Laporta fulmina al máximo responsable ejecutivo del Espai Barça

Bill Mannarelli llegó al Camp Nou de la mano de Bartomeu para liderar el proyecto patrimonial más ambicioso de la historia del club

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Reformar el Camp Nou es uno de los principales puntos del proyecto Espai Barça, que acumula años de retraso.

BarcelonaLa directiva de Joan Laporta sigue con los cambios en la estructura ejecutiva del Barça. Después de los despidos de Òscar Grau, Albert Soler, Pere Jansà o Jordi Joly, todos ellos altos empleados de la confianza de las juntas de Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, el club ha comunicado internamente este lunes la salida de Bill Mannarelli, director patrimonial y máximo responsable del Espai Barça. El ejecutivo norteamericano fue contratado por Bartomeu en 2014, después de que los socios aprobaran en referéndum el proyecto de reforma integral del Camp Nou y la construcción de un nuevo Palau Blaugrana y de un estadio en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí.

El despido de Mannarelli es una de las primeras decisiones que toma Maribel Meléndez, la nueva directora corporativa del Barça, una profesional de la confianza del nuevo CEO, Ferran Reverter. La medida llega mientras se está haciendo una auditoría para hacer un diagnóstico detallado de la situación en la que está el club después del cambio de junta y de cómo se ha gastado el dinero en las diferentes áreas de gestión, entre las cuales el propio Espi Barça. En este sentido, el ARA publicó las dudas que hay en el Barça sobre las inversiones que se han hecho en los últimos años en el proyecto patrimonial más grande de la historia del club.

Bill Mannarelli, ex director patrimonial del Barça.

De acuerdo con el contenido de la última memoria económica, el Barça ha invertido 109 millones desde el referéndum, 29,2 de los cuales durante el ejercicio 2019/2020. "Las inversiones se han concentrado principalmente en la realización de trabajos preliminares en la zona de les Corts y otras inversiones destinadas al cumplimiento de los requerimientos establecidos en la modificación del plan general metropolitano", se indica en el dossier adjunto al último cierre de cuentas. Pero las fuentes consultadas observan que el club habría pagado demasiado dinero por determinadas trabajos. En concreto, y teniendo en cuenta la naturaleza de los trabajos llevados a cabo, calculan que su precio de mercado tendría que haber rozado los 50 millones y no los 109 que se han dedicado hasta ahora.

Facturas troceadas para evitar controles internos, según 'Goal'

La due diligence no cuestiona que el estadio Johan Cruyff, que por ahora es la única obra inaugurada del Espai Barça, haya costado 12 millones. En cambio, no entiende por qué, por ejemplo, Mannarelli destinaba unos 120.000 euros mensuales a contratar especialistas externos para evaluar un proyecto que se adjudicó en 2016 al despacho japonés Nikken Sekkei en colaboración con los catalanes Pascual y Ausió Arquitectes, que después saltaron del acuerdo. Antes del despido de Mannarelli, la institución ya había dado órdenes para que se revisaran los emolumentos de "cinco o seis profesionales" que cobraban por tareas de consultoría dirigidas, entre otras cosas, a orientar el plan de negocio de un estadio que, siendo muy optimistas, se reinaugurará en 2023 después de un probable paso por Montjuïc. La auditoría todavía no está acabada, pero ya está concluyendo que ha podido haber despilfarro de recursos al principio del proyecto patrimonial más ambicioso de la historia del Barça. Una iniciativa que en 2014 tenía que costar 600 millones y que ahora ya está por encima de los 815, con financiación incluida de Goldman Sachs, una entidad bancaria de inversión que ya ha avanzado 90 millones.

Por otro lado, según informó el portal Goal hace unos días, la propia due diligence ha detectado maniobras para driblar controles internos mediante la fragmentación de facturas, cosa que también se investiga en el caso Barçagate. Siempre de acuerdo con la información que firma el periodista Adrià Soldevila, habría decenas de contratos de 196.000, 198.000 y 199.000 euros, todos por debajo de los 200.000 que obligan a pasar por el comité de adjudicaciones. Estos contratos pertenecen al área social, presidencia, servicios jurídicos y también al Espai Barça.

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