Xavi prepara un golpe de efecto

BarcelonaLos caminos de Xavi Hernández y Luis Enrique se cruzan por tercera vez. Primero coincidieron como futbolistas en el vestuario del Barça cuando el egarense era un rookie en el primer equipo y el asturiano agotaba su carrera como jugador en activo. En 2014, era Xavi quien se preparaba para su último año de azulgrana cuando Luis Enrique cogía las riendas del banquillo del Camp Nou. Ahora vuelven a encontrarse, aunque más espaciados: uno como entrenador culé y otro en el París Saint-Germain.

Son dos entrenadores que se conocen bien y que tuvieron un vínculo especial en la temporada 2014/15, la del último triplete –y la última Champions– del Barça. Fue una situación difícil para ambos. El centrocampista y primer capitán no podía tener todos los minutos que quería, porque su edad (35 años) y las molestias que arrastraba no le permitían aguantar el ritmo físico que imponía el entrenador. Resignado, se sentó más de lo que quisiera en el banquillo mientras veía cómo Lucho gestionaba egos y conflictos de un vestuario que estuvo a punto de saltar por los aires debido a la relación con Messi y el encaje de estrellas como Neymar y Luis Suárez.

Xavi tomó buena nota de todo esto. De la gestión y de la estrategia. Luis Enrique es un técnico obsesionado con el trabajo físico y la táctica. "Le gusta tener a punto los planes A, B y C para adaptarse a lo que sea necesario en cada partido", sostienen desde la Ciudad Deportiva. Que el asturiano fuera profesor y el egarense, discípulo, puede ser una ligera ventaja para Xavi. "A este nivel cuesta sorprender al rival, porque todos nos conocemos mucho y nos estudiamos al por menor, pero siempre hay un pequeño margen para coger al otro desprevenido", dicen desde el vestuario, donde intentan esconder como un secreto de estado estas "pequeñas cositas" que el Barça tratará de poner en práctica para derrotar al PSG.

De Jong, Christensen y Pedri entrarán en la convocatoria

La convocatoria no será pública hasta el martes, pero la previsión es que entren tres de los lesionados: De Jong, Christensen y Pedri. El neerlandés, una pieza clave a ojos de Xavi, es quien tiene más números de salir como titular en París, aunque los servicios médicos recomiendan prudencia. Christensen también está recuperado pero probablemente será suplente. Y Pedri, pese a que seguramente viajará, se prevé que mire el partido desde el banquillo. La defensa estándar es la de Jules Kounde, Ronald Araujo, Pau Cubarsí y João Cancelo. Los dos primeros serán los encargados de atar corto a Kylian Mbappé, y Cubarsí el que deberá estar pendiente de el imprevisible Ousmane Dembélé. Un Barça que probablemente no será llamativo, pero que sobre todo debe ser solvente y solidario en defensa. De alguna manera, un equipo que más se parecerá a la versión rocosa –pero tan efectiva– de la pasada temporada.

En el vestuario azulgrana se habla con mucha prudencia del partido de París, pero también con confianza. Durante la semana se ha hablado mucho en el entorno del club sobre el futuro de Xavi y de si se podría repensar la decisión de irse a final de temporada en caso de que el Barça acabara ganando algún título. Ajeno a los rumores, el egarense y su staff han aprovechado estos diez días sin partido para trabajar a fondo dos aspectos clave: la recuperación física de los jugadores y el trabajo táctico. "No podemos negar que el calendario nos ha ido a favor", apuntan las mismas fuentes. Mientras aquí la Liga se detenía por la final de Copa, en Francia el PSG disputaba dos partidos: uno de Copa, el pasado miércoles, y uno de la Ligue 1. En este último duelo empató en casa ante el Clermont (1-1 ), aunque Luis Enrique, avalado por una ventaja cómoda en la clasificación, se permitió el lujo de realizar muchas rotaciones para que sus jugadores principales conservaran las piernas más frescas.

Las mejores condiciones para preparar la eliminatoria

En el Barça, ésta ha sido la primera vez en toda la temporada –exceptuando los meses de verano– que el equipo ha tenido diez días limpios para prepararse. No cuentan los paros de selecciones, porque el club cede a buena parte de los futbolistas para los compromisos internacionales: estos siguen acumulando minutos y los pocos que se quedan, que son los que menos juegan y no están tan cansados, sólo pueden hacer trabajo táctico sobre la pizarra. "Ya notamos un cambio en febrero y marzo. En enero jugábamos cada tres días y apenas podíamos ni entrenar. Luego el calendario era menos apretado y al menos teníamos tiempo de recuperarnos mejor. Ahora sentimos que estamos listos para competir" , apunta una voz autorizada de la Ciudad Deportiva. Muchos años después, el Barça vuelve a afrontar con optimismo una eliminatoria de Champions ante un rival de gran nivel. Primero habrá que salir vivo de París. Y, después, rematar el trabajo en Montjuïc.