Ariarne Titmus, una chica de Tasmania destinada a reinar en París

En la primera gran noche de los Juegos Olímpicos en la piscina de La Défense, la tasmaniana derrota a Katie Ledecky en una jornada en la que las australianas demuestran a los estadounidenses de qué pasta están hechas

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Ariarne Titmus, una chica de Tasmania destinada a reinar en la natación

Enviar especial a París"Soy de un pequeño pueblo de Tasmania. Imagino cómo es la vida allí", explica Ariarne Titmus, la nadadora australiana que este sábado se convirtió en la primera gran protagonista de los Juegos de París con una exhibición en la final de los 400 metros libres femeninos en los que derrotó a la joven canadiense Summer McIntosh y la gran campeona estadounidense Katie Ledecky, que tuvo que conformarse con la primera medalla de bronce olímpica de su carrera. Hasta ahora la nadadora de Washington había obtenido siete oros y tres platas.

Tras la ceremonia inaugural del viernes, que seguía siendo tema de conversación 24 horas después, llegaba la hora de hablar de deportistas en unos Juegos que, para empezar, tienen casi todas las gradas llenas. Francia, con su gran tradición polideportiva, saca pecho. Este sábado llenó un estadio con 70.000 personas para ver rugby a siete, un pabellón con 30.000 personas por baloncesto y otras instalaciones para esgrima, balonmano y, claro, la natación. La piscina de La Défense, creada dentro de un pabellón donde se suelen realizar conciertos, se llenó especialmente de aficionados australianos y estadounidenses. París está estos días llena de personas con canguros hinchables y otros que llevan toda la ropa con motivos de barras y estrellas. Los estadounidenses saben que seguramente ganarán más medallas que nadie, en París, pero en la piscina siempre chocan contra la resistencia australiana. Saben nadar, Down Under (allá abajo, como dicen ellos). Quizás ayuda, ser una isla rodeada de océanos duros. Su gran estrella, Titmus, es de una isla aún más pequeña, más alejada y salvaje. Tasmania parece quedar muy lejos de todo, pero la magia del deporte, como dice la propia campeona, es que "puedes salir de una isla" como la suya y "triunfar". Tras ganar el oro en París, parecía algo tímida, como si su sitio no fuera brillar en la ciudad de las luces.

Titmus no siempre lo ha tenido fácil a sus 23 años, ya que ha sido operada dos veces para extirparle dos tumores benignos de un ovario que afectaron a su preparación en el 2023. Pero ahora hará cinco años todo el mundo entendió que Australia había encontrado una nueva estrella cuando derrotó por primera vez a la entonces imbatible Katie Ledecky en el mundial del 2019 a los 400 libras. Y en los Juegos de Tokio del 2021 Titmus derrotó dos veces más a la estadounidense y provocó imágenes muy recordadas de su entrenador celebrándolo como un loco. En París tocaba una nueva edición de esta rivalidad, en una final de los 400 libre que muchos expertos bautizaban como una de las mejores finales de la historia de la natación femenina, ya que había que añadir a la joven canadiense Summer McIntosh, finalmente plata para frente a Ledecky.

Summer McIntosh, Ariarne Titmus y Katie Ledecky

Titmus, que se tatuó las palabras sin miedo, admitía en París que ese triunfo lo recordaría siempre. "Cuando ganas, todo el mundo espera que lo hagas de nuevo. Creo que he sido valiente", decía explicando por qué había atacado cuando las demás aún estudiaban qué hacer. Ahora la campeona de Tasmania buscó tres medallas de oro más, en los 200 libras, los 800 y el relevo 4x200. Cuando Titmus aún recuperaba el aliento por su esfuerzo en la final, por cierto, el relevo australiano del 4x100 femenino sumaba otro nuevo frente a las estadounidenses, y conseguía de paso que la veterana Emma McKeon sumara su duodécima medalla olímpica y igualara el hito de las estadounidenses Jenny Thompson y Dara Torres. Aunque el relevo masculino estadounidense sumó el oro en el 4x100 por delante de Australia y una sorprendente Italia, la primera noche de natación fue una gran fiesta australiana. Hace ocho juegos consecutivos que Estados Unidos gana más medallas que nadie en la natación, desde 1988, cuando se impuso de forma sospechosa Alemania del Este. En Australia se han animado a que la racha acabe en París.

A la jornada, emotiva, solo le faltaron récords mundiales, lo que podría ser complicado de ver, ya que la piscina de La Défense es algo menos profunda que otras instalaciones. Normalmente, miden algo más de tres metros de profundidad y ésta se queda en dos metros y medio, lo que puede complicar mejorar marcas, tal y como se han quejado algunos nadadores, como el local Léon Marchand, que entra en acción este domingo en una piscina en la que los australianos hicieron fiesta grande gracias a sus mujeres. Las mismas mujeres sin miedo que siguen el camino abierto por Fanny Durack y Mina Wylie, dos australianas que se manifestaron, pelearon y removieron cielo y tierra hasta que lograron ser olímpicas en 1912. No aceptaban un no. Titmus tampoco.

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