Barça

Así ha recuperado Xavi (y Laporta) la sonrisa de Lewandowski

El polaco, que empezó el curso girado por la falta de ocasiones, celebra el aumento de talento en la plantilla

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Lewandowski, a la derecha, durante un juego en el entrenamiento previo a recibir al Celta

BarcelonaRobert Lewandowski empezó la temporada con el humor girado. Es uno de los pilares del vestuario, pero las cosas en la pretemporada no le habían ido como quería. Y el inicio de la Liga, tampoco. En los dos primeros partidos, el polaco pasó prácticamente desapercibido contra dos equipos que se enfrentaron en el Barça con un bloque bajo, muy bajo. Fueron el Getafe (0-0) y el Cádiz (2-0). Esto no mejoró su humor, encaparrado porque necesitaba más centros y quejoso que no le llegaban suficientes balones en una posición óptima para el remate.

Jugar contra dos equipos que defienden con muchos efectivos dentro y cerca de su área siempre dificulta el trabajo en el delantero centro, que ve cómo toca poco el balón y tiene el instinto de irse separando de los centrales. Ésta es la solucinó que intentó poner en práctica Lewandowski: alejarse de la posición de nuevo para ir a buscar balones más en la posición de mediapunta. No hay ningún motivo para que siempre sea malo para el equipo, porque permite realizar movimientos para la llegada de los interiores o también de los laterales (especialmente en el caso de Balde). Pero lo cierto es que el ex del Bayern es más provechoso en la posición de delantero centro, aunque entre menos en contacto con el balón.

También hay un factor temporal: con 35 años no ha perdido el olfato goleador, pero sí tanto en el segundo tramo de la pasada temporada como en los primeros partidos de este curso se le había visto menos ágil en los controles y la pasada. Unas pérdidas que condicionaban la estructura defensiva del equipo en fase ofensiva. Todo ello llevó a Xavi Hernández a decir después del partido ante el Cádiz que Lewandowski debía tener paciencia y no perder la posición. No es que el ariete no pueda sumar lejos del área –de hecho, siempre ha sido un futbolista con gran comprensión del juego–, sino que ahora mismo puede ayudar más al equipo haciendo las funciones propias de unnuevoclásico.

Un ecosistema diferente para Robert Lewandowski

En el Barça, Lewandowski no ha podido replicar el ecosistema de asistentes con el que había brillado en el Bayern de Múnich. Tener a Thomas Müller de segundo delantero le ayudaba, tanto para condicionar las vigilancias de la defensa rival como para ocupar los espacios que él liberaba. En el conjunto bávaro también tenía una nutrida nómina de extremos de calidad -Coman, Gnabry, Sané...- que la alimentaban con centros, una de las principales manías del polaco -y, en realidad, de muchos delanteros centro de área a medida que van perdiendo velocidad con el paso de los años-. El ritmo del fútbol alemán, más acostumbrado a los contragolpes, también es distinto al de la Liga española.

En una entrevista en junio en la delegación de Canal+ en Polonia, Lewandowski también pedía más futbolistas en el área: "Animo a mis compañeros a buscar el área o el desmarque por detrás de la línea defensiva. Es aquí donde es más fácil rematar o pasar el balón [...] . A veces parece que jugamos a balonmano, todo gira en torno al perímetro". Se puede leer fácilmente entre líneas que lo que pedía era tener cerca a un segundo delantero. Y esta figura la ha encontrado en los últimos dos partidos con la entrada de João Félix, la niña de los ojos de Joan Laporta y principal valedor de su fichaje.

El atacante portugués ha incidido directamente en el casillero goleador de Lewandowski en dos partidos en los que han coincidido en el once inicial. Contra el Betis, con un gran gesto de calidad que puso en pie al público del Olímpic: Félix dejó pasar el balón entre las piernas, lo que despistó a su defensor (Marc Bartra) y permitió que el balón llegara en perfectas condiciones en el desmarque del nuevo azulgrana. Contra el Amberes, el jugador cedido por el Atlético de Madrid hizo un centro al segundo palo que Lewandowski envió plásticamente al fondo de la red. El polaco, además, asistió a Gavi ante los flamencos.

Sin cambios en la estructura organizativa

Desde el cuerpo técnico no se enfoca el cambio de chip de Lewandowski en una cuestión exclusiva de los jugadores con mayores responsabilidades ofensivas, sino que lo sintetizan en una cuestión de haber sumado talento de forma más global en todo el equipo con las llegadas de Félix, Cancelo y Gündogan, este último definido como "un regalo caído del cielo" por Xavi tras la goleada contra el Amberes. "Robert ha estado muy bien los dos últimos partidos. Pero no sólo él, sino todo el equipo. La suma de talento se está notando. La estructura organizativa ya la teníamos, pero ahora ha subido la calidad individual y eso hace que lleguen más balones y mejores condiciones a las posiciones ofensivas", comentan fuentes del vestuario al ARA.

"Esta es la línea a seguir, pero sabemos que no todos los partidos serán fáciles y nos encontraremos con que generaremos menos ocasiones", añaden. Xavi ha renunciado a un cuarto centrocampista para dar entrada a João Félix, una apuesta que por el momento le ha salido bien. La visita del Celta de este sábado a Montjuïc (18.30 h, Movistar LaLiga) será una nueva prueba para seguir viendo cómo evoluciona el equipo y cómo fluye Lewandowski, que entre Barça y Polonia acumula ocho partidos seguidos jugándolo todo.

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