Los peligros del Inter de Milán, un señor rival para el Barça en las semis de la Champions
El conjunto de Simone Inzaghi es un blog granítico y con talento en todas las líneas, pero también tiene vulnerabilidades
BarcelonaEl Inter de Milán, vigente campeón de Italia y líder de la Serie En este curso, será el rival del Barça en la semifinal de la Copa de Europa. El club nació de una escisión del AC Milan el 9 de marzo de 1908. Fue en el Ristorante Orologio de la capital lombarda, y la voluntad era claramente cosmopolita: "Esta noche maravillosa nos otorga los colores de nuestro escudo: negro y azul sobre un fondo dorado de estrellas". Ha pasado más de un siglo y el Inter es, por méritos propios, uno de los mayores clubs de Italia y de todo el continente. Hoy en día, a nivel futbolístico hablamos del proyecto más estable y potente del país transalpino. Simone Inzaghi es su entrenador desde el verano del 2021 y, más allá de los títulos, ha sentado unas bases muy sólidas.
El 3-5-2 como sistema táctico es innegociable. Es un dibujo que el Inter ya trabajaba con su anterior entrenador, Antonio Conte, y que normalmente supone todo un quebradero de cabeza para el Barça. A las órdenes de Inzaghi, el Inter se ha convertido en un equipo granítico en el ámbito defensivo (solo había encajado dos goles en la Champions antes de la eliminatoria ante el Bayern), pero sobre todo se ha convertido en un equipo de gran riqueza a la hora de salir con el balón y progresar hasta campo contrario. Ésta es, seguramente, la firma más interesante y personal del técnico. Ya lo hacía a su ex equipo, Lazio, y lo ha podido perfeccionar en el Inter.
El Inter tiene un gran abanico de recursos a la hora de salir a presión, sacar el balón controlado y orientar los ataques hacia terreno del adversario. Los centrales de cada lado, en principio Pavard y Bastoni, tienen gran importancia por la responsabilidad que asumen con el balón y también por sus movimientos, nada ortodoxos. Inzaghi los mueve y hace que aparezcan en diferentes alturas. La salida de pelota de sus equipos, trabajada y mecanizada, ofrece a los jugadores un catálogo de posibilidades en función de cómo sea la presión del rival. El Barça de Flick, especialista en la materia, tendrá que ejecutarla de forma feroz pero también sincronizada. Si no coordinas bien esta presión, el Inter suele encontrar la forma de saltarla con clarividencia.
El rol de centrocampistas como Barella, Çalhanoğlu y Mkhitaryan, de características diferentes pero todos ellos capaces con el balón, también ayuda al Inter a salir de presión. Mientras la fluidez interior, el intercambio de posiciones y la capacidad de triangular rápidamente permiten al equipo encontrar la forma de progresar por dentro, en los carriles el conjunto italiano cuenta con recursos bien distintos. A la derecha, la potencia de Dumfries –titular si se recupera de la lesión– es difícil de sujetar, es un caballo desbocado. A la izquierda, con la delicadeza y el talento de Dimarco, el Inter tiene un foco creativo de primera categoría.
La vulnerabilidad del Inter: acularse y ser masacrado a disparos
Una vez arriba, el líder de la Serie A puede confiar en una pareja de delanteros que se entiende y se complementa de maravilla: Lautaro Martínez y Marcus Thuram. De entrada, ambos saben jugar de espaldas a portería y ganan duelos en los centrales. En este sentido, las vigilancias y la capacidad de anticipación de los defensas del Barça deben ser fundamentales. Si te ganan la primera acción, Lautaro y Thuram saben descargar, combinar y salir disparados a portería contraria. Si uno rompe, el otro aprovecha el espacio entre líneas. Si uno hace un movimiento, el otro le compensa. Esta temporada es la segunda que juegan juntos, pero parece haberlo hecho toda la vida.
El Inter es un gran equipo y un rival incómodo para cualquiera. Tiene experiencia, ideas claras, un sistema que las abriga y jugadores de talento en todas las líneas. De todas formas, también es un equipo que contra rivales de entidad puede acabar defendiendo demasiado cerca de su buen portero, Yann Sommer. Esto, por muy bien que defiendas el área, siempre es un riesgo. El Bayern, pese a afrontar la eliminatoria de cuartos de final con siete bajas y más de medio equipo titular lesionado, disparó 40 veces y tuvo ocasiones para pasar. Si el Barça juega al mejor nivel, tiene opciones serias de llegar a la final de Múnich.