Barça

Memphis le saca las castañas del fuego a Koeman (2-1)

El Barça termina con cinco defensas para evitar el empate contra el Getafe en un partido flojo

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Memphis, celebrando su gol contra el Getafe

BarcelonaLa euforia del debut contra la Real Sociedad se ha desvanecido del todo. El barcelonismo se muerde las uñas, preguntándose hacia dónde anda su equipo. Contra el Getafe, Koeman jugó con fuego, a pesar de que tuvo la suerte de tener en su equipo a Memphis, su compatriota. El hombre que está dispuesto a todo para convertirse en el nuevo amor de una afición un poco huérfana. Huérfana de buen juego, huérfana de liderazgo en el césped. Al final, lo mejor fue el resultado contra un Getafe que hizo caer gotas de sudor frías por la espalda de los aficionados del Barça (2-1).

En espera de que los automatismos funcionen, el Barça necesita héroes. Todas las crisis tienen sus héroes, y el barcelonismo vive la suya, con los bolsillos vacíos, Messi debutando con la camiseta del PSG y un mercado de fichajes donde solo queda ver cómo los otros clubes hacen buenas inversiones, cuando tú no puedes ni sacarte de encima a algunos jugadores que molestan. Ahora no todo el mundo puede ser un héroe. Antoine Griezmann, de momento, duda, todavía demasiado tímido, demasiado correcto. El francés nunca es el peor, pero nunca es el mejor. Como si fuera un chico que entra en casa para conocer a los padres de su pareja y no muestra su verdadera cara, por miedo a quedar mal. En cambio, Memphis es todo el contrario. En nada, ya se ha ganado a su futura familia política con su carácter desenfadado. Su fichaje es de momento el gran acierto de Koeman, quien ya lo pedía la pasada temporada. Y Memphis, que venía para jugar junto a Messi, se ha encontrado interpretando un papel complicado, el de aquel que tiene que llenar el vacío del argentino. Por suerte, no le da miedo. Todo lo contrario.

Cuando peor estaba el Barça, un poco grogui después de ver cómo el Getafe empataba, Memphis se encargó de marcar uno de aquellos goles que valen doble. De los que cambian partidos, de los que aseguran puntos. En espera de que el equipo juegue mejor, el Barça se conforma en ganar los partidos en casa. A Koeman le queda trabajo por hacer, todavía. Un año después de su llegada, su equipo todavía gañe demasiado. Y el Getafe lo demostró en un partido donde lo mejor, de hecho, fue el resultado. Y mira que el partido empezó bien, puesto que en dos minutos Sergi Roberto ya había marcado el primer gol con una de sus llegadas en el área desde la segunda línea. El segundo gol en tres partidos del de Reus, más liberado en ataque ahora que juega en medio del campo, pero demasiado blando en defensa en esta posición.

Era un partido de caras nuevas. Ter Stegen volvía después de ser operado, pero todavía está sin ritmo, tal y como demostró cuando un ex jugador del Barça, Sandro, empató con un chute seco después de una asistencia de Carles Aleñá. Dos jugadores que han pasado por la Masía haciendo de las suyas, con un gol que provocó dolor de estómago a un equipo que repetía el tridente ofensivo de siempre, en este caso con un Braithwaite más desaparecido, y con una pareja de centrales nueva, con Lenglet y Araujo. Las bajas obligaban a improvisar con ellos, no habían muchas más opciones. Y les tocó sufrir a medida que el Barça, cansado, iba perdiendo el control del partido. Suerte de Memphis, quien en una acción aislada había marcado el 2-1.

Koeman, quien vio cómo la gente silbaba a Umtiti cuando calentaba, sigue dudando demasiado durante los partidos. Si de salida siempre parece tener las ideas claras, cuando el guion del partido cambia tarda mucho en intervenir con los cambios. En la segunda parte, a medida que el Getafe iba rondando el área de Ter Stegen, el técnico neerlandés le miraba con cara de pocos amigos, pero sin sacar el bisturí para cambiar las cosas. Y el Camp Nou se iba mordiendo las uñas, nervioso, viendo cómo su equipo iba jugando con fuego contra este Getafe que con Michel en el banquillo, cuida mucho más la pelota que con Bordalás. Hay que agradecerlo. Los tobillos de los jugadores del Barça, también. Ahora, dos de ellos acabaron lesionados, Sergi Roberto y Braithwaite, provocando por fin los cambios de un Koeman que se arriesga a incordiar la parroquia azulgrana. Con Gavi y Nico en el césped, el Barça mejoró. Jóvenes de la Masía para poner orden, como si le quisieran demostrar a Koeman que merecen más oportunidades. Que no pasa nada si ya de salida confecciona las alineaciones pensando en el estado de forma y no en los galones. Koeman, sin embargo, respiró liberado. Había terminado con cinco defensas contra el Getafe.

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