El Girona más desnaturalizado vive una tortura en Elche
Paulo Gazzaniga pone nombre y apellido a la mala imagen colectiva de los gerundenses en el Martínez Valero, donde reciben un fuerte guantazo
GeronaLa temporada del Girona será larga. Cuando parecía que el equipo reavivaba en espíritu competitivo, esta semana le han recordado su fragilidad: el miércoles hizo el ridículo y fue eliminado de la Copa del Rey a manos de una Primera RFEF como el Ourense y hoy tampoco ha levantado la cabeza a Elche, donde ha sido torturado y humillado, y ha vuelto a imagen no ha sido nada afortunado (3-0). Los de Míchel, una jornada más –y catorce ya–, continuarán en zona de descenso.
Se veía a venir, el trompazo. El conjunto de Eder Sarabia ha buscado el vértigo desde el inicio, frente a un Girona que pedía a gritos una pausa, algo que le provocó una mueca en el pasado. Ahora, sin embargo, necesita protegerse. Y se siente más cómodo en partidos donde no sucede gran cosa. La desconfianza y las bajas han ido erosionando a un colectivo que, de vez en cuando, muestra síntomas de recuperación, pero que en el fondo sigue enfermo.
Lo ha dominado el Elche, en fútbol y en actitud. Desde el principio, lo que en condiciones normales se entendía como una oportunidad de oro para tomar confianza, ha supuesto un monólogo local lleno de amenazas. Los gerundenses se han angustiado deprisa y no encontraban soluciones a la secuencia de jugadas de los alicantinos, que le han bastado marcando a Witsel en la salida del balón, dado que Ounahi, el único rojiblanco que desequilibra, no estaba por sanción. Sin el marroquí, el Girona ha tenido una venda en los ojos a la hora de generar juego.
Sí que ha tenido alguna ocasión aislada, todas en botas de Tsygankov, ya fuera volando a Iñaki Peña al cuarto de hora o, al límite del descanso, sirviéndole un gol a Bryan Gil que, con la portería vacía, no ha sabido ni rematar. De nada sirvió ante las triangulaciones contrarias, que avisaron un montón de veces antes de marcar. Si el gol no llegó antes fue debido al desacierto local.
Pasividad y errores continuados
Incluso, el Elche ha tenido la virtud de desnaturalizar al Girona, obligado a tener el aliento largo más veces de las que Míchel quisiera para intentar poner en pausa la incomodidad que ha oído. Pero es que el equipo gerundense no ha estado a la altura ni en lo que se refiere a la intensidad. El primer gol, obra de Germán Valera, después de una jugada con rebotes, pérdidas y recuperaciones, es un ejemplo. Mientras los verdiblancos corrían con voluntad, parecía que los catalanes no se jugaran nada. Ante esa pasividad, ni las bajas son excusa.
Los errores de Gazzaniga han acabado de agravar una situación que ya era de por sí mala. En seis minutos, se comió un centro de Rafa Mir y después, en el gol cómico de la jornada, le hizo una asistencia involuntaria para que firmara, seguramente, el doblete más sencillo de su trayectoria. No tendrá otra como ésta, el delantero de un Elche que llevaba siete jornadas sin ganar. Hasta que se ha encontrado al Girona, capaz de resucitar a cualquiera menos a sí mismo. Uno se pregunta si los empates ante el Betis y el Madrid fueron un espejismo.
- Elche: Iñaki Peña, Fuerte (Josan, 59'), Víctor Chust, Affengruber, Álvaro Núñez, Germán Valera (Pedrosa, 71'), Bigas (Petrot, 59'), Diang (Mendoza, 46'), Aguado (John, 82'). Entrenador: Eder Sarabia.
- Gerona: Gazzaniga, Francés (Rincón, 72'), Vitor Reyes, Blind, Álex Moreno, Witsel (Solís, 66'), Iván Martín, Asprilla (Roca, 66'), Tsygankov (Arango, 84'), Bryan Gil y Vanat (Lemar, Lemar). Entrenador: Míchel Sánchez.
- Goles: 1-0 Germán Valera (40'), 2-0 Rafa Mir (51') y 3-0 Rafa Mir (57').
- Árbitro: Miguel Sesma (Comité La Rioja).
- Tarjetas amarillas: Bryan Gil (17'), Arango (85') e Iván Martín (87').
- Tarjetas rojas: Ninguna.
- Estadio: Martínez Valero, 23.374 espectadores.