Vitor Roque rescata a un Barça con los problemas de siempre

BarcelonaEl Barça acabó pidiendo la hora ante Osasuna en el primer partido desde que Xavi anunció que dejaría de ser el entrenador en verano. Un gol de Vitor Roque rescató a un equipo que sigue teniendo los mismos problemas de siempre y que acabó suplicando el pitido final contra un rival que jugó la última media hora con 10 futbolistas (1-0).

Xavi había dicho por activa y por pasiva que su anuncio debía servir para cambiar la dinámica, pero a la hora de la verdad cambiaron muy pocas cosas. Como si algo hubiera pasado. El Barça volvió a ofrecer una versión pobre, sin ideas ni velocidad. Una primera parte amodorrada y una segunda ligeramente más animada, sobre todo por la presión del reloj. Pero ni con el gol de Vitor Roque ni con superioridad, el equipo supo rematar su trabajo y acabó pidiendo la hora ante un Osasuna que dispuso de las dos últimas oportunidades para marcar. Hace demasiado que el equipo va por inercia. Qué es muy previsible. Tan sólo la aparición de los jóvenes, rebeldes e inconformistas, dan algo de esperanza al barcelonismo.

Todo son problemas, empezando por las lesiones. Esta vez le tocó el recibir a Ferran Torres, que sufrió una rotura muscular en el muslo derecho cuando sólo se habían disputado cuatro minutos. Se marchó llorando del campo, desconsolado, consciente de que estaba en uno de los mejores momentos desde que llegó a Barcelona. En su sitio entró Fermín, que pasó por delante de Vitor Roque. El brasileño aún no está preparado para aguantar partidos enteros –entonces quedaban 85 minutos– y Xavi prefirió hacer entrar a un jugador del que pudiera fiarse.

Fermín López, el más destacado del Barça en la primera parte

Entrando desde la segunda línea, el centrocampista de El Campillo fue el único, junto con Lamine Yamal, que sacudió a la defensa navarra en los primeros 45 minutos. Osasuna, con una línea de cinco, dio la sensación de que daba por bueno el empate a cero desde el primer minuto. Se preocupó de cometer los mínimos errores posibles y salió al ataque sin demasiada ambición, más pendiente de no desordenarse detrás que otra cosa. Tan sólo cuando se vio perdiendo dio un paso al frente. No tenía más remedio.

El partido no avanzaba y el Barça tuvo que esperar hasta la segunda parte, por medio de Lamine, para hacer el primer disparo entre los tres palos. Pero la afición aguantaba el tipo. Jugar en Montjuïc tiene algunas ventajas, como la mayoría de tribuneros se han quedado en casa. Los casi 38.000 seguidores que hicieron ninguno prefirieron callar a silbar. Y se encendieron enseguida cuando el equipo, a la hora de partido, y con cero a cero en el marcador, dio un paso adelante para buscar la victoria.

El estreno de Vitor Roque como goleador del Barça

Era un momento delicado. Seguramente, lo que más. El juego se había atascado completamente, había nervios y Xavi decidía hacer jugar a Vitor Roque. Le daba 30 minutos. Todo el mundo esperaba el cambio por Lewandowski pero quien se fue al banquillo fue Fermín. La apuesta desconcertó a la afición, pero a todo el mundo se le fueron las dudas cuando el brasileño, en la primera acción atacante en la que participaba, cabeceaba un delicioso centro de Cancelo para hacer el primer gol del partido y su primero como a barcelonista.

En condiciones normales el partido se habría puesto de cara para el Barça. Pero la normalidad culé es sufrir, incluso cuando su rival se queda con inferioridad numérica. Unai García vio la segunda amarilla en el minuto 66. Lejos de ser una bendición, al Barça se le volvieron a aparecer todos los fantasmas de los últimos días, sobre todo con la ocasión de Darko, que sorprendió a todo el mundo con un disparo que va salir rozando el palo. Aún quedaba un cuarto de hora.

Con Osasuna volcado al ataque, el Barça no supo aprovechar ni el hecho de jugar con uno más ni que los navarros habían adelantado las líneas. La única acción con cara y ojos fue un desmarque de Lewandowski, que acabó marcando pero el gol no subió al marcador por fuera de juego. Ningún más disparo entre los tres palos.

Xavi hizo sólo tres cambios. Asfixiado por las lesiones, dio confianza a Oriol Romeu en el último cuarto de hora. La realidad es que el equipo no tuvo el control del balón y se precipitó, como en tantos otros partidos. La diferencia es que Osasuna no tuvo la puntería que habían tenido los demás rivales. Los tres puntos son sólo eso, un marcador positivo pensando en un objetivo de mínimos: terminar entre los cuatro primeros.