"La oposición trata a Laporta como el PP al PSOE"
Joan Laporta ha vivido dos semanas tranquilas gracias a los triunfos del Barça de Hansi Flick
Barcelona"La oposición a veces trata a Jan como el PP al PSOE", se queja una persona cercana a Laporta. "Él ahora está más tranquilo que hace unas semanas. La asamblea le calmó y el juego del equipo con Hansi Flick, un fichaje suyo, todavía le ha hecho sentirse mejor", añade con satisfacción. Laporta y su entorno sacan pecho tras la tensión vivida durante el cierre de los números y el apretón de las voces críticas entre finales de septiembre y principios de octubre. Tienen varios motivos de peso: los compromisarios aprobaron mayoritariamente las cuentas, en el césped el Barça masculino ha encadenado alegrías mayúsculas y el club volvió a lucir en la gala del Balón de Oro con Aitana Bonmatí al frente mientras el Real Madrid perdía su reputación mundialmente. Todo ello ha originado unas emociones positivas tan potentes entre la culerada que ahora mismo ningún número rojo es capaz de rebajar.
Ante esta realidad, incluso personas del entorno que son críticas con la forma personalista de gestionar el club de Laporta admiten al ARA que, "a pesar de que a la hora de llevar al Barça no cumple ni una de las reglas que marcan las escuelas de negocio, tiene un instinto que le permite caer de pie habitualmente". Ese instinto es lo que le llevó a elegir a Hansi Flick antes que a otros entrenadores supuestamente más fieles al estilo Barça que le recomendaban desde dentro y fuera del club. "Es un acierto suyo, hay que reconocérselo", afirma la misma fuente. Por eso considera que es una lástima que "este instinto de Laporta, su capacidad de animar a la afición y su enorme conocimiento del Barça no estén acompañados de un director general como Dios manda porque sería un dúo imparable".
"Nuestro objetivo no es afectar el día a día del club, nosotros defendemos los derechos de los socios", responde al ARA Joan Camprubí, la cara del movimiento Som un Clam, a la pregunta de qué consecuencias mediáticas comporta para las voces críticas con la gestión de Laporta el hecho de que en el terreno de juego el Barça esté haciendo una exhibición tras otra. "Debemos estar con el equipo y estar ilusionados, pero eso no tapa todo lo demás, eso no hará que no podamos dar nuestra visión del club. Por ejemplo, que el cierre de los números tuvo en la asamblea más votos en contra que nunca o que un extesorero de Laporta [Xavier Sala-i-Martín] votó y habló durante la asamblea desde la Oficina de Atención al Barcelonista (OAB)", expone. "Comentarios como el de 'ni están ni se les espera' que hizo Laporta refiriéndose a los que somos críticos con su gestión denotan la forma que tiene de llevar el club", añade.
Camprubí ha vivido desde la grada los partidos de la racha azulgrana. "Es una pena que el Barça solamente pusiera 400 entradas a disposición de los socios para el partido del Santiago Bernabéu. Yo tuve que comprar una entrada a través de la web del Real Madrid porque ya no quedaban para socios del Barça", se queja.
Movilizar a la masa social
En una línea similar se expresa Ricard Faura, el portavoz del grupo de opinión Dignitat Blaugrana, quien denunció judicialmente el caso Barçagate. "Que el Barça vaya bien deportivamente no quiere decir que el resto de reclamaciones que nosotros hicimos antes de la asamblea se hayan arreglado. Todas siguen igual que entonces", considera Faura. "Pero es cierto que cuando la pelotita entra el seguidor pone menos atención al resto de cosas y es más difícil movilizar a la masa social para que sea crítica con las cosas que se hacen mal como institución", admite.
Faura considera que hay dos motivos que provocan que esto ocurra. "Uno de ellos es el talante catalán, pero sobre todo hay una desconexión social respecto al club que empezó con la pandemia y que se ha incrementado con el exilio en Montjuïc. Ver los partidos en casa por la televisión te distancia de ciertas preocupaciones. El pasado curso habría habido una gran pañolada a Laporta si los partidos se hubieran jugado en el Camp Nou", opina. "Ahora el Barça va bien en el terreno de juego y mal en los despachos y ya vimos qué ocurrió después de que en el 2015 Bartomeu ganara las elecciones gracias al triplete", recuerda.
El poder de Flick
La conclusión es que la capacidad de convocatoria que tendrán los diversos movimientos (algunos de ellos con aspiraciones de cara a las próximas elecciones) y grupos de opinión del entorno azulgrana cuando haya dentro de 10 días el siguiente parón por selecciones, el espacio de tiempo que suelen utilizar para hacer sus apariciones públicas, irá relacionada con que la pelotita siga entrando o no este miércoles contra el Estrella Roja y el domingo ante la Real Sociedad. Flick continuará decidiendo el estado de ánimo culer.