Laporta salva las cuentas (y el mandato)
Los compromisarios avalan los números con 452 votos a favor y sólo 156 en contra
BarcelonaJoan Laporta se jugaba buena parte de su presidencia en la asamblea de este sábado. A un año y medio para terminar su mandato, se presentaba ante los compromisarios con la misión de defender unas cuentas polémicas, con 91 millones de pérdidas y con una excepción añadida por parte de los auditores, que consideraban que las cifras negativas deberían ser aún mayores. El mandatario azulgrana y sus compañeros de junta tenían la misión doble de justificarse y convencer de que su gestión era lo suficientemente buena como para pasar por alto este punto. Y han salido con una mayoría abrumadora: 452 votos a favor por sólo 156 en contra.
Había ciertos nervios en el equipo directivo por la presencia notable de compromisarios, que subía hasta llegar casi al millar (927), y superaba de largo los 644 de hace un año. Por eso respondía desplegando toda la artillería posible, tanto en la previa –con entrevista al presidente incluida– como durante la asamblea, que empezaba con la presentación de un vídeo emotivo, continuaba con una intervención de Laporta de una media hora de duración, la pedagogía del tesorero Ferran Olivé en materia económica y una intervención de Xavier Sala-i-Martín, antiguo vicepresidente económico laportista y actual compromisario azulgrana.
Disparaba primero al presidente. Más que un balance de temporada, hacía un balance de mandato en el que no faltaban reproches para una oposición que había estado pidiendo con insistencia tumbar las cuentas del club. "No hemos hecho caso de las proclamas catastrofistas de algunos que ni están ni se les espera", decía de entrada. Pedía el voto favorable justificando que es necesario "mantener la estabilidad institucional y mantenerse más unidos que nunca" y advirtiendo que un voto negativo "debilita" al club en un momento en el que "no se puede mostrar debilidad". Por último, se quejaba de que la directiva que preside está "luchando contra todo y contra todos", y mencionaba directamente el caso Negreira, pero daba a entender que el mensaje también iba para los demás presidenciables.
Después intervenía Ferran Olivé, encargado de presentar las cuentas en sociedad a raíz de la dimisión de Eduard Romeu, exvicepresidente económico. Psiquiatra de profesión, hacía un ejercicio de pedagogía para agrandar la parte positiva de las cuentas y minimizar el conflicto con Bridgeburg, por los impagos de Barça Vision. Hablaba del incremento de la facturación, destacaba la rebaja de la masa salarial y aclaraba que el peaje de jugar en Montjuïc implicaba dejar de ingresar 100 millones. "Si hubiéramos pensado con el mandato, no habríamos hecho nada. Pero hemos sido valientes y hemos pensado en el futuro", insistía como preámbulo para hablar del negocio digital, la piedra en el zapato de las cuentas azulgranas. Los compromisarios parecían satisfechos, dada la ovación –mucho más sonora que con Laporta–. La junta respiraba y Carme Hortalà, vicepresidenta de la comisión económica, hacía un último impulso avalando las cuentas, sobre todo con la "reducción drástica" del gasto.
Faltaba un último escollo, el turno de preguntas, siempre desgarrador. Aunque el formato de asamblea, telemático, en el que sólo tienen derecho a asistir presencialmente la junta directiva y los senadores, allana las cosas a la junta. Nada que ver con esas preguntas en público, que iban acompañadas de ovaciones o susurros y contribuían a generar un clima de animadversión o confianza hacia el presidente de turno. Ni siquiera los medios de comunicación podían estar presentes. Todo el mundo lo miraba a distancia. Y la realización enseñaba una balsa de aceite, con Ferran Olivé respondiendo amablemente todas las dudas, sobre todo derivadas de Barça Vision. Sala y Martín aparecía para echar una mano a su amigo Laporta, y justificaba su gestión a ultranza. La junta salía y los números recibían el visto bueno con un 71% de apoyo (452). El 25% se oponía (156) y un 4% lo hacía en blanco (26). Por otra parte, casi trescientos compromisarios (293) se han abstenido.
El presupuesto, aprobado sin problemas
Aprobadas las cuentas, la junta respiraba tranquila y la asamblea ya bajaba. Ferran Olivé volvía a comparecer para defender un presupuesto de 893 millones de ingresos –uno menos que en el curso anterior– y un gasto de 873 millones –superior a los 866–. Un balance que debe dar 5 millones de beneficio neto, sobre el papel, en el que no se prevén nuevas devaluaciones de Barça Vision y, en cambio, sí se prevé un aumento notable en materia comercial por "nuevos patrocinios que deben completarse" en los próximos meses". Uno de ellos, precisamente, debe incluirse en el accionariado de Bridgeburg antes de diciembre, aseguraba Olivé.
Sin sorpresas, los presupuestos salían adelante con el voto favorable de 409 de los 514 que han participado en la votación, lo que representa el 80%. Por otra parte, 75 compromisarios se opusieron (15%) y 28 lo hicieron en blanco (5%).
Después de una pausa para el almuerzo, la asamblea se retomaba con una exposición de la vicepresidenta institucional, Elena Fort, hablando de la evolución de las obras del Camp Nou, aunque sin poder concretar su fecha de regreso. Acto seguido Valero Ribera era nombrado por una amplia mayoría Miembro de Honor de la sección de balonmano, cerrando la asamblea con los últimos puntos. Se consideraba un trámite después de los nervios de conseguir el sí en el resultado contable.