Apuntes en caliente

La victoria de la decadencia y el "desastre": los apuntes en caliente del Alavés-Barça

Alba y De Jong deciden el peor partido desde que Xavi entrena al primer equipo azulgrana

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Los jugadores del Barça celebrando el gol en Vitoria.

BarcelonaVictoria de circunstancias del Barça contra el Alavés, en un partido de bajo ritmo, pocas ocasiones y sopor generalizado. A continuación, los apuntes en caliente.

El Barça vuelve a masticar arena. Ni rastro de aquel equipo fresco y vital que, a pesar de la derrota, recuperó la grandeza en el clásico de la Supercopa. Diez días después, con la eliminación en la Copa por el camino, Xavi confirma que el factor novedad de su llegada se ha fundido y que ahora, para evitar una koemanización indeseada, tiene que exprimir su libreto para remontar el vuelo. Li iría bien tener una plantilla más equipada, pero sobre todo acusa no haber hecho pretemporada. Ahora, con el curso a medias, la urgencia por sumar y el objetivo mínimo de la Champions condicionan su atrevimiento y deparan espectáculos tan grises como el vitoriano.

Frenkie saca pecho. Si Xavi hubiera empezado el curso desde cero, ¿jugarían tantos minutos las vacas sagradas? La respuesta la tendremos en unos meses, siempre que el mal no se apodere del Barça y Laporta ordene otro cambio en el banquillo. El presidente va loco con Haaland, pero necesita dinero para pagarlo. Parte de la financiación que hace falta podría venir de ventas de activos como Frenkie de Jong, señalado por su poca incidencia en el juego . "Puedo mejorar, pero tampoco soy un desastre", espetó el neerlandés después de anotar la única diana en Mendizorrotza. Se siente discutido y no quiere marcharse. Mucho tendrá que mejorar para no ser carne de traspaso.

Vasos comunicantes. Quan Messi tuvo que marcharse del Barça, la mejor representación de Jordi Alba, la de aquel lateral decisivo en ataque que se mereció una renovación carísima a golpe de cabalgatas y asistencias, también se fue. Mientras el argentino todavía no ha hecho dos buenos partidos seguidos en la Ligue 1, el del Hospitalet pasea este año una versión preocupante. Sin socios para explotar las virtudes ofensivas que compensaban sus lagunas en defensa, Alba ve acelerada una decadencia que, por falta de alternativas, afecta de pleno los planes de Xavi. Eso sí, todavía tiene visión para patrocinar goles decisivos como el de De Jong.

Abde, con los pies en tierra. Si el efecto Xavi ha quedado enterrado en la vulgaridad, el hype de Ez Abde también a pasado a mejor vida. La pastosidad colectiva del Barça silencia versos ilusionantes como el del marroquí, que renunció a jugar la Copa África para aprovechar la oleada como azulgrana y corre el riesgo de acabar lamentándolo. Es cierto que tiene morro y ganas para aportar desequilibrio desde la banda, que afronta a los rivales tanto como le pide el entrenador. A la larga, sin embargo, quién sabe si habría sacado más provecho de la experiencia con la selección. En el Barça actual, una responsabilidad mal entendida puede estropear apariciones como la suya.

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