Un futbolista con bolso y los ojos pintados. ¿Y qué?

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Borja Iglesias y Aitor Ruibal con sus respectivas bolsas en la boda de un compañero del Betis

BarcelonaHe visto a mucha gente decepcionada con la última temporada de la serie Ted Lasso. Pero a mí me ha encantado. Solo echo de menos un poco más de partidos de fútbol, que me hace gracia ver el calendario y los estadios. No quiero quitarle el trabajo a Alejandra Palés y recomendar series, pero Ted Lasso trata temas que hace años que las series ya cuidan, como la homosexualidad, el racismo o la salud mental. Nada nuevo, podríamos decir. Pero abordar estos temas hablando de fútbol sí es una novedad. Una serie de ficción los ha tocado mejor que nuestro día a día.

Si bien la salud mental ya no es tabú, el racismo sigue muy presente. Oficialmente, las instituciones lo persiguen, pero basta ver muchos de los mensajes que respondían al buen partido de Lamine Yamal en el Gamper para ver que todavía te atacan por quién eres, en vez de por lo que haces. Por tu apellido, por el lugar de nacimiento de tus padres, por tu piel. El fútbol ha mejorado mucho en este sentido, pero aún queda trabajo por hacer.

Ahora bien, donde vamos muy atrasados es en la cuestión LGTBIQ+. No haremos spoilers de la serie, pero trata el tema. Y, mirándola, podías soñar en el día en el que sea normal que un futbolista profesional masculino pueda vivir abiertamente tal y como quiere, besando a quien quiere, amando a quien quiere, vistiendo como quiere. En el fútbol femenino se va por delante, en el masculino hay trabajo pendiente. Este verano, de hecho, dos jugadores del Betis, Borja Iglesias y Aitor Ruibal, han sido insultados porque acudieron a una boda vestidos de una forma que, según algunos neandertales, no es masculina. Dos hombres con un bolso, que debería ser solamente de mujer, qué pecado. Y con los ojos pintados y pendientes grandes. ¡Dónde se ha visto!

Qué mal, esa gente que se dedica a juzgar a los demás, que decide cómo debemos vestir, qué debemos hacer. Jueces de la moral, gente de mirada estrecha, amargados, infelices. ¿Qué os importa de cómo viste la gente? ¿Os afecta? ¿No habéis entendido que las modas evolucionan? ¿Por qué las mujeres pudieron empezar a llevar ropa que hace años se consideraba masculina, pero cuando es al revés parece un pecado?

Qué suerte tener jugadores como Borja Iglesias. Y qué lástima que todavía sean pocos los futbolistas como él. Ahora que la oscuridad vuelve en forma de programas políticos homófobos, es importante tener estos referentes. Pero también los que afirman no ser homófobos y a la vez critican y se burlen de cómo visten los demás deberían reflexionar sobre por qué lo hacen. Cuánto dolor generáis, escondidos detrás de una pantallita, pendientes siempre de lo que hacen los demás.

Necesitamos a gente como Borja Iglesias, que hace camino, a la suya, vistiendo como quiere. Necesitamos un activismo positivo para tener una sociedad libre donde podamos vivir y vestir como queramos. Por una vez, hemos encontrado un referente positivo en el fútbol. Y no ha sido en una serie de ficción. Entre el ruido y la mierda de las redes, una buena noticia. Gracias, Panda.

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