Primera División

Si no es verdad, que salga alguien y lo diga

Míchel, hablando con Pere Guardiola y Ferran Soriano
08/10/2025
2 min

GeronaEl City Football Group, Pere Guardiola y Marcelo Claure, quienes mandan en el Girona, han cambiado la historia del club. Y lo han cambiado para bien. Han logrado que se hable de fútbol y han demostrado seriedad porque en los malos momentos no solo no abandonaron el barco como hacen las ratas, sino que multiplicaron la apuesta, haciendo ampliaciones de capital que permitieron que el balón siguiera rodando. Cuando se toma la fotografía completa, éste es un capítulo importante que no se puede obviar, porque si el Girona volvió a Primera después del descenso y le tocó la lotería con el año de la Champions, es gracias a hechos como aquellos.

Últimamente, sin embargo, algo se ha roto. La gran mancha en todo este proceso es la falta de empatía respecto al aficionado, al que no se ha cuidado debidamente. Se le ha dado un producto de lujo, cierto, pero se le ha convertido en un actor secundario. A los gerundenses se les ha alejado de su club. Hasta ahora, la pelota tapaba muchas cosas. Pero cuando ha dejado de entrar con la frecuencia que desearíamos, se han buscado culpables. Y las miradas van hacia arriba, en dirección al palco. La fractura lleva meses casi irreparable.

Lo es, entre otras cosas, por el silencio instalado. Nadie habla, nadie dice, nadie comunica. Incluso la rueda de prensa conjunta de Quique Cárcel e Ignasi Mas-Bagà, director deportivo y CEO, respectivamente, quedó aplazada por un problema de salud del primero hará algo de un mes y todavía no se ha puesto nueva fecha. Esto ha tenido varias consecuencias: que la gente todavía se harte más, porque lo asocia a dejadez, y que malpense, como si nadie charlase porque se esconde algo. Los jugadores, en el vestuario, están confundidos, enfadados y decepcionados: cuanto más dinero ha tenido la entidad, peor plantilla se ha hecho. Y no me refiero a malos futbolistas (este es otro debate), sino a un grupo descompensado y cojo de efectivos. El otro gran perjudicado es Míchel, que tiene suficiente trabajo ya quien se expone innecesariamente usándolo de escudo y portavoz improvisado.

No se ha trabajado bien, en los despachos. Las malas lenguas señalan claramente a Pere Guardiola, que hace y deshace compatibilizando la tarea de propietario con la de representante de jugadores. Pero esto lo ha hecho siempre, y ha beneficiado un montón de veces al Girona. Lo que nunca había ocurrido, teniendo en cuenta los recursos de los que se dispone (es el décimo límite salarial, no el último), es el inmovilismo de este verano, en el que se ha vendido todo el pescado que no se había podido vender el año pasado y se ha fichado tarde y poco.

Si en las últimas horas de cerrar la ventana vienes tu central titular (Krejci) y un centrocampista capital en los últimos años (Yangel Herrera) contra la voluntad de un Míchel que no quería perderlos, no viene nadie a sustituirlos y en consecuencia creas dos agujeros irreparables hasta el próximo mercado, en principio significa. El negocio por delante del fútbol. Y si no es así, que salga alguien de quienes mandan de verdad y lo cuente.

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