Atletismo

Muere Carme Valero, la mejor atleta catalana de la historia

Campeona mundial de cross, la vallesana desafió al machismo y fue la primera atleta española olímpica, en 1976

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Carme Valero, campeona europea de cross en 1976

BarcelonaLa vallesana Carmen Valero ha fallecido este primero de enero a la edad de 68 años. Considerar a la mejor atleta catalana de todos los tiempos, fue dos veces campeona mundial de cros y fue olímpica en los Juegos de Montreal de 1976, la primera española en conseguirlo en una disciplina atlética. Valero desafió durante más de 15 años a una federación machista que no apostaba por el deporte femenino y con el suyo logró éxito derribar barreras.

Valero fue una pionera en el atletismo femenino español de medio fondo. Nacida en Teruel, donde su madre pasaba unos días, ya que tenía familia en el pueblo de Castellseràs, se crió entre Cerdanyola del Vallès y Sabadell, donde se convirtió en uno de los grandes nombres de la historia de la JAS, la Joventut Atlética de Sabadell. Carmen contaba lo pequeña que, mientras corría por la sierra de Collserola o en el patio de la escuela, veía que ella era más rápida que los niños, así que preguntó dónde se podía apuntar para competir. A los Valero les explicaron que debían ir a la Juventud Atlética de Sabadell, y toda la familia se trasladó de Cerdanyola del Vallès a Sabadell para ayudarla.

El padre buscó un nuevo trabajo, haciendo esfuerzos para conseguir que Carme pudiera competir. El primer día en la JAS, después de 20 minutos le dijeron que ya habían visto lo suficiente. Es decir, que la querían, pero ella se echó a llorar porque quería correr aún más. Los entrenadores le dijeron que no llorara, que podría correr tanto como quisiera. Y así fue, ya que se convirtió en el alumno de su amado Josep Molins, olímpico en los Juegos de Roma, que vio todo el potencial que tenía esa joven. Ironías del destino, Molins murió hace apenas un año.

La espina de Montreal 1976

Valero fue capaz de revalidar el título de campeona estatal de cros seis años de forma consecutiva; fue la plusmarquista española de los 800, los 1.500 y los 3.000 metros a la vez, y atravesó fronteras yendo a los Campeonatos de Europa de 1974 y 1978. En 1976 ganaría su primer Mundial de cross, por delante de la soviética Tatiana Kazankina. "En la charla previa, los entrenadores de la federación no nos dijeron nada a las mujeres. Yo me quejé y el hombre respondió que hiciéramos lo que pudiéramos, que no sería mucho, ya que las mujeres éramos unas culonas y unas pechugonas. Cuando al final de la carrera ya iba primera y le vi, le dije al pasar por su lado que mire bien, que una culona y pechugona estaba a punto de ser campeona mundial. Se disculpó", recordaría.

Valero llegaba en un momento inmejorable a los Juegos de Montreal de 1976, pero no pudo llegar a la final de los 800 y 1.500 metros, una espina que le quedaría clavada. "Una rival me sacó de la pista, pero la federación no me defendió. La relación era complicada, no les gustaba ver a una mujer compitiendo. Tuvieron que permitir que fuera a Canadá por los resultados que tenía, pero todo fueron problemas Incluso tuve que ir a pedir ante Pilar Primo de Rivera que me dieran el pasaporte cuando Franco todavía vivía, imagina.No me ayudaron mucho.Me dieron un chándal gigante con el que no podía entrenarme y entonces se enfadaron cuando utilizaba uno que me iba bien que era mío, donde se leía el nombre de Catalunya", diría.

Tras la decepción olímpica, en 1977 en Düsseldorf revalidó el título mundial de cross. Sin embargo, su carrera notó los efectos de la maternidad, en una época en la que las mujeres deportistas no tenían facilidades. Tras ser madre y con varias lesiones su carrera siguió, pero sin los éxitos de los años 70. Valero fue una pionera que debía comprarse a plazos las zapatillas porque no recibía ayudas, rompiendo barreras. Una vez que peleó con las autoridades de la federación les soltó una frase que la haría famosa: "Te pones falda y vas a correr tú", le soltó a un directivo. Para facilitar las cosas, trabajaba en la tienda de ropa deportiva de Josep Molins en la rambla de Sabadell, aunque acabaría trabajando en la banca hasta que se retiró. Tras abandonar, la alta competición fue directiva de la Federación Española de Atletismo y vicepresidenta del Club Natació Sabadell.

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