Barça

Muere Ferran Estrada, el querido trompetista con barretina que quería ser presidente del Barça

Se presentó como precandidato un montón de golpes, encarnando a un barcelonismo de otro tiempo, y tocó el 'Virolai' en las gradas de Wembley

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Unas elecciones entre la comedia y la tragedia

BarcelonaEl perfil de los aficionados que van a ver a los partidos del Barça ha cambiado drásticamente, con el paso de los años. Escuchar acentos de toda Cataluña con la gente que bajaba de los autocares de las peñas a poder escuchar todos los idiomas del mundo con los turistas. Del culé sufridor al que hace la ola cuando no se gana, simplemente por divertirse. Ferran Estrada Porta (Gerb, 1933 - Barcelona, ​​2024) encarnaba al barcelonismo de siempre que aún persiste. Sufriendo, por supuesto. El Barça ha perdido a los 91 años, a causa de un ictus, un hombre que supo entender uno de los grandes valores del barcelonismo: pertenecer a un pueblo. Por eso Estrada siempre se presentaba a las elecciones para ser presidente, pese a saber que con la ley del deporte nunca conseguiría los avales. Recogía una veintena de firmas, iba a las oficinas para entregarlas, tocaba el himno con la trompeta y con ese gesto simbólico mantenía viva la esencia popular de ser aficionado del Barça.

Si no hace mucho se marchaba Joan Casals, el popular abuelo del Barça, ahora nos deja otro hombre que todavía quería llevar barretina en el estadio. Ya no se ven barretinas. Nacido en Gerb, en el valle del Segre, Estrada llegó a Barcelona para trabajar en un taller en parte para poder estar cerca de su Barça, club del que se aficionó ya cuando era pequeño, porque en casa eran azulgranas. Estrada, que siempre iba con una trompeta que perdió más de una vez, fue socio en Les Corts y asistió a la inauguración del Camp Nou, en 1957. En 1978, con las primeras elecciones al club en democracia, quiso formar parte de esa fiesta apoyando a Ferran Ariño, de quien le gustaba que fuera más catalanista que Josep Lluís Nuñez. Porque Estrada era un catalanista de piedra picada, como lo demostraba con su repertorio musical con la trompeta: el Virolai, la Santa Espina, el Canto de la Senyera... y, claro, Los segadores.

Estrada llegó a prometer que si ganaba Nuñez dejaría de tocar la trompeta en el campo. Así lo hizo durante muchos años, hombre de palabra. Un período de tiempo que, según decía, aprovechó Rudy Ventura para ocupar su espacio tocando la trompeta en el campo. Durante los años 80, en el barcelonismo había debate sobre quién tocaba la trompeta. Eran otros tiempos. Con la llegada de Johan Cruyff de entrenador, de quien decía maravillas, el cuerpo le pidió volver a tocar. De hecho, afirmaba que cuando empezó a tocar el Virolai en las gradas de Wembley en 1992 consiguió el apoyo de la Moreneta en el gol de Ronald Koeman. Estrada, que había tocado en coplas de sardanas y formado parte de algunos grupos musicales, siempre defendió el folclore catalán. No quería que se perdiera, por lo que iba siempre con barretina al campo como Joan Casals, el abuelo del Barça. También se dejaba ver por la Rambla, tocando canciones clásicas. Durante el Proceso, también estuvo, con la trompeta.

87 firmas en las elecciones de la pandemia

En los 80 decidió que se presentaría a las elecciones, aunque no tuviera opciones, para defender un barcelonismo más humano. La primera vez fue en 1985, intentando mantener el legado de Ariño, al que siempre respetó. De hecho, cuando éste murió en el 2014, él le tocó el himno al funeral. Estrada siempre conseguía el apoyo de jóvenes o peñas que le apoyaban, porque poder tener a alguien como Estrada como precandidato era una forma de defender una manera de hacer. Y él se hacía querer por peñistas o periodistas, a los que a veces visitaba a las redacciones para llevarles dulces. No lo hacía para pedir nada, sino porque era un hombre generoso y quería agradecer que le hubieran entrevistado. Cuando charlaba, intentaba explicar a los más jóvenes que antes de Leo Messi ya había héroes en el panteón barcelonista. Él, de hecho, recitaba alineaciones de los años 40, de aquel equipo que, ganando algunas Copas y Ligas, volvió a encender la llama de la esperanza en una Catalunya derrotada por la guerra y que en 1942 había visto como el Barça casi bajaba a Segunda.

La última vez que se presentó a unos comicios fue en 2021, en plena pandemia. Llegó al Camp Nou con las firmas que había logrado, tocando la trompeta y con la barretina, como siempre. Los miembros de la peña Nostra Enseña le apoyaron, jóvenes que entendían que Estrada simbolizaba unos valores que había que cuidar. Ese año presentó 87 firmas, 11 más que en el 2015. En las urnas ganó Joan Laporta, pero sólo siendo Estrada logró otro pequeño triunfo.

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