Los adoquines

La próxima lona de Joan Laporta

Florentino Pérez y Joan Laporta en una imagen de archivo.
26/11/2025
2 min

El discurso de Florentino Pérez en la Asamblea del Real Madrid es otro favor a Joan Laporta. El armisticio, la colaboración, entre los dos presidentes con el proyecto de la Superliga como excusa y extraña conveniencia se ha acabado, y el presidente blanco ha situado a Laporta justo donde a los socios barcelonistas les gusta que esté: como rival y enemigo.

Víctor Font, el por ahora principal opositor, señaló de nuevo hace una semana en su primer acto de campaña la vinculación de Florentino y Laporta, colocando al mandatario azulgrana en posición inferior, de servidumbre. El dardo tenía toda la intención del mundo, pero Florentino ha hecho saltar el argumento por los aires y, de paso, ha puesto en evidencia y ya hecho patente que el Barça le preocupa y, por extensión, también su equipo y el nuevo proyecto de Xabi Alonso. Horas más tarde, en Elche, se confirmaron algunas de sus sospechas y no precisamente las referentes a los árbitros después de que el Madrid empatara en el último momento en una jugada al menos opinable en la que Iñaki Peña terminó sangrando por la nariz.

De manera unánime, los periodistas que siguen el día a día del Real Madrid han empezado a expresar sus dudas acerca de la falta de sintonía entre Xabi Alonso y la plantilla. El técnico está en entredicho no solamente porque su equipo aburra y el juego esté involucionando, sino principalmente porque los futbolistas no parecen comprar su idea, que comenzó con la premisa del esfuerzo, presión arriba y la armonía y ha derivado en que Courtois pare pelotas y Mbappé marque goles. Lo de siempre, vaya.

Que el club —es decir, Florentino— se pusiera de perfil cuando Vinicius se pasó de la raya con un comportamiento lamentable tras ser sustituido contra el Barça ha supuesto un antes y un después. Desde entonces, el Madrid va cuesta abajo y sin frenos. Alonso fue desautorizado y da la sensación de remar solo, sin ayudas ni desde dentro ni desde fuera del vestuario, y los malos resultados consecutivos ante el Liverpool, el Rayo y el Elche demuestran que el problema no son los árbitros, ni Negreira, ni la UEFA, ni Tebas, ni los vecinos del Bernabéu. "Gracias, Floren" debería ser el eslogan de la próxima lona que exhiba Laporta: qué menos con el último favor que le ha hecho.

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