La letra pequeña que condiciona una venta como la de Araujo
El club necesita el dinero para cuadrar las cuentas de esta temporada, aunque generaría mayor límite salarial si la venta llegara a partir de julio
BarcelonaA cuatro meses para que acabe la temporada, el trabajo en los despachos del Barça va a contrarreloj. Cerrar los números en verde no sólo tiene una lógica económica, también es vital para el futuro deportivo de la próxima temporada. Y es que del balance de cuentas del 30 de junio dependerá la capacidad azulgrana de acudir al próximo mercado de fichajes, donde el objetivo es devolver como sea a la norma 1 a 1, la que permite destinar cada euro ingresado en la venta de un futbolista a encontrarle un repuesto.
La marcha de Maribel Meléndez, la directora corporativa del club, ha supuesto una buena sacudida para la entidad. Más allá de su rol en el Espai Barça, era una de las personas que más velaban por el cumplimiento de los presupuestos. En público, el presidente Joan Laporta mostró reiteradamente la "confianza" al dejar de ser una entidad excedida y poder comprar y vender con normalidad. Aunque sus palabras chocan con la realidad del día a día. Esta misma semana se han conocido más detalles sobre el paso del Barça a Montjuïc, en el que se está 30 millones por debajo de lo presupuestado. A este dinero hay que sumarle la deuda pendiente de cobrar de negocio de Barça Vision, que asciende a 100 millones. Es decir, el impago de los famosos 40 millones de Libero, que se arrastran desde el pasado verano. Y, en consecuencia, los 60 millones adicionales que deben cobrarse antes del 15 de junio, según las previsiones que el Barça presentó a los socios y también en la Liga.
Resolver estas carpetas es clave, pero puede resultar insuficiente. Por tanto, tal y como explicó el AHORA, la otra vía que tiene el Barça para ayudar a cuadrar los números es vendiendo a un futbolista de la primera plantilla. Sería cómo activar una palanca, con la diferencia de que los beneficios obtenidos no estarían sujetos a la letra pequeña del control económico de la Liga. En la lista de posibles salidas siempre aparece el nombre de Ronald Araujo, futbolista pretendido por el Bayern Múnich. Según aseguran en Alemania, los bávaros ofrecerían cerca de 100 millones por el jugador. Dinero que entrarían directamente en la caja azulgrana, ya que el futbolista está totalmente amortizado.
El gran problema del Barça en 'fair play' son las pérdidas acumuladas
Ahora bien, la venta debería completarse antes del 30 de junio para que tuviera efecto en el balance de esta temporada. Como advierten en la patronal, el gran problema del Barça son las pérdidas acumuladas. Por tanto, la primera premisa es recuperar el equilibrio. El ente que preside Javier Tebas tiene cuesta abajo que la junta de Laporta hará todo lo posible para conseguirlo y que hará constar todos los ingresos posibles en esta temporada en curso. Aunque, en fair play, al Barça le saldría más a cuenta poder computar el traspaso –sea de Araujo o cualquier otro jugador que pueda generar beneficios multimillonarios– a partir de julio. Todo tiene que ver con la normativa que regula la capacidad de un club para inscribir a nuevos jugadores.
El límite se calcula a priori teniendo en cuenta el presupuesto. Ahora bien, algunos ingresos duelen calcular porque dependen del rendimiento deportivo del equipo o de la capacidad de negociación en la venta de jugadores. Para evitar trampas y homogeneizar el criterio en todos los clubs, la Liga optó por promediar las tres últimas temporadas en algunos apartados como los traspasos. Según esta regla, y en el hipotético caso de que el Barça volviera a la norma 1 a 1 sin utilizar a un jugador como palanca, para este año le tocan 43,3 millones por este concepto. Es el resultado de los 45 millones ingresados en el curso 21/22, de los 20 de la temporada 22/23 y de los 65 de ésta, la 23/24. Una cifra realista, tal y como se especifica en la memoria económica del club, ya que la entidad asegura haberlos conseguido casi por completo. Son los beneficios obtenidos por las ventas de Dembélé (35 millones), Kessie (12,5), Nico (8,5) y Abde (7,5).
¿Pero qué pasa si el Barça necesita anticipar la venta de Araujo? En ese caso, los 100 millones harían aumentar la media del Barça hasta los 76,6 millones en el apartado de traspasos. O sea, aumentando el límite en 33,3 millones adicionales. Ahora bien, si la venta se produce a partir de julio, el club iba a ganar mucho más margen. Los 100 millones no serían una proyección sino una realidad y podrían destinarse totalmente a nuevos fichajes. O sea, que el límite aumentaría en 56,7 millones. Casi el doble. Además, cualquier venta posterior que generara beneficios también aumentaría automáticamente la capacidad del Barça para fichar. De lo contrario, el Barça tendrá un tope de 76,6 y sólo podrá aumentar el margen en el momento en que haya logrado superar la cifra con traspasos ya consumados.
Eso sí, estos cálculos sólo tienen sentido si el Barça vuelve a la norma 1 a 1. Si no, todo esto es papel mojado, el equipo continuará excedido y la única manera de reforzarse sería con los famosos porcentajes : se puede destinar un máximo de un 60% del coste deportivo de aquel jugador (sueldo + amortización) a fichar un repuesto. Un perjuicio mayúsculo. "Ojalá lo consigan", aseguran a la patronal. Por mucho que se tiren los platos por la cabeza, en Madrid son perfectamente conscientes de que cuanto mejor funcione el Barça, mejor funcionará el negocio del fútbol en el Estado.