Noah Lyles descubre lo que todo el mundo sabía: no será el nuevo Usain Bolt

Sydney McLaughlin-Levrone bate el récord del mundo de los 400 vallas el día que se acusa a Estados Unidos de permitir dopaje a su atletismo

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Letsile Tebogo se ha impuesto a los 200 metros por delante de Noah Lyles

Enviado especial a ParísLa atleta de Botsuana Letsile Tebogo se ha proclamado campeón olímpico de los 200 metros con un tiempo de 19.46, rompiendo el sueño de Noah Lyles de ser uno de los grandes nombres de la cita francesa. El flamante ganador de los 100 metros se quedó con el bronce, acabó lesionado y abandonó la pista en silla de ruedas, viendo cómo se esfuma su sueño de imitar a Usain Bolt con el triplete de medallas a los 100, los 200 y el 4x100. No, Lyles no es Bolt. El jamaicano era simpático, conectaba con la afición al segundo. En el caso del velocista nacido en Florida, existe una sobreactuación, una necesidad querida de ser el centro del espectáculo. De hecho, le amonestó justo antes de la salida, ya que entró en la pista dando saltos, corriendo arriba y abajo, gritando.

Ha sido una jornada de atletismo excelente, donde el nombre propio ha sido aquel de Sydney McLaughlin-Levrone, quien se ha impuesto en la final de los 400 metros vallas superando su propio récord del mundo con un tiempo de 50.37. La estadounidense ha mejorado así la marca de 50.65 que ella misma había establecido el pasado 30 de junio en Eugene (Oregón). La también estadounidense Anna Cockrell ha finalizado segundos por delante de la neerlandesa Femke Bol. En el lanzamiento de jabalina masculino, Ashad Nadeem de Pakistán ha establecido un nuevo récord olímpico con una marca de 92.97 metros, imponiéndose a Neeraj Chopra, de la India y Anderson Peters de Grenada. La última vez que Pakistán había ganado una medalla en unos Juegos era aquella del equipo de hockey en Barcelona en 1992, cuando fueron terceros.

En la final de los 110 metros vallas, doblete estadounidense con el triunfo de Grant Holloway por delante de Daniel Roberts. El jamaicano Rasheed Broadbell ha sido tercero, dejando fuera del podio por poco a Enrique Llopís, el atleta de Gandia, cuarto.

La gran final del día eran los 200 metros. Donde todo el mundo estaba pendiente de Lyles. Por este motivo, los organizadores habían invitado al mejor velocista de todos los tiempos de Estados Unidos, Carl Lewis. Lyles se ha encargado de hacer espectáculo durante la previa, cuando dijo "ningún rival podrá superarme. Cuando coja la recta final...los otros acabarán deprimidos". Fiel a su idea de que es necesario revolucionar el atletismo, no ha dejado indiferente a nadie. Pero una vez que ha sonado el pistoletazo de salida no se ha sentido cómodo en una prueba en la que tenía un bronce en los últimos Juegos de Tokio y que, en teoría, era su especialidad. Siempre empieza más lento, pero en esta ocasión no ha podido atrapar a Tebogo, que ha dominado la prueba con autoridad y ha logrado ser el atleta africano más rápido de todos los tiempos en esta disciplina. Tebogo, además, ha hecho historia al ser el primer atleta de Botsuana en ganar un oro olímpico. Lyles ha terminado en tercer lugar (19.70), por detrás de su compatriota Kenneth Bednarek, que le ha adelantado por sólo dos centésimas (19.72). La prensa estadounidense ha informado al término de la carrera que Lyles habría participado después de dar positivo de cóvid-19 ahora fuera días.

Tebogo, un atleta joven de 21 años que lidera una nueva hornada de atletas del sur del continente africano cada vez más rápidos (en la final también estaban Tapiwa Makarawu y Makanakaishe Charamba de Zimbabue, ha tocado el cielo después de una temporada marcada por las lesiones. Preguntado en rueda de prensa por si él podría ser el rostro más popular del atletismo de velocidad, no ha podido dejar de responder que "yo, éste es Lyles. Yo no tengo la arrogancia ni el carácter de Noah".

Sydney McLaughlin-Levrone, ganadora de los 400 metros vallas

La Agencia Mundial Antidopaje, crítica con Estados Unidos

Y todo, en una jornada en la que los estadounidenses no podían ir con la cabeza bien alta. El Comité Olímpico de Estados Unidos lleva meses esparciendo a los cuatro vientos sus sospechas sobre casos de dopaje en el deporte chino. Las dos delegaciones que luchan por liderar el medallero han llevado su rivalidad bastante lejos, especialmente en el caso de la natación, donde entrenadores y nadadores estadounidenses se negaron a saludar a los rivales chinos. El propio presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, afirmó que "durante estos Juegos a los que se les ha hecho más pruebas es a los nadadores chinos, tres veces más que a sus rivales", y hablando en representación de los atletas, el catalán Pau Gasol ha definido como "injusto" que los chinos tengan que someterse a más pruebas que los demás "sólo por la presión de Estados Unidos".

Pero quien de momento ha quedado manchado es el deporte estadounidense. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) emitió un comunicado en el que confirma que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés) permitió durante años competir deportistas con positivos registrados, sin sancionarlos. "Esta acción de la USADA amenaza la integridad de la competición deportiva que el Código Mundial Antidopaje busca proteger". La AMA afirma tener "conocimiento de al menos tres casos en los que a los atletas que habían cometido graves violaciones de las reglas se les permitió seguir compitiendo durante años mientras actuaban como agentes encubiertos para la USADA, sin que se notificara al 'AMA y sin que hubiera ninguna disposición que permitiera esta práctica'. En uno de los casos "un atleta de élite, que compitió en la clasificación olímpica, admitió haber tomado esteroides y EPO, pero se le permitió seguir compitiendo". Su caso nunca fue publicado, los resultados no fueron declarados nulos y pudo conservar el dinero de sus premios. Cuando la USADA finalmente admitió los hechos, señaló que la publicación del caso pondría en riesgo la seguridad del atleta y pidió a la AMA que aceptara no divulgar el nombre. El AMA "no tuvo más remedio que aceptar" tras verificar que la amenaza de seguridad era creíble.

La AMA no dejó pasar la oportunidad de decir que "es irónico e hipócrita que la USADA llore cuando sospecha que otras organizaciones antidopaje no están siguiendo las reglas al pie de la letra, mientras que no anunció casos de dopaje durante años y permitió que los tramposos siguieran compitiendo", dice el texto en referencia a las acusaciones estadounidenses contra los chinos.

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