"Compito en los Juegos Olímpicos sin saber si mis familiares están vivos"
La campeona de esgrima ucraniana Olga Kharlan fue invitada por el COI a los Juegos tras ser descalificada por no saludar a una rival rusa
Enviado especial a ParísEl presidente del Comité Olímpico Internacional envió hace unos meses una carta dirigida a una de las mejores especialistas en esgrima del mundo, la ucraniana Olga Kharlan, asegurándole que estaría en los Juegos Olímpicos, que podría competir aunque la habían sancionado al mundial y había sido eliminada en esta prueba clasificatoria por estar en París. Bach ha cumplido su palabra y Kharlan estará hoy en el elegante Grand Palais, el precioso palacio de cristal de más de 100 años que actúa como sede de la competición de esgrima. Allí estará con grandes medidas de seguridad y muchos ucranianos listos para animarla, ya que, además de ser una campeona, se ha convertido en una portavoz. Una activista que reclama sanciones contra Rusia siempre que pueda.
Kharlan, cuatro veces medallista olímpica, ha explicado estos días previos que a veces compite sin saber si sus familiares que viven en Ucrania siguen vivos, ya que más de una vez, cuando les ha llamado, no han respondido por bombardeos rusos. "Llegué a plantearme retirarme, me costaba concentrarme en la esgrima, pero he decidido seguir adelante", añade Jarlan, a quien Thomas Bach alabó en esa carta de finales del 2023: “Es admirable cómo estás llevando esa increíblemente difícil situación”, decía el dirigente. Cada deporte olímpico tiene plazas limitadas para los deportistas que se clasifican, pero los organizadores siempre dejan abierta la puerta para invitar a atletas en casos excepcionales. Como éste.
Todo empezó ahora hará un año durante el mundial de esgrima de Milán, en Italia, cuando Kharlan, de 32 años, llegó a las semifinales derrotando claramente a la rusa Anna Smirnova por 15 a 7. Pero, al final del combate, se negó a dar la mano a su rival. Y el reglamento de la esgrima defiende que hay que respetar al rival saludándole al final de cada enfrentamiento. Kharlan, de hecho, había pedido permiso a Kiiv para enfrentarse a esta rival, ya que el gobierno de Ucrania pedía entonces boicotear competiciones con presencia de rivales rusos. El ministerio de deportes le dio permiso, pero Kharlan no quiso dar la mano a Smirnova, que no competía bajo bandera rusa. Ya hace años que los deportistas rusos no pueden hacerlo en pruebas como ese Mundial o los Juegos Olímpicos. Tras ese combate, Kharlan alargó su espada en Smirnova, presentándola por si la rival quería devolver el gesto. Una forma de saludar sin contacto físico. La reacción de Smirnova fue negarse a abandonar la pista, donde fue más de 45 minutos, hasta el punto de que sus entrenadores le llevaron una silla para sentarse. Smirnova argumentaba que, si no era saludada por Jarlan en la pista, ésta debía ser descalificada. Según el reglamento, no saludar implica ser penalizado con tarjeta negra, lo que equivale a una descalificación y dos meses de sanción.
Mientras los responsables de la Federación de Esgrima analizaban el caso, Smirnova seguía en la pista, evitando que ésta sirviera para otros combates. Al final, los jueces decidieron eliminar a Jarlan. "Fue uno de los peores días de mi vida. Lloré como nunca durante dos horas, sentada en el suelo, sintiéndome impotente, en una mezcla de rabia y pena. Entonces empecé a recibir mensajes, muchos mensajes, en Instagram. Recibí 100.000 en un día. Me agradecieron la esperanza y la determinación que les transmití. me llamó, me enviaron fotos de soldados ucranianos muertos", recuerda Jarlan.
La reacción del Comité Olímpico Internacional fue enviar una carta firmada por Bach a Kharlan asegurándole que podría estar en París. En este caso, Kharlan no podrá enfrentarse a ninguna rusa, ya que no hay ninguna. Enojado por las sanciones recibidas en los últimos años por parte del COI, primero por dopaje y después por el ataque a Ucrania, Moscú casi ha boicoteado los Juegos, aunque algunos deportistas rusos participan bajo la denominación "atletas olímpicos neutrales". Sin embargo, ninguna en esgrima femenina.
Kharlan recordó antes de su debut que sus padres "viven en Mikolaiv, donde hay unas cinco sirenas de aviso de bombardeo al día". También ha afirmado: "Mi hermana regresó a Kiiv, donde mi sobrino va a un jardín de infancia. Hay días que no miro el teléfono. Durante una competición, vi que Kiiv había sido atacada diez minutos antes de tener que entré en la pista. Llamé a mi familia y nadie me contestó. Esto es lo peor. vivos. Llevo dos años y medio trabajando muy mentalmente con mi psicóloga en este tema". Estos días, cuando todo el mundo parezca feliz dentro del elegante Grand Palais, Kharlan, de nuevo, saldrá a competir sin mirar al teléfono.