Fútbol

"¿Cómo murió?" Indignación en el fútbol por el asesinato de un futbolista en Gaza

Mohamed Salah, la estrella del Liverpool, levanta la voz en las redes sociales tras el asesinato de Suleiman Al Obeid

Suleimán Al Obeid, futbolista asesinado en Gaza
11/08/2025
4 min

BarcelonaUn único mensaje con una pregunta sencilla: "¿Nos puede explicar cómo murió, dónde y por qué?"

La gran estrella del Liverpool, Mohamed Salah, alzó así la voz cuando vio en las redes un tuit de la UEFA donde se lamentaba la muerte de Suleimán Al Obeid, conocido como el "Pelé palestino", un futbolista de la Franja de Gaza asesinado por el ejército de Israel. En el mundo del fútbol mucha gente se calló. La UEFA quiso ser políticamente correcta, despedirle como si hubiera fallecido de enfermedad o accidente. Salah utilizó esta pregunta, de la que sabía la respuesta, para exigir a la UEFA que fuera más contundente. La UEFA gestiona el fútbol europeo y que la Federación Israelí, aunque geográficamente asiática, está dentro de la UEFA. La Federación Internacional, la FIFA, tampoco ha condenado al asesinato, y se ha limitado a despedirse de quien fue internacional con la selección palestina.

Al Obeid murió en un ataque israelí contra civiles que esperaban ayuda en el sur de Gaza, según informó la Asociación de Fútbol Palestina. Había jugado con la selección y diferentes clubes locales, como Gaza Sport, Jadamat al Shati o Markaz Shabab de Cisjordania, y marcó más de 100 goles durante su carrera. Con la selección había hecho dos goles, uno chilena espectacular ante Yemen en el 2010. A sus 41 años, ya estaba retirado. Según la Federación de Palestina, más de 300 personas vinculadas a su comunidad futbolística han fallecido desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023. La cifra incluye a jugadores, ex jugadores, árbitros y trabajadores.

Salah, que en el pasado ya había pedido apostar por la vía diplomática para detener la violencia en Gaza y había exigido respeto para el pueblo palestino, es una de las pocas voces valientes en el fútbol. Muchos clubs de fútbol y federaciones piden a sus jugadores y trabajadores que mantengan un papel bajo, que no se mojen públicamente, como hace la propia UEFA. Ex jugadores como Gary Lineker sí atacan abiertamente al gobierno de Israel, lo que ha llegado a provocar debates en la Cámara de los Comunes sobre si un comentarista deportivo debía hablar de política. Hace pocos meses, Lineker dejó de trabajar con la BBC a raíz de ese debate.

Los efectos de la guerra afectan también al fútbol, con casos dramáticos como el de Al Obeid. Otros casos, menos graves, también han levantado polvareda mediática, como la decisión de los aficionados del Fortuna de Düsseldorf alemán de boicotear el fichaje del delantero israelí Shon Weissman, hoy propiedad del Granada, al considerar que justifica las políticas del gobierno de Netanhayu. "Soy hijo de una nación que está de luto por los horrores del 7 de octubre. Ese día negro sigue siendo una herida para mí como miembro de una familia israelí y como atleta que representa a su país", expuso Weissman en las redes en referencia al asesinato de cientos de israelíes a manos de Hamás. "Es posible y necesario oponerse al dolor de las personas inocentes a ambos lados, pero no voy a permitir que se me retrate como alguien que incita al odio. Nadie externo puede entender realmente por lo que hemos pasado. La lealtad no es debatible, especialmente cuando tu pueblo todavía está enterrando a sus muertos", añadió.

Dos estados, dos continentes

Israel y Palestina, tan cerca y tan lejos, viven realidades opuestas a nivel deportivo. La liga de fútbol de Israel sigue jugando y sus clubs participan en las competiciones europeas, aunque no pueden jugar en Israel como locales por seguridad. Sus partidos en Europa han provocado manifestaciones propalestinas en el exterior de los estadios, como ocurrió esta semana en Letonia, donde el Beitar de Jerusalén jugó y perdió un partido contra el Riga FC. La afición del Beitar tiene fama de ser la más radical en cuestiones políticas en Israel, con aficionados condenados muchas veces por insultos racistas contra los árabes.

En Palestina actualmente sólo hay una liga en Cisjordania, aunque en el pasado hubo también una en Gaza. La dificultad para ir de un sitio a otro pasando por controles israelíes había imposibilitado la creación de una liga palestina unificada. "Más de una vez te convocaba la selección y no podías ir porque Israel no te dejaba llegar a Cisjordania", explicaba hace unos meses Mohamed Saleh, defensa de la selección nacido en Gaza que siempre ha vivido entre bromas por llamarse casi igual que Mohamed Salah, el delantero egipcio del Liverpool. La selección palestina ha continuado jugando: ha gozado de una buena participación en la Copa de Asia de naciones y se ha mantenido con opciones de clasificarse para el Mundial hasta hace poco, cuando quedó finalmente eliminada.

De 1948 a 1974 Israel compitió como selección asiática. De hecho, en 1970 Israel se clasificó para su único Mundial de fútbol compitiendo como equipo asiático. Pero ya entonces muchos estados de mayoría musulmana le hacían boicot. Algunos partidos polémicos contra Irán subieron la tensión y, finalmente, en 1974 la Confederación Asiática expulsó a Israel en asamblea. Sorprendentemente, Israel pasó a jugar en la Confederación de Oceanía como equipo invitado varios años. De hecho, en 1990 casi llegó al Mundial compitiendo así. Pero en los años 90 Israel pidió competir en Europa, por tener viajes más cortos y un nivel futbolístico y económico más alto. Y la UEFA le admitió. La selección palestina no fue admitida en la FIFA hasta 1998, compitiendo como selección asiática, claro.

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