Barça

La batalla por la vicepresidencia deportiva del Barça

La dimisión de Juli Guiu ha provocado tensiones internas por la recomposición de la junta de Joan Laporta

Rafa Yuste y Joan Laporta en el palco de Montjuïc durante el Barça-Atalanta.
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BarcelonaEn plena incertidumbre sobre las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor, el entrenador del Barça, Hansi Flick, pidió explicaciones a Joan Laporta. El alemán preparaba el partido de Copa en Barbastro y la Supercopa de España sin saber si podría contar con los dos únicos fichajes que el club presentó el pasado verano. Por eso pidió una audiencia presidencial que le fue concedida. A pocas horas para Fin de Año, que era cuando vencía el plazo para renovar las licencias de Olmo y Víctor, Laporta tranquilizó a Flick en presencia de Joan Soler, el directivo responsable del fútbol, una figura que con el paso del tiempo se ha ganado la confianza del mandatario tanto para la gestión del club como para poner en marcha negocios privados en Oriente Próximo.

Que fuera Soler y no Rafa Yuste quien acompañara a Laporta en este encuentro con Flick no sorprendió a nadie, en los despachos nobles barcelonistas. Formaba parte de una tendencia que se había ido consolidando en los últimos meses y que estaba convirtiendo al directivo más joven de la junta en una persona mucho más influyente que el vicepresidente deportivo –y primero– de la entidad. De hecho, la voz de Soler, próxima a la de Enric Masip, se impuso a la de Yuste sobre todo a la hora de juzgar el trabajo de Xavi Hernández y su staff al frente del primer equipo. El ex jugador de balonmano y el pescadero –como lo conocen en el vestuario del primer equipo– fueron muy críticos con el egarense durante todo el pasado ejercicio y celebraron que Laporta apostara por un cambio en el banquillo, algo que fue en contra del criterio del vicepresidente, que se quedó solo defendiendo a Xavi.

Contrariado por la destitución y por el peso creciente de Soler, Yuste no asistió a la gira norteamericana del Barça y entendió que, pese a aparecer en las fotos y tener el mejor asiento en el palco de Montjuïc junto al presidente, a la hora de la verdad eran otros los que tenían mayor influencia en la toma de decisiones relativas al primer equipo, que al final es el más goloso. Así empezó la campaña y así se llegó a las correderas con final feliz (por ahora) con Olmo y Víctor. Sin embargo, esos mismos días, mientras el Barça y su plana mayor estaban en Arabia Saudita con motivo de la Supercopa, se produjo una noticia que ha sacudido el orden interno. Disconforme con la comisión que la institución pagará a Darren Dein por el nuevo contrato con Nike, Juli Guiu presentó su dimisión irrevocable como vicepresidente de marketing. Y esto ha tenido consecuencias a efectos de convivencia.

Laporta, Yuste, Soler... y Echevarría

Esta renuncia ha dejado vacante una posición que, inicialmente y teniendo en cuenta los roles de facto de Yuste y Soler en el día a día, estaba previsto que cubriera el primero, liberando la vicepresidencia deportiva en beneficio del segundo. Laporta estaba de acuerdo, en un principio, con ese baile de sillas. Pero los eventos han ido en otra dirección después de una sucesión de movimientos internos. Finalmente, las posiciones siguen en el mismo lugar y se ha optado por dejar vacante la vicepresidencia de marketing –tampoco las hay económica desde la dimisión hará ahora un año de Eduard Romeu– hasta nueva orden. Ahora bien, este nuevo volantazo de Laporta, basado en parte en la relación de amistad que tiene con Yuste desde hace décadas, ha enojado a Soler, que ha pasado a tener menos presencia pública desde que el equipo aterrizó de 'Arabia Saudita con la Supercopa y las inscripciones de Olmo y Víctor en el zurrón.

Joan Soler con la Supercopa ganada en enero de 2023.

En el marco de esta cruda batalla por la vicepresidencia deportiva, el empresario de Vilafranca del Penedès ha pasado de ser un fijo en el palco de Montjuïc y de ser habitual en los desplazamientos del primer equipo a dejar de ir a Lisboa, sede del último viaje europeo. Tampoco ha asistido al palco en los duelos en casa ante el Betis (Copa), el Valencia y el Alavés (Liga) y el Atalanta (Champions) ni ha acudido a los actos de las últimas renovaciones de Araujo, Pedri y Gavi cuando sí estuvo presente en la firma de la ampliación de Fermín, que se produjo en noviembre del 2024. Laporta confía en Soler, pero no tanto para degradar a un amigo de la infancia como Yuste ni para discutir el poder a la sombra de Alejandro Echevarría, que prefiere hacer y deshacer en el vestuario cuyo perfil bajo ya conoce a la vicepresidencia que con un recién llegado que llegó a la directiva después de las elecciones, cuando eran necesarios millones para avalar.

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