Las urgencias económicas sacuden el calendario del Camp Nou
Víctima de la necesidad de generar ingresos inmediatos, el Barça prioriza volver al estadio esta temporada aunque esto suponga terminar las obras un año más tarde
BarcelonaQue el Barça haya pedido ampliar la estancia en Montjuïc hasta finales de mayo no quiere decir necesariamente que haya que terminar el curso en el Estadi Olímpic Lluís Companys. Joan Laporta mantiene la promesa de volver lo antes posible y quiere que el nuevo Camp Nou se reinaugure con el clásico del fin de semana del 11 de mayo. El presidente ejecutivo azulgrana prepara un golpe de efecto. De hecho, en la última reunión de junta dijo a los directivos que Limak había dado garantías de que esto era posible. Las empresas que trabajan en la reforma del Espai Barça han corroborado en el ARA que se puede llegar a tiempo. El ejemplo es que se está retirando el material del terreno de juego y acabando de instalar el drenaje, paso previo a plantar el césped. Nadie puede garantizarlo al 100%, aunque según sus cálculos en abril pueden dar por terminadas las tareas en la primera y segunda gradas. "Otra cosa es que realmente salga a cuenta...", añaden los operarios.
Ahora que se ha cancelado la gira europea de los Rolling Stones y que, por tanto, Montjuïc estará disponible en mayo, hay muchos menos nervios en el Barça y en BSM, la empresa que gestiona el Estadi Olímpic. El club azulgrana sabe que tiene un plan B que no requiere esfuerzo adicional alguno. La única prisa es la que se autoimpone. Pero las pretensiones de la junta directiva, basadas sobre todo en las urgencias económicas de reabrir el Camp Nou y empezar a generar ingresos, chocan con las recomendaciones de las empresas que trabajan sobre el terreno, que preferirían tener algo más de margen. De hecho, habían llegado a proponer empezar la próxima temporada, también, en Montjuïc.
No es la primera vez que hay fricciones entre club y empresas por el calendario de las obras. Desde el primer día, los operarios han intentado mostrar a los gestores del Espai Barça las ventajas de trabajar sin público. Tal y como admitió Joan Sentelles, el director de operaciones del club, no tener que compaginar obras y fútbol permite ir un 25% más rápido. "Si esperara en enero del 2026, los trabajos mayores ya estarían acabados y la comodidad de los aficionados sería muy superior", apunta una de las fuentes consultadas vinculada a las constructoras implicadas.
El Barça no quiere oír hablar de la posibilidad de aplazar aún más el regreso al Camp Nou
Pero el Barça no quiere oír hablar de esta opción. Hay mucha prisa por generar ingresos. En las oficinas justifican que volver al Camp Nou implica, de entrada, dejar de pagar el alquiler en Montjuïc. También ganar más dinero en taquilla, aunque el aforo sea provisionalmente de 62.000 espectadores. Aun así, hay una serie de equipamientos -parte de los productos vip, de restauración, tienda o aparcamiento— que funcionarán a medias. Así como el Museo y los tours, uno de los palos de pajar de los futuros ingresos, que tendrán muy poca capacidad de recaudación. Inicialmente, mientras durara la reforma las visitas debían incluir una panorámica del Camp Nou, pero como habrá trabajadores trabajando en la estructura de la tercera gradería, en el club no saben aún si se podrá llevar a cabo o no. Por otra parte, existe una parte notable de la oferta vip y hospitality que ya está comercializada y pagada. Son sumas muy elevadas de dinero a las que el Barça no quiere renunciar, sobre todo teniendo en cuenta que debe devolver el crédito millonario. Cuando esté totalmente terminado, los cálculos hablan de ingresos de explotación de 350 millones. Por el momento no se ha realizado un presupuesto cerrado de ingresos para la 2025-26, aunque las fuentes consultadas creen que se superará por poco el umbral de los 200 millones. "Eso es mejor que nada", aseguran a este diario desde la cúpula directiva. Este año, en Montjuïc, los ingresos rondarán los 150 euros.
Si los números lo avalan, ¿dónde está el problema? "Es una visión muy cortoplacista. A la larga, saldríamos ganando esperando y volviendo con mayor comodidad y más servicios, lo que supondría más ingresos", apunta una voz crítica desde las oficinas. Dejando a un lado las dificultades para obtener los permisos de reapertura por parte del Ayuntamiento y de los Bomberos, la obsesión de Laporta por disputar el clásico en el Camp Nou añade un componente de riesgo: cuanto más se espere para empezar a instalar la estructura metálica de la cubierta —hay que ocupar todo el terreno de juego y desmontar asientos—, menos margen. Se debe llevar la rueda interior por piezas, construirla sobre el espacio del césped y elevarla con los tensores. Todo ello son unos cuatro meses de trabajo, de mediados de mayo a mediados de septiembre. Por tanto, el Barça debería pedir jugar los tres primeros partidos de la próxima temporada a domicilio.
La última propuesta, aplazar la construcción de la cubierta un año, hasta el 2026
Ahora bien, si hubiera problemas y en septiembre no hubiera terminado, habría que reanudar la competición en Montjuïc y ya no se podría volver al Camp Nou hasta febrero de 2026. Porque la UEFA exige jugar toda la fase de grupos —del 16 de septiembre de 2025 al 28 de enero de 2026— en un mismo estadio. Tampoco se podría jugar la Champions en un sitio y la Liga en otro porque, ni económica ni logísticamente, se pueden mantener dos estadios simultáneamente. Precisamente por ese riesgo, el Barça está meditando retrasar la construcción de la cubierta y posponer los trabajos para el verano del 2026, que será año de Mundial y habrá alguna semana más de margen. De esta manera, en septiembre del 2026 se devolvería con la estructura ya montada y durante la temporada 26-27 se pondría el tejado para cobijar a los espectadores. Por el momento es solo una propuesta, aunque cada vez gana más peso porque minimiza el riesgo de engancharse los dedos, aunque eso supusiera acabar el grueso de las obras en el 2027, con un año de retraso.
Mientras tanto, en BSM esperan noticias. Necesitan dos semanas para pasar de un estadio de fútbol a un recinto para conciertos. Comenzarán las tareas a finales de mayo. "Lo que no sabemos es si de forma definitiva o todavía no", dice con ironía una voz solvente de la empresa. Hay conciertos en junio y julio. Agosto está libre. "Nadie nos ha dicho lo contrario y, por tanto, entendemos que después del verano el Barça no volverá, pero vista la experiencia, estamos preparados para todos los escenarios posibles".