Análisis

Los motivos de Flick para creer en la resurrección de De Jong

El neerlandés se ha estrenado esta temporada y el manual del entrenador puede beneficiarle

Marc Mayola
y Marc Mayola

BarcelonaFrenkie de Jong afronta su sexta temporada en el Barça y la realidad, hasta ahora, es que su rendimiento no ha estado a la altura de las expectativas. Llegó como uno de los centrocampistas más prometedores de Europa e incluso algunos consideran que se ha afianzado como uno de los jugadores más valiosos en su posición. Pero éste es un razonamiento que obedece más a la esperanza oa la ilusión de que así sea que no a la observación mínimamente abundante, u honesta, del fútbol que se juega en Europa y de los centrocampistas de gran calidad que hay repartidos en todas partes del continente. Aunque a menudo no lo parezca, el fútbol se juega también en ciudades que no son Madrid ni Barcelona. Y no, el De Jong del Barça nunca ha sido top 3 de los centrocampistas de Europa.

El neerlandés venía del Ajax, y siempre hemos oído que Ajax y Barça comparten un mismo estilo. En este sentido, la adaptación parecía coser y cantar. La realidad siempre es más caprichosa. Ajax y Barça, unidos por Johan Cruyff y una mirada futbolística similar, han cultivado a lo largo de los años un estilo ofensivo y con el balón como protagonista. Pero para ejecutar este estilo se han aproximado de forma diferente. El Ajax, el de Ten Hag en particular, hacía un fútbol funcional (encontraréis teóricos que lo llaman de otra manera). Los jugadores se relacionan básicamente con la pelota, y no tanto con el espacio, y se van agrupando en torno a ella para entrar en contacto y que vaya floreciendo el talento, la espontaneidad y las relaciones que cada uno sea capaz de generar. El fútbol de posición que ha practicado el Barça durante los años de Guardiola, por ejemplo, y que Xavi intentó reproducir sin éxito, no es rígido, como algunos críticos le catalogan, pero sí da gran importancia a la ocupación racional del campo y de los espacios.

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De Jong casi siempre se acerca al compañero que tiene el balón porque así siente él el fútbol, ​​es su naturaleza. Como mediocentro no es riguroso a nivel posicional y como interior no para quieto. No quiere, ni tampoco sabe (porque no es sinuoso en el giro), ubicarse entre líneas para recibir y tumbar. Prefiere verlo todo de cara y entrar en contacto con la pelota lo más veces posible. Una vez la tiene, no siempre calibra correctamente a cuántos toques se debe jugar o si la conducción que hará tiene algún tipo de sentido táctico. Pero justamente ésta, la conducción, es su gran virtud como futbolista. Bien orientada, puede ser un recurso muy interesante para el Barça de Flick. Sirve para superar líneas rivales o escapar de la presión.

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El entrenador alemán apuesta por un fútbol ofensivo, valiente, voraz y agresivo. Su estilo tiene elementos que recuerdan a algunos de los mejores equipos del Barça de la historia. Algunos profesores de táctica y formadores expertos en el juego de posición distinguen tres estadios dentro de esta propuesta: un período inicial más ortodoxo en el que cada jugador se familiariza con su posición y roles asociados; una segunda etapa en la que el futbolista ya es capaz de relacionarse con su entorno inmediato y poder hacer cosas que no son las estrictamente encomendadas a su posición, y finalmente el tercer estadio, que es cuando todos ya tienen tal comprensión del modelo y capacidad de interpretación que el juego se convierte en libre en cuanto a ubicaciones.

Este tercer estadio, de dinamismo más acentuado, es probablemente lo que Flick tiene en la cabeza para su Barça y, en cierto modo, confluye con el estilo futbolístico que De Jong hizo suyo en el Ajax. Durante los próximos meses comprobaremos si esto ayuda a ver una buena versión del neerlandés. El Barça sería un equipo con más recursos.

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