Un uruguayo no necesita los consejos de Gündogan... Los apuntes en caliente del Real Sociedad-Barça
El Barça firma una actuación preocupante, pero se lleva los tres puntos gracias al central uruguayo
BarcelonaTras la derrota en el clásico y las declaraciones de Gündogan, se esperaba una reacción en San Sebastián. Y durante 90 minutos, nada. Suerte de Araujo, quien en los últimos minutos decidió hacer de delantero, como hacían hace tiempo Alexanko o Piqué, para conseguir un triunfo clave. Del juego, ya hablaremos...
Gerona, la capital. Quizás cuesta admitirlo ante aquellos amigos gerundenses que siempre han dicho que viven en la mejor ciudad del mundo, pero no podemos esconderlo: si toca hablar del balón, Girona es la capital de Catalunya. Cierto es que jugar en San Sebastián con algunas bajas, cuesta, pero, ahora mismo, si sólo tienes 90 minutos de tu día disponibles para ver el fútbol, es buena idea dedicarlos al Girona. Juegan bien, tienen corazón, una idea reconocible y nunca desfallecen. Allí lo tenemos, el Girona, en lo alto de la clasificación por delante de un Barça errático que gana sufriendo demasiado. Si el Girona disfruta, el Barça sobrevive. A la espera de que vuelvan jugadores clave u otros recuperen la forma, el equipo de Xavi sale adelante como puede. Esta es la realidad: el Girona vuela y el Barça resopla detrás suyo.
El efecto de los Joãos se ha difuminado. Entraron por la puerta grande y ahora, empujados por la dinámica del equipo, han ido marchitándose. Sus primeros partidos fueron una maravilla como el primer amor. Llegaron, animaron y marcaron. Ahora parece que la realidad les ha cortado sus alas. Ya no logran romper las defensas rivales, la posición de Cancelo ofrece más dudas y Felix aparece de forma poco puntual. Seguramente no es su culpa, ya que forman parte de un colectivo, pero no deja de ser sintomático. Xavi Hernández intenta dar vueltas a cómo conseguir hacer crecer a un equipo que compite, pero no encuentra la paz. Siempre le toca sufrir. Lejos quedan aquellas goleadas por 5 a 0 cuando llegaron los portugueses. Ahora, la realidad es que en algunos partidos toca sobrevivir. Y los dos Joãos ya no sonríen.
El VAR, ese invento incomprensible. La polémica acción en el último minuto de la primera parte sobre João Félix permitirá a mucha gente centrarse en criticar al VAR ya los árbitros, por no hablar del juego. Hay mucha gente que prefiere sentirse atacada, perseguida, víctima de una conjura, antes de hacer autocrítica. Sí, existe un contacto claro que el portugués aprovecha para dejarse caer. Sí, se han pitado penaltis como éste. Pero sólo hace falta zambullirse en las redes, si tienes hígado, para ver que todas las aficiones siguen sin entender el VAR. Quizás nos equivocamos nosotros pensando que con la llegada de la tecnología, todo sería más fácil, olvidando que no deja de ser una herramienta en manos de personas, con sus dudas y defectos. ¿Era penalti? Penaltito, diríamos, utilizando el léxico de los árbitros. Si fuera a la inversa, mucha gente tendría claro que no lo era. Y aunque lo fuera, ¿nos debe distraer del juego del Barça?
Que aparten los micrófonos de Gündogan. ¿Qué pensará de ello el jugador alemán? Después de provocar un pequeño incendio con sus declaraciones, en la que acusaba a algunos jugadores del Barça de no tomarse las cosas con suficiente seriedad, ya que al parecer miraban el teléfono y bromeaban tras perder con el Madrid, llegaba un partido clave para ver si el equipo reaccionaba. No ocurrió. Ni el Barça jugó bien, ni pareció un equipo con ganas de borrar el recuerdo de esa derrota. Quizás Gündogan tenía razón, ahora, su partido tampoco fue nada del otro mundo. Suerte de Araujo. El uruguayo, firme en defensa, acabó haciendo de delantero centro mejor que Lewandowski. A un uruguayo no necesita que le venga nadie a decirle cómo vivir el fútbol. Lo lleva a la sangre.