbol, ​​en el conjunto azulgrana todo ha cambiado como un calcetín. Y si hace poco jugar contra los bávaros era como ir al dentista, la goleada del miércoles en Montjuïc no sólo permite asustar a los fantasmas. Quien más quien menos empieza a volar palomas. La sensación de euforia y bienestar se ha contagiado a todo el barcelonismo y llega a Joan Laporta. La aprobación de las cuentas en la asamblea, el haber ganado un primer pulso a la oposición y el buen rendimiento deportivo del primer equipo masculino de fútbol catapultan su popularidad. Sin lugar a dudas, vive el momento más dulce desde que volvió a la presidencia, hace tres años y medio.

La euforia, los abrazos cómplices y las sonrisas que se vivían el miércoles por la noche en el palco de Montjuïc después de terminarse un partido soñado en Europa contrastaban con la angustia y los nervios de la semana anterior. En el equipo directivo no esconden que estaban "neguitosos" y "preocupados" antes de la asamblea. Tenían la misión de defender unas cuentas polémicas, con 91 millones de pérdidas y una excepción añadida del auditor que daba a entender que, a causa de los impagos de Barça Vision, la cantidad debería ser aún más negativa. Con el Barça líder en la Liga, la oposición se aferraba a las cuentas para pedir el no de los compromisarios. Fueron quince días llenos de actos, presentaciones y entrevistas. Laporta y los suyos respondían desplegando también toda la artillería en la asamblea, tejiendo una estrategia propia. Un relato en el que se minimizaban los impagos y donde la junta pasaba a ser la víctima.

En una asamblea telemática, donde sólo la junta y los senadores podían estar presentes, la directiva tenía la sartén por el mango y supo convencer a la mayoría de socios que participaron en la votación. "No sólo era importante aprobar las cuentas, era esencial hacerlo por una amplia mayoría", apuntan desde el entorno de la directiva, celebrando los 452 votos favorables, el equivalente al 71%, por sólo un 25% (156) de votos negativos. No hubo murmullos en el Auditorio 1899, el tesorero Ferran Olivé hizo un acto de pedagogía sin perder los estribos a pesar de responder una decena de veces a la misma pregunta e incluso el presidente Laporta se permitía el abucheo l oposición en su balance de situación.

El resultado de la asamblea se interpreta en clave electoral

En caso de haber ganado el no, la junta se habría visto obligada a reformular las cuentas. No debería dimitir, pero sí admitir implícitamente que la oposición tenía razón. En cambio, Laporta y los suyos ahora tienen la sensación de que han dado una buena bofetada a los grupos opositores. "Hemos demostrado que las mentiras no tienen recorrido", explica con euforia un miembro de la directiva en el ARA, que interpreta el resultado en clave electoral. No es el único. Los comicios están previstos para el verano del 2026. Ahora bien, hace semanas que en los despachos nobles hacen cálculos pensando en la posibilidad de avanzarlos. "Ahora mismo la respuesta oficial es que no, pero si en primavera las cosas van bien, no se puede descartar ningún escenario", sostiene una persona muy cercana a Laporta. ¿Qué significa ir bien? Haber vuelto al Camp Nou, tener muchas opciones de ganar la Liga y desempeñar un buen papel en Europa.

En líneas generales, se están cumpliendo los requisitos. En los despachos se respira optimismo, especialmente el núcleo más duro de Laporta. Muchos opinan que una moción de censura está "más que descartada" y también consideran que los opositores tienen "pocos argumentos" para presentar una candidatura que les haga sombra. Ahora bien, en el equipo directivo también hay voces críticas. "Ganar partidos está muy bien, pero no podemos volver a presentarnos otro año con números negativos. No nos lo aceptarían", advierte uno de los directivos consultados, que "no las tenía todas" antes de la asamblea.

Ahora, con la mirada a medio plazo, esta voz consultada sufre para que se cumplan los vaticinios que se hicieron ante los compromisarios: un gran acuerdo económico para la camiseta y que antes de diciembre entrarían nuevos miembros en el accionariado de Barça Vision. Y, muy importante, que efectivamente podrá volverse al Camp Nou a principios del 2025, que puede ser una fuente de conflictos importante con la masa social. En este mismo sentido, en el interior del club algunos trabajadores critican la actitud del presidente y parte de la cúpula directiva, a la que acusan de pensar que lo hacen todo bien. "Si ya es difícil llevar la contraria a Laporta, hacerlo después de lo ocurrido en los últimos días resulta imposible", lamenta uno de ellos.

Pero al final, como casi siempre en el fútbol, ​​mandarán los resultados. "El socio sólo tiene en cuenta la gestión en situaciones muy críticas. Sabemos que todo depende de si la pelota entra o no. Cuando ganas, todo es muy fácil de justificar. Ya nos pasó en el 2015. Teníamos que ganar, pero el equipo hizo un triplete y los socios creyeron que no hacía falta cambiar, que Bartomeu lo hacía bien", analizan desde el entorno de Laporta. Lo único que tienen claro es que si avanzan las elecciones será porque están del todo convencidos de que tienen las de ganar.

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