Un penalti clarísimo no silbado confunde al Girona

GIRONAEl enfado de Míchel al límite del descanso ha sido más que justificado. En el tiempo añadido de la primera parte, con 1-1 en el marcador, una diagonal de Savinho fue cazada dentro del área por Reinildo. Solo a cozas han podido detener al brasileño los jugadores del Atlético, que han vivido bajo una impunidad absoluta. De Burgos Bengoetxea, sin embargo, ha dicho que nada de penalti. El VAR, no sea caso, tampoco se ha pronunciado. Tanto uno como otro han influido en el desenlace, porque en la jugada siguiente, mientras todo el Girona todavía protestaba, la defensa se ha dormido y Correa ha marcado el segundo. El partido ya no ha sido el mismo y el Atlético se ha llevado el triunfo (3-1).

Incluso Juanfran no se ha escondido de decir la verdad a los micrófonos de DAZN: "Prefiero que no le pite, como colchonero que soy, pero es penal". El Girona, que salió con una energía descomunal, se adelantó en breve en el marcador gracias a una acción coral, iniciada por Savinho, continuada por Yangel Herrera y Yan Couto y finalizada por Dovbyk. Ha sido el inicio soñado para un equipo que sigue tercero pero que se marcha del Cívitas viendo reducida su ventaja en la clasificación respecto al Atlético: tenía siete puntos de margen y ahora tiene cuatro.

Era el día para confirmar la clasificación matemática del Girona en Europa, pero eso, que llegará, tendrá que esperar un poquito más. Lo que ha pasado es que el vestuario ha terminado enrabietado y, también, condenado por sus propios errores. El equipo no ha sabido sentenciar cuando ganaba -porque cuando ha superado la primera línea de presión ha gozado de metros suficientes para generar ocasiones de peligro-, ha gestionado bastante mal las superioridades y ha dejado que el Atlético remontara con tres despistes defensivos que se repiten de otras jornadas y que debería vigilar más.

Miguel, superada la media hora, ha cometido un penalti inocente por manos, que ha transformado Griezmann. Y en el 2-1 Blind creyó que Morata no lucharía un balón que parecía perdido porque tenía un compañero cerca y estaba en fuera de juego. Pero Morata, el único que se le ha creído, se ha inventado una deliciosa asistencia para Correa. El Girona, aunque no es excusa, estaba fuera de sí, pensando por qué caray De Burgos Bengoetxea no había señalado los once metros por la entrada de Reinildo en Savinho.

Quinta derrota seguida a domicilio

No ha habido misterio en la segunda parte, porque Griezmann ha aprovechado el tercer despiste, en este caso un defectuoso despeje de Jhon Solís que ha dejado el balón muerto, para fusilar a Gazzaniga. Pudo dar emoción al partido Dovbyk, que con los diecisiete goles que acumula ya es pichichi en solitario de la Liga, pero, solo en el área pequeña y con Oblak superado, ha enviado el balón fuera. Solo le ha faltado eso al Girona para confirmar que este sábado no era su día.

De hecho, hace cinco desplazamientos que el Girona no tiene su día, porque acumula cinco derrotas seguidas lejos de Montilivi, la gran esperanza para sellar un puesto en la Liga de Campeones en la próxima temporada. El próximo sábado toca el Cádiz. Aquí sí que no se podrá fallar.