Barça

La suma que preocupa a Laporta

En la primavera de 2026 habrá elecciones en el Barça y ahora mismo el presidente azulgrana tiene pérdidas acumuladas en su mandato

BarcelonaLa democracia empieza a mover las hojas de los árboles alrededor de las oficinas del Barça en Aristides Maillol. Por el momento, el susurro del viento es suave, pero promete incrementar el volumen a medida que avancen los meses. Aunque públicamente nadie menciona todavía la palabra tabú, elecciones, tanto la junta directiva de Joan Laporta como el entorno con aspiraciones miden cada vez con más reflexión sus pasos. La forma de gobernar el club ya está impregnada de un horizonte que está al caer: las elecciones que deben celebrarse la próxima primavera.

Así, las decisiones que está tomando y que tomará Laporta hasta entonces no solamente deben analizarse en clave de club. También están fuertemente condicionadas por su voluntad de ser reelegido otros cinco años como presidente del Barça. Este factor tiene mucho peso en asuntos como la prisa por volver al Camp Nou lo antes posible, que confronta con la actitud de un Ayuntamiento de Barcelona que no tiene ningún problema en expresar que el regreso puede ser aún cuestión de meses, como dijo en RAC1 la semana pasada Albert Batlle, el teniente de alcaldía de seguridad de Barcelona.

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Pero únicamente la consecución de la sexta Champions del Barça engalanaría tanto la campaña electoral de Laporta como ofrecer al socio un regreso al Camp Nou remodelado en el que los espectadores puedan acceder sin restricciones a la totalidad de las dos primeras gradas. La meta llegaría, como mínimo, con un año de retraso –la promesa inicial era que ocurriera en noviembre del 2024– y después de una campaña publicitaria de cara al trofeo Joan Gamper protagonizada por un Laporta que algún día estaría bien que argumentara con qué propósito la hizo sin tener la certeza de nada. Pero ver jugar a Lamine Yamal por primera vez en el nuevo Camp Nou provocaría amnesia a más de uno.

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122 millones de pérdidas acumuladas

De todas formas, en clave electoral el regreso al Camp Nou no es ni mucho menos solamente una cuestión emocional. También es económica. Y ahora no nos referimos a los ingresos adicionales que comportará esta vuelta a casa ni a la necesidad deportiva de llegar de una vez por todas a la regla 1:1 del fair play financiero (puedes gastar en fichajes y renovaciones cada euro que ingresas) que Laporta no ha sabido alcanzar desde que llegó en el 2021. Nos referimos a la voluntad de Laporta de cerrar su mandato sin pérdidas. Por dos motivos: el primero, porque hacerlo con pérdidas daría carnaza a sus rivales electorales durante la campaña y, el segundo, porque una hipotética derrota en las elecciones dejaría en manos de alguien ajeno la posibilidad de pedirle responsabilidades por ello.

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Ahora mismo, a la espera de que se presenten los números del ejercicio 2024-2025, la junta de Laporta tiene un balance negativo. Las pérdidas acumuladas hasta ahora desde el primer ejercicio que cerraron, el 2020-2021, ascienden a 122 millones de euros. Precisamente, el primer ejercicio, condicionado por la pandemia del coronavirus, la catastrófica herencia del mandato de Josep Maria Bartomeu (Laporta cogió el club a cuatro meses del final del ejercicio) y la depreciación del valor de varios jugadores decidida por Laporta, supuso unas pérdidas de 481 millones. Esta losa empezó a revertirse el curso siguiente, que acabó con 98 millones de euros de beneficios que contaron con el impulso de la palanca de la venta a Sixth Street del 10% de los derechos televisivos de la Liga durante los próximos 25 años.

De palancas, también fue el ejercicio 2022-2023. El Barça se apuntó 352 millones de beneficio en un curso en el que mejoró sus ingresos comerciales, vendió un 15% añadido de los derechos televisivos y un 49% de Barça Studios, una piedra en el zapato que el club arrastra a causa de los diversos impagos de los inversores, la incapacidad para dotar de valor el proyecto y la depreciación que pidió (sin la aceptación del club) el anterior auditor del Barça, Grant Thornton. De hecho, el ejercicio 2023-2024 se cerró con 91 millones de pérdidas debido a los impagos a los que se ha hecho referencia. Todos estos números también han estado condicionados por el exilio en Montjuïc en los últimos dos cursos, que ha disminuido los ingresos de los días de partido.

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¿Cómo eliminar las pérdidas?

Sea como fuere, la cifra de 122 millones de pérdidas acumuladas desde 2021 es una realidad que Laporta se ha propuesto neutralizar. La dificultad añadida es que debe hacerlo en este mismo cierre que presentará a la asamblea de socios compromisarios de octubre porque el siguiente ya será después de las elecciones. Por tanto, no le queda más remedio que presentar unos beneficios de, al menos, 122 millones. ¿Es viable? Una de las cosas que se le dan bien a Laporta es la ingeniería contable. Lo imprescindible será que los números del ejercicio 2024-2025 incluyan el ingreso de 100 millones por la palanca de los asientos vip del nuevo Camp Nou a pesar de que la Liga pueda no aceptarlos para el fair play financiero y que el actual auditor del club, Crowe, no lo vea claro porque el estadio aún no ha reabierto sus puertas. El asunto podría resolverse con una nueva advertencia del auditor que preocuparía mucho menos a Laporta que cerrar el mandato con pérdidas acumuladas.

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