PRIMERA DIVISIÓN

El Girona no celebra permanencias porque vuelve a ganar y disparó hacia la Champions

Savinho lidera el equipo de Míchel, que supera al Rayo, se coloca segundo y amplía el margen con el Athletic a diez puntos

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Tsygankov, autor del 1-0 en Montilivi

GIRONAEl domingo el empate del Cádiz confirmó que, matemáticamente, el Girona ya tiene asegurada la permanencia, un objetivo que hoy queda muy lejos, pero que era el principal antes de empezar la temporada. Es un éxito sin precedentes que, a finales de febrero, el equipo de Míchel, ubicado en puestos de Liga de Campeones, se haya salvado en la jornada 26. Pasarán muchos años antes de que vuelva a repetirse, si es que se vuelve a repetir. La victoria ante el Rayo (3-0), sumado al resbalón del Athletic, amplía a diez los puntos de margen respecto a la quinta posición y permite recuperar el segundo puesto en la tabla, a seis puntos del Real Madrid, el líder de la competición.

Pero en Montilivi no existe espacio para las celebraciones. La meta, simplemente, ha pasado y basta. Nadie ha hablado de ello: no ha ocupado espacios ni en los periódicos, ni en las radios, ni en las televisiones. Como se daba por sentado, ya está. Ni en el vestuario se han preocupado de saberlo, porque ya lo sabían. "No debemos detenernos a mirar las cosas que ya hemos hecho", decía el técnico rojiblanco, explicando así el motivo de no darle importancia. Girona ya no piensa en pequeño. El Girona sueña a lo grande.

Y después de tres batacazos, aún más. La dinámica de un punto de los últimos nueve no asusta a los gerundenses, que confían mucho en sí mismos. Minutos después de perder contra el Athletic, Míchel protegió a sus hombres asegurando: "Creo que vamos a luchar por ser equipo de la Liga de Campeones". Hasta ese momento todavía no lo había verbalizado, como mucho se había atrevido a hablar de Europa. "Lo quería decir cuando terminara el partido contra el Rayo, pero lo he adelantado porque ahora los resultados hacen parecer que estamos mal". Es la primera vez este curso que el Girona encadenaba una serie tan negativa como ésta.

No hay punto medio

Sin embargo, el discurso no se altera. Champions, Champions y más Champions. A todo o nada, como ha sido siempre el equipo rojiblanco, muy incómodo ante el plan de partido propuesto por los de Vallecas. Podríamos decir que los 8.923 aficionados que se desplazaron hasta Montilivi no recordarían sus primeros cuarenta y cinco minutos. Pero es necesario especificar que nos referimos a los aspectos futbolísticos. Chops como patos, aguantaron heroicamente el chaparrón. Hacía falta, la tormenta, para combatir contra la sequía. Y en una tarde cayó todo lo que no había caído sumado el invierno entero, rayos y truenos incluidos. Como decíamos, esto va de todo o nada.

Un par de disparos a puerta basta, fue el balance del primer acto. Había que ver a la gente, recogida una al lado de la otra, paraguas en mano, impermeable y algunos nostálgicos, haciendo codos bajo el bar del gol sur, como en los viejos tiempos en que en el estadio iban cuatro gatos y cuando diluviaba, todos se movían hacia allí. No pensaban en la Champions aquellos años, precisamente. Sencillamente sobrevivían como podían.

Los futbolistas del Girona salieron con un aire renovado, en la reanudación. Fue insólito el mal control de Dovbyk, después de que Portu le hubiera dejado solo ante Dimitrievski, que volvería a lucirse seguidamente en un disparo desde el interior del área de Tsygankov. En cinco minutos, los de Míchel, que recuperaron fortaleza defensiva con la presencia de David López, habían creado mayor peligro que en toda la primera parte. Y lo que crearían, con el gol de Tsygankov, aprovechando la energía creada. Perdonaron dos, tres no.

Aún perdonaría otra Dovbyk, clarísima, y ​​sería ovacionado de inmediato por una afición encantada con su rendimiento. Los gerundenses habían puesto unas cuantas marchas más, recuperando una finura que no tenían. No acababan de sentenciar, sin embargo, perdiendo a Portu y Stuani la oportunidad de hacerlo. Mención especial por Savinho, que dio un recital. Chavarría, en una acción absurda viendo dos amarillas en menos de un minuto, barrió hacia casa, haciendo más plácido lo que quedaba. ¿Y qué quedaba? El show de Savinho, que con un doblete en el tiempo de descuento, convirtió la mínima ventaja en una goleada.

  • Gerona: Gazzaniga, Yan Couto, Éric Garcia, David López (Juanpe, 69'), Miguel, Aleix Garcia, Yangel Herrera (Jhon Solís, 89'), Portu (Iván Martín, 73'), Tsygankov (Pablo Torre, 89' ), Savinho y Dovbyk (Stuani, 73'). Entrenador: Míchel Sánchez.
  • Rayo Vallecano: Dimitrievski, Balliu, Aridane, Lejeune, Espino, Crespo (Trejo, 79'), Óscar Valentín (Pathé Ciss, 58'), Unai López (Kike, 64'), Álvaro, De Frutos (Chavarría, 64') y RDT (Camello, 58'). Entrenador: Íñigo Pérez.
  • Goles: 1-0 Tsygankov (52'), 2-0 Savinho (90+1') y Savinho (90+4').
  • Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco).
  • Tarjetas amarillas: Aleix Garcia (55'), Pathé Ciss (65') y Crespo (73').
  • Tarjetas rojas: Chavarría (75' y 76').
  • Estadio: Montilivi, 8.923 espectadores.
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